¿Saben los políticos cómo ahorrar en casa?

Crisis y más crisis. En el Congreso de los Diputados no se habla de otra cuestión. Así que aprovechamos para que quienes más vueltas le dan a cómo solucionar la debacle nos desvelen qué podemos hacer en casa para enfrentarnos al problema que tenemos encima. Las mujeres responden al instante, ellos necesitan pensarlo y algunos, como Celestino Corbacho, ministro de Trabajo, le pasan el 'muerto' a 'algún asesor económico'.

(EFE)

Las ministras se mojan y dan recetas. ¿Serán más ahorradoras?

Y es que Celestino Corbacho, ministro de Trabajo, no entiende muy bien el objetivo. Soitu.es le explica que se trata de orientar a los ciudadanos sobre qué medidas es posible adoptar en casa, en la familia, a nivel de economía doméstica para combatir la crisis. Igual que pensábamos que el cambio climático escapaba a la acción individual, y luego se ha visto que la suma de pequeñas rutinas cuenta. Con la crisis que acogota al mundo, sucede algo similar. Puede parecer que sólo el Gobierno de Estados Unidos es capaz de detener el desastre, pero quedarse de brazos cruzados no es lo más aconsejable. Soitu.es insiste a Corbacho, pero el ministro responde que eso tendrá que contestarlo algún asesor económico de su Ministerio, mientras uno de los miembros de su equipo desliza una tarjeta de visita. Como no se trata de convertir en un asunto de Estado lo que en principio no es más que una receta casera anticrisis, probamos suerte con las ministras.

Elena Espinosa, titular de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, no titubea cuando se le plantea la cuestión. "Hay hábitos familiares que además de reducir los gastos pueden contribuir a luchar contra el cambio climático. Igual suena obvio, pero hay que esforzarse por apagar las luces que se dejan encendidas innecesariamente, así como la tele, la radio, los ordenadores, cerrar el grifo mientras lavamos los dientes... Un comportamiento más racional reduce las facturas. En la cesta de la compra hay productos imprescindibles, pero existen otros que van más allá de la necesidad, están ligados al placer. Por ejemplo, se puede optar por consumir fruta y yogures antes que postres más elaborados. Esa decisión tiene un precio".

"Todos nos estamos apretando el cinturón", asegura la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, quien maneja argumentos similares a los de su colega. "Las familias suelen ser más rápidas en la contención. Hay que cambiar las costumbres, apagar luces, cerrar grifos, en fin, fomentar el ahorro energético. Nosotros en el Ministerio ya estamos viajando menos y recortando gastos superfluos. Se está produciendo un cambio de mentalidad que permanecerá". La bonanza pertenece al pasado. Ahora toca renunciar a esos lujos caseros que formaban parte de la cotidianidad, como escaparse unos días o darse un gusto gastronómico al cuerpo. Es hora de recuperar la imaginación. De buscar sustitutos al consumo innecesario. Austeridad si, pero con alegría.

Betina Rodríguez Salmones, diputada del PP y portavoz de la comisión de Defensa, es consciente de que hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades. 'Hay que tratar de sobrevivir a la crisis sin que la familia sufra más de la cuenta. Esa receta mágica que se llama ahorrar deja poco margen, porque, en la mayoría de los casos, los gastos ya están muy ajustados a los sueldos. Nos hemos acostumbrado a considerar normales cosas que son un lujo, como irse a pasar fuera el fin de semana. El antídoto, un paseo por el parque del Retiro y no caer en la tentación de comprar lo que no se necesita, porque si acabas arrasando en el H&M como compensación a haberte quedado en Madrid, estás perdido", asegura con humor. Porque si hay algo que no cuesta ni un euro es el sentido del humor. La economía agoniza, pero sumirse en la depresión es improductivo. Hay que mantener una actitud positiva.

Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Unida, aporta el punto optimista, a pesar de no ser unas castañuelas. "Es una buena oportunidad para racionalizar el gasto familiar. Quien pueda ahorrar debe ser responsable y abandonar el interés especulativo. Hay que reducir el consumo excesivo e innecesario. En mi casa somos muy austeros; tengo el mismo coche desde hace 12 años y no realizo grandes gastos ni consumo de manera suntuosa, además de estar comprometido con algunas ONG. Es el momento de exigir a los poderes públicos compromisos, como por ejemplo, que apuesten por el alquiler para reducir las hipotecas", concluye el político.

Seguro que tú ya has tomado medidas más creativas. Compártelas para que las pongamos en práctica.