Caso de maletín debilita relación Argentina-EE.UU. en contexto regional tenso

Buenos Aires.-  La relación entre Argentina y EE.UU. se ha resentido por la reactivación del escándalo por el "caso del maletín", aunque esta vez en un contexto de creciente tensión regional en el que varios países suramericanos renuevan sus acusaciones contra Washington.

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(EFE)

"Parecería que las relaciones bilaterales, en vez de conducirlas el Departamento de Estado, las quiere conducir el FBI (Oficina Federal de Investigaciones de EE.UU.)", enfatizó el ministro de Justicia de Argentina, Aníbal Fernández.

La difusión en un juicio en Miami (EE.UU.) de grabaciones del FBI que apuntalan la pista de que 800.000 dólares incautados en agosto de 2007 en Buenos Aires al venezolano Guido Antonini Wilson tenían como destino la campaña electoral de la actual presidenta argentina, Cristina Fernández, devolvió la relación bilateral a un nivel de tensión que no se registraba desde diciembre último.

Entonces, Fernández tachó de "operación basura" la investigación judicial en Miami pero la tensión con Washington se dio por superada dos meses después, pese a que la relación no volvió a ser "carnal" como en la década pasada, sino apenas "madura", eufemismo que adoptó la diplomacia de uno y otro lado.

El jueves quedó en evidencia que la herida no estaba cerrada cuando Argentina, a través de su Cancillería, acusó a Washington de utilizar el "caso del maletín" con "fines políticos subalternos" a partir de una causa judicial con "material armado y producido por el FBI -es decir, con conocimiento de autoridades políticas- de EE.UU.".

Fernández había expresado en los últimos días críticas al modelo económico estadounidense y otros funcionarios de su Gobierno renovaron su preocupación por la reactivación de la IV Flota del Sur de la Armada de EE.UU.

La dura respuesta del jueves sincronizó con decisiones de Bolivia y Venezuela, aliados de Argentina, en abierto desafío a Washington.

Tanto el presidente Evo Morales como su colega Hugo Chávez, también impactado políticamente por el "caso del maletín", expulsaron de sus países a los embajadores de EE.UU. con acusaciones de planes de desestabilización en momentos en que crece en Bolivia la espiral de violencia.

En este contexto, la Cancillería argentina, aunque sin nombrar a EE.UU., también pidió contener "todo intento exterior de buscar la desestabilización de gobiernos populares elegidos democráticamente, en elecciones libres y sin proscripciones en Sudamérica".

En la región, también otros países como Ecuador y Paraguay han hecho notar sus diferencias políticas frente a Washington.

"Esto es un juego abierto donde nadie sabe bien cómo impactará la situación de Bolivia, las denuncias de Chávez y este intento de alineamiento de América Latina en una confrontación contra EE.UU. Hay muchos jugadores y nadie tiene el control de lo que vayan a hacer", dijo hoy a Efe el analista político Jorge Arias.

El experto en política regional explicó que, durante los procesos electorales en EE.UU., pueden registrarse picos de tensión con Latinoamérica porque suele haber un repliegue sobre los asuntos internos y esto genera en los líderes latinoamericanos una "tentación" de confrontación.

Arias, director de la consultora Polilat, opinó que para EE.UU. la relación con Latinoamérica "está en el patio trasero", pues ese país tiene una estrategia de relación con el mundo que se centra en atender los escenarios de conflicto.

Esto es algo independiente del signo partidario: de hecho, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, por el que Cristina Fernández ha declarado su preferencia, no ha dado señales de un cambio en la política hacia Latinoamérica.

Según Arias, esta "lógica pragmática" no es nueva, aunque esta vez tiene otro condimento: la fortaleza que los precios del petróleo y otras materias primas dan a regímenes como el "chavismo", lo que abre una "incógnita preocupante" ya que EE.UU. va a tener que procesar de algún modo los focos de conflicto en Latinoamérica.

"Uno nunca sabe cuándo un foco de conflicto en la región va a ser funcional a los intereses que se juegan dentro de EE.UU., que tienen que ver con el militarismo", apuntó Arias.