Pakistán celebra el aniversario de su independencia en medio de una crisis política

Rawalpindi (Pakistán).-  Inmerso en una situación económica preocupante y con una crisis política abierta por la posible destitución de su presidente, Pervez Musharraf, Pakistán celebró hoy el LXI aniversario de su independencia con escaso entusiasmo y sin actos unitarios.

Con la mayoría de los comercios cerrados y un tráfico muy fluido en la habitualmente caótica y ruidosa Rawalpindi, cercana a Islamabad, apenas unos cuantos grupos de jóvenes en bicicleta ponían la nota de color con grandes enseñas blanquiverdes y las caras pintadas.

"No hay muchos motivos para estar contentos. Los precios están por las nubes, no hay electricidad... y el Gobierno no hace nada, desvía la atención a otras cosas. Hace muchas promesas pero no vemos los resultados", se lamentó a Efe un anciano de Rawalpindi, Naveed Shah.

Tan sólo algunos partidos minoritarios como el Jamiat-e-Islami o el Tehrik-e-Insaf sacaron a cientos de sus fieles a las calles, que ondearon banderas e hicieron sonar el claxon de sus vehículos.

Ni el Partido Popular (PPP) del viudo de la ex primera ministra Benazir Bhutto, Asif Alí Zardari, ni la Liga Musulmana-N del ex primer ministro Nawaz Sharif promovieron hoy celebraciones fuera del protocolo institucional.

Ambos partidos, junto a sus socios de Gobierno, están enfrascados en la finalización de un pliego de cargos contra Musharraf para buscar su destitución a través del Parlamento, en caso de que el ex general no dimita antes.

"Estamos atrapados... Y la verdad es que una vez se vaya Musharraf, a quien acusan de todos los males, va a comenzar la batalla entre Zardari y Sharif. Nadie se cree que vayan a ser amigos cuando lo único que les une es sacar a Musharraf del poder", aseveró Shah.

"La gente está unida, pero los partidos políticos no. Confío en que sin Musharraf el futuro será mucho mejor", opinó un mecánico de la localidad, Sharirudin Qureshi.

El lugareño, que señaló que Rawalpindi, donde fue asesinada Bhutto en diciembre de 2007, "es un termómetro ideal para saber cómo están los ánimos del país", aseguró que la atmósfera en la ciudad "es mucho más tranquila que en otras ocasiones" como las elecciones de febrero o la celebración del cumpleaños del profeta Mahoma.

La crisis económica que sufre el país, con una inflación interanual que superó en julio el 24 por ciento y un déficit de energía acompañado de constantes cortes en el suministro eléctrico, tampoco ha animado a los lugareños a celebrar la efeméride.

"La gente está desesperada. Si ya vivía en la miseria, ahora es aún peor. No tenemos ni para comer", relató Ashmar, un guardia de seguridad que dice andar cada día una hora hasta su lugar de trabajo para ahorrar las diez rupias (13 céntimos de dólar) del billete de autobús.

Mientras, en la capital reinaba el silencio y unas banderas de colores a lo largo de la Avenida de la Constitución, donde se hallan los edificios más importantes, recordaban a los paquistaníes que hoy hace 61 años Pakistán veía la luz como un "hogar" para los musulmanes del subcontinente.

"Mucha gente ha aprovechado para hacer una escapada fuera de la ciudad", comentó a Efe un lugareño de Islamabad, Mohammed Rashid.