Bolivia pone en la cuerda floja a la Comunidad Andina

Lima.-  El pedido de Bolivia para que se destituya al secretario general de la Comunidad Andina (CAN), el ecuatoriano Freddy Ehlers, pone nuevamente en tela de juicio la cohesión de este bloque, que negocia un importante acuerdo de asociación con la UE.

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(EFE)

El Gobierno boliviano un férreo opositor a la liberalización de los mercados, solicitó la destitución del ecuatoriano Freddy Ehlers (en la imagen), secretario de la Comunidad Andina.

El Gobierno del presidente Evo Morales, un férreo opositor a la liberalización de los mercados, solicitó la destitución del ecuatoriano y subrayó que el nuevo representante del organismo andino debe contar con el consenso de todos los países miembros.

El detonante de este malestar boliviano fue una propuesta de Perú para modificar una norma andina sobre propiedad intelectual que le permita poner en marcha su Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.

La propuesta fue apoyada la semana pasada por Ecuador y Colombia, pero no por Bolivia. El hecho de que Ehlers la diera por buena pese a carecer de consenso despertó las críticas de Bolivia, que acusó al secretario general de anteponer los intereses de Lima a los del bloque.

Pero el último contencioso en el seno de la CAN, el mecanismo de integración más antiguo de la región, trae detrás un problema más profundo relativo a las distintas concepciones respecto al modelo ideológico y de desarrollo económico entre los países andinos.

Este desencuentro vuelve a acercar a Bolivia a las posiciones de la Venezuela de Hugo Chávez, que en 2006 abandonó la CAN precisamente por haber suscrito Perú y Colombia sendos tratados de libre comercio con Estados Unidos.

Las discrepancias entre los andinos -siempre entre liberalizadores y proteccionistas- se han reflejado también a la hora de negociar un Acuerdo de Asociación y Cooperación con la UE, especialmente en asuntos espinosos como la propiedad intelectual y el desarrollo sostenible.

Los Veintisiete interrumpieron el 30 de junio pasado las negociaciones que habían iniciado en 2006 con los andinos, un bloque en el que a las diferencias ideológicas se suman roces militares y diplomáticos.

Así, Ecuador y Colombia protagonizaron en marzo la crisis más grave de la región después del ataque de tropas colombianas a un campamento clandestino que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) había construido en la selva ecuatoriana.

Luego vino un nuevo roce entre Bolivia y Perú en torno a una denuncia del presidente Morales sobre la supuesta instalación de bases militares estadounidenses en territorio peruano, que se sumaba a un recio cruce de insultos entre él y el presidente peruano Alan García.

El pacto de integración, creado en 1969 como Acuerdo de Cartagena y llamado CAN desde 1996, nunca fue muy sólido, pero últimamente hace aguas. Ya en 2006, el presidente venezolano, Hugo Chávez, decidió el retiro de su país del bloque para pasar al Mercado Común del Sur (Mercosur).

"La CAN está muerta", dijo entonces Chávez en protesta por la firma de acuerdos bilaterales de Colombia y Perú con Estados Unidos.

Para el experto en integración regional, el peruano Alberto Adrianzén, la CAN ya no cumple una función integradora y ha dejado de participar en la política regional.

En una reciente reunión con periodistas en Lima, el analista consideró que bajo la gestión de Ehlers, desde 2006, "hay preocupación por el medio ambiente y otros temas, pero no hay participación en la política", y se echa en falta un mayor protagonismo del secretario general para resolver conflictos.

Ahora, con las nuevas vicisitudes y con el sentimiento boliviano de aislamiento, se prevé un respaldo a Ehlers de parte del resto de los integrantes de la CAN, tal y como ya lo han expresado diversos representantes y funcionarios.

Precisamente hoy, la presidenta de Parlamento Andino, Ivonne Baki, se mostró "molesta" por las exigencias bolivianas de destituir a su compatriota y llamó a ese país a no perjudicar la integración regional.

Esa posición puede "dañar mucho lo que hemos trabajado durante más de cuarenta años", dijo en una entrevista con Efe.