La primera avería del avión "se aisló" para poder despegar

El dolor y la conmoción por la muerte de 153 personas en el accidente aéreo del miércoles en el aeropuerto de Madrid ha dado paso hoy a una acumulación de interrogantes sobre las causas del siniestro. El hecho de que tras un primer intento de despegue el comandante decidiese someter a la aeronave a una inspección ha despertado sospechas sobre la puesta a punto del aparato. La razón por la que el piloto tomó la decisión fue un "calentamiento excesivo en una toma de aire que alimenta una parte del avión", según ha explicado en rueda de prensa Javier Mendoza, subdirector general de Spanair, que ha reconocido que el problema "se trató y aisló", "y el avión fue despachado para volver a la pista de despegue".

JAVIER LUENGO (EFE)

El director ejecutivo de SAS, Mats Jansson; el director general de Spanair, Marcus Hedblom, y el director de Recursos Humanos de la compañía, Héctor Sandoval (i-d), durante la rueda de prensa.

Durante la revisión, el personal de la compañía "desconectó el interruptor de la zona sobrecalentada", pero no arregló la avería, es decir, "se trató y aisló el problema", pero no se resolvió, como ha explicado Mendoza. Según los responsables de la aerolínea, se trata de una práctica "autorizada por los manuales de aviación".

Por su parte, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha emplazado a esperar a conocer los resultados de la caja negra: "El comandante pidió una revisión y tenemos que esperar a ver las cajas negras para saber por qué, hay que verlas para saber por qué se dio la autorización para despegar", ha declarado Álvarez a la Cadena SER.

La nave tenía prevista la salida en torno a las 13.00 horas, pero un "fallo técnico" la retrasó una hora. Según habían informado fuentes de Spanair horas después del accidente, el comandante del vuelo regresó al área de aparcamiento para solucionar una avería relacionada con el indicador exterior de temperatura "que se reparó según los procedimientos establecidos por técnicos de la compañía". Allí fue revisado por "un mecánico inspector de la aerolínea" para volver después a la pista de despegue número 36L, conocida como La Isla, que se encuentra cerca del satélite de la Terminal 4. El accidente se produjo poco antes de las 14.30 horas, cuando el avión ya había ascendido unos metros.

Un piloto consultado por soitu.es apuntó a "una posible cadena de errores" para explicar el accidente. "Por un fallo en el motor no se estrella un avión, tiene que haber algún o algunos problemas más", nos dice.

El avión siniestrado es un MD-82 con capacidad para 170 pasajeros. Se trata de un birreactor de distancias medias con los motores al lado de la cola y una longitud de unos 45 metros. El director comercial corporativo de Spanair, Sergio Allard, ha informado de que tenía 15 años de antigüedad y que llevaba 9 volando en la compañía. Además, ha contado que la nave pasó su última revisión el 24 de enero, y que desde esa fecha no se ha registrado ninguna incidencia en la misma. La edad media de los aparatos de la compañía, que es la encargada de supervisar su mantenimiento, es de 13 años. Según parece, a lo largo de este ejercicio la aerolínea tenía previsto deshacerse de 15 aviones como éste por razones de eficiencia, aunque finalmente el plan se retrasó.

Aunque ha habido especulaciones sobre un incendio en el motor izquierdo del avión, todavía se desconocen las causas del siniestro, y los responsables de Spanair no han querido "especular" con el suceso. Se espera que el análisis de las cajas negras del aparato, que ya han sido recuperadas, ayuden a esclarecerlas. Pero este proceso "llevará algún tiempo", ha comentado el subdirector de la aerolínea, porque algunas de las cajas están "dañadas".

Nada más conocerse la noticia del siniestro empezaron a llegar a la T-4 los familiares de los pasajeros. Sus rostros estaban desencajados y se encontraban muy confundidos porque apenas tenían información de lo ocurrido. Poco a poco fueron entrando en la carpa instalada por Cruz Roja, donde se les suministró apoyo psicológico y se les comunicaron todos los datos relativos a los pasajeros. También el personal de AENA, encargado de atender a los familiares, mostraba claros síntomas de nerviosismo. Lo mismo ocurrió en Gran Canaria, donde acudieron alrededor de medio centenar de familiares para conocer el estado de sus allegados.

Sólo 19 de los pasajeros han sobrevivido. Varios de ellos se encuentran en estado crítico. Al Hospital Universitario de La Paz, el que más heridos ha recibido, se trasladaron once personas. Tres de ellas presentaban quemaduras en más del 80% de su cuerpo y fueron ingresadas en la Unidad de Quemados. Al menos otras tres se encuentran en estado estable. En este centro se puso en marcha minutos después del accidente un protocolo especial de actuación y se reforzó el personal de Urgencias, derivando especialistas y enfermeras de otras unidades. En el salón de actos del hospital se habilitó un servicio de atención psicológica a los familiares de las víctimas. El resto de heridos fueron repartidos entre el 12 de Octubre, el Infanta Sofía, el Niño Jesús y La Princesa. Los más graves fueron atendidos en el hospital de campaña que se instaló en el aeropuerto.

Los cadáveres se trasladaron al pabellón 6 del recinto ferial de IFEMA, donde sus familiares, acompañados de psicólogos, se han acercado para identificarlos, en un dispositivo de identificación similar al que se desplegó en el 11-M.

Los familiares plantan a Spanair

Un grupo de familiares de fallecidos en el accidente aéreo de Barajas han plantado esta tarde a los directivos de Spanair en una reunión que ha durado apenas 15 minutos. Según Yurena Hernández, que ha perdido a dos hermanas y un sobrino en el accidente, los familiares habían sido convocados por directivos de la compañía aérea esta tarde para recibir explicaciones sobre la caída del avión. La reunión, que en un principio se esperaba que durase horas, se ha interrumpido por la repentina decisión de "salirse de la sala" de los familiares de las víctimas. "No nos decían nada", ha argumentado Yurena, quien se mostraba "indignada" por el trato que ha recibido su familia por parte de la compañía y ha confesado que no les han comentado nada sobre las indemnizaciones.

Spanair no ha querido comentar el incidente argumentando que no van a dar detalles de sus reuniones con familiares, pues consideran que deben ser confidenciales.

Para más información:

• Teléfono gratuito Spanair: 800 400 200