El arte milenario de la taracea, un oficio al borde de la extinción

Granada.-  Como la mayoría de los antiguos oficios manuales, el arte de la taracea se enfrenta a la falta de aprendices que se interesen por desempeñar este ancestral oficio, que poco a poco se queda sin los creadores de este curioso tipo de mosaico hecho a base de maderas y hueso.

ampliar foto

(EFE)

Como la mayoría de los antiguos oficios manuales, el arte de la taracea se enfrenta a la falta de aprendices que se interesen por desempeñar este ancestral oficio, que poco a poco se queda sin los creadores de este curioso tipo de mosaico hecho a base de maderas y hueso. Uno de los pocos talleres que todavía sobreviven a este oficio es el conocido como Laguna Tarecea, el único situado en el entorno de la Alhambra, y uno de los más antiguos de Granada tras haber pasado de padres a hijos desde hace más de dos siglos.

Uno de los pocos talleres que todavía sobreviven a este oficio es el conocido como Laguna Tarecea, el único situado en el entorno de la Alhambra, y uno de los más antiguos de Granada tras haber pasado de padres a hijos desde hace más de dos siglos.

Uno de los artesanos de este taller, Francisco Cabello, ha explicado a Efe que la taracea es un trabajo de origen árabe consistente en la incrustación de diversos materiales de gran tradición en Granada, que se remonta a los siglos XIV y XV.

Entonces, los muebles y otros elementos de la Alhambra estaban elaborados con esta técnica, por ello sus diseños están inspirados en las decoraciones de los techos y paredes del palacio nazarí.

Entre los materiales que se usan destacan diferentes tipos de maderas como la caoba, el ébano, el palo-santo, el nogal o las procedente de los árboles frutales, así como el hueso y el metal.

Estas piezas de diferentes materiales se van pegando sobre una superficie de madera hasta cubrirla totalmente, que posteriormente se pule hasta su acabado final.

Una mesa decorada con esta técnica conlleva un trabajo de más de una semana, dedicándole a diario unas ocho horas y teniendo en cuenta que todas las labores son manuales y únicamente se hacen con materiales naturales, comenta Cabello.

Este artesano, que lleva más de veinte años dedicado a este oficio y que empezó como aprendiz hasta convertirse en profesional, lamenta que desde hace años no aparezcan jóvenes interesados por esta técnica, lo que podría implicar su desaparición.

Una de las reliquias que se pueden encontrar en el taller, es un bargueño, un arca con pequeños cajones, ya prácticamente en desuso, dónde se solían guardar objetos valiosos de tamaño reducido y que en su interior recrea uno de los patios de la Alhambra.

No obstante, los artículos que más compran los turistas son los tableros de ajedrez, los marcos de fotos y también llaman mucho la atención unas cajas de música, en las que una vez abiertas puede oirse la ya mítica "Granada" de Agustín Lara.

El taller dispone asimismo de todo tipo de objetos decorados con estos mosaicos, desde escritorios, mesas o bandejas hasta juegos de ajedrez y 'backgammon', joyeros, porta-fotos, espejos y otros artículos de regalo y decoración.