Cada vez es más frecuente tratar con fármacos los hechos cotidianos como si fueran enfermedades: el estrés por el trabajo, la ruptura de una relación, la actividad del niño mal entendida como excesiva... En definitiva, la medicalización de la vida diaria está llegando a nuestra sociedad.
Las formas en la que una sociedad capitalista y de consumo influye en cada una de las personas que la componen son sutiles pero evidentes. Con dinero en la mano (o un buen enchufe "typical spanish") se obtienen una serie de privilegios en muchos ámbitos diferentes: vivienda, coche, viajes... Y si pagas por algo, bien porque lo necesitas, o bien porque crees que lo necesitas (la mayoría de las veces será por lo segundo), tienes derecho a exigirlo con todos tus derechos y todas las críticas que estimes oportuno. Eres un cliente, un consumidor y te han inculcado que tienes siempre la razón.
Sin embargo, quedan aún pequeños reductos (que no sé bien cuánto durarán con tanta privatización) que se libran del modelo de consumo actual, uno de ellos se trata del modelo de sanidad público español. Ahí el modelo ya no es "Tanto quiero, tanto pido y pago" sino que es un sencillo "Tanto necesito, tanto me ofrecen según sus posibilidades". La sanidad, por tanto, no es algo a lo que se acuda, en un principio, por capricho. Se va sólo cuando se estima que es necesario.
Pero no todo en sanidad está libre del modelo de consumo. Tenemos las necesarias especialidades farmacéuticas publicitarias que todos hemos visto en la televisión y que cada uno es libre de comprar cuantas quiera. Eso sí, se trata de un grupo de fármacos bien definidos, seguros y que tratan síntomas y signos menores.
El problema llega cuanto el modelo de consumo comienza a invadir al modelo sanitario y la percepción de "necesitar" se va frivolizando hasta el punto de llegar al "creo que necesito". En Estados Unidos, donde su modelo de capitalismo es aún más brutal, la sanidad es mayoritariamente privada y muchísimos medicamentos te los encuentras en los estantes del supermercado, este fenómeno es aún más llamativo.
En España ocurría todo lo contrario, la gente acudía al médico y se medicaba cuando era estrictamente necesario, a veces, incluso algunos se esperaban hasta el último momento. Sin embargo, cada vez nos acercamos más a la percepción americana de acudir al médico y medicarse ante lo mínimo. Que estemos igual que ellos también llegará a su debido tiempo, desde luego los ejemplos siguientes hacen pensar hasta qué punto pueden frivolizarse el concepto de salud y enfermedad, además del consumo de fármacos:
Para que comprendas la situación en global, lo explico a través de una metáfora. Imagínate que tienes una fractura de radio (en el antebrazo) y acudes al médico, porque verdaderamente lo necesitas, y sólo le pides que te recete antiinflamatorios para tratar al dolor. La fractura sigue estando ahí pero como si sigues tomándote los antiinflamatorios no vas a sentir molestias, dais ambos el asunto por solucionado. Absurdo, ¿verdad? Pues es lo que se hace a diario para tratar "lesiones" psicológicas.
Muchas de las veces, el paciente describe un problema mental ante algo externo que no es sino una respuesta normal ante esa situación. Es normal estar alguna vez con "bajón" o con una temporada con más ansiedad de lo normal por jaleos del trabajo. Somos humanos, seres emocionales y lo anormal sería mantenerse impasible ante cualquier circunstancia. Pero como el paciente no sale contento de la consulta si no es con la receta de unas pastillitas, hay quienes terminan siendo recetados innecesariamente por médicos que terminan cediendo. Porque no se tratan de verdaderos cuadros depresivos ni de ansiedad y porque además el tratamiento es meramente sintomático. Están ocultando su problema. Si los jaleos del trabajo o la situación que ha provocado la "depresión" persisten, el tratamiento lo único que va a hacer es paliar los síntomas, pero en el momento en que se dejen de tomar, las manifestaciones volverán a aparecer porque la causa no se ha solucionado. Eso sin contar con los riesgos de efectos adversos y dependencia que tienen estos fármacos.
Pero, claro, es rápido y muy cómodo mirar para otro lado y no tratar de echarle narices y enfrentarse al problema que provoca el malestar. Mejor pienso que es un problema de salud, tomo pastillitas, yo me siento mejor, miro para otro lado y procuro pensar que la causa ya no me afecta, aunque me hago dependiente psicológico de esas pastillas que no debería necesitar pero que he utilizado. ¿Para qué voy a ir a un psicólogo, que me ayude a manejar la situación en la que estoy y enfrentarme a la verdadera causa del problema? ¡Es mucho tiempo, requiere esfuerzo y ser valiente!
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
hay gente que solo quiere sus 'pastillitas' y si no pásate por cualquier herbolario (que ahora parecen supermercados) +
Prefiero el modelo de farmacia inglés. Si necesito sólo tres pastillas no entiendo por qué tengo que comprar una caja de 24 pastillas. +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Asnoterapia. Cada vez más terapeutas confían en las bondades del burro para tratar dolencias como el alzheimer y el autismo
En: elcomerciodigital.com
Recomendación: Óscar
La niña avilesina, que nació con una lesión cerebral, muestra los avances de su tratamiento en EE UU
En: elcomerciodigital.com
Recomendación: Óscar
Un estudio cuestiona la eficacia de los payasos para disminuir el malestar psicológico de los niños hospitalizados
En: psicoteca.blogspot.com
Recomendación: lamarde
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.