Treinta años de líneas paralelas

Pongámonos en situación. Finales de los años 70. El mundo de la música está convulsionado ante un montón de nuevas propuestas de sonidos que sacuden sus cimientos. Los viejos dinosaurios del rock sinfónico ven peligrar su puesto en las listas de éxitos. Las amenazas del tecno pop, la new wave, el punk y, sobre todo, un estilo que lleva ya unos años invadiendo los clubs y está dispuesto a invadirlo todo: la música disco.

Debbie Harry, al frente.

Son muchos los que están en desacuerdo con ese estilo de música frívolo, banal y absurdo (según ellos). Los músicos de verdad reniegan de él y se crea el movimiento "disco sucks" que llega a ocupar espacio en revistas y noticieros de televisión. Camisetas, pegatinas en los coches... todo vale para protestar por la invasión de la "no-música" que está dispuesta a arrasar con los oídos de la población, aunque al final muchos tengan que subirse al carro y ceder un poco para poder continuar en las listas de éxitos. Incluso grupos tan poco sospechosos de venderse como Kiss, terminarán cediendo y consiguiendo gran éxito con "I was made for lovin' you" que les servirá para captar nuevo público a riesgo de perder a cantidad de sus fans de toda la vida (¿les suena esto a lo que pasó con la reconversión de Dover? Pues lo mismo).

Para no extendernos mucho en la convulsión que estaba sufriendo el mercado discográfico, lo mejor es echar un vistazo a la película de 1999 'Detroit Rock City (cero en conducta)' donde se habla del fenómeno "disco sucks" mientras unos adolescentes pasan todo tipo de penalidades para asistir a un concierto de Kiss en 1978.

Y mientras tanto, en un estudio de grabación hay mal rollo. El grupo Blondie está grabando su tercer lp. Con el disco anterior, "Plastic letters" han tenido bastante éxito en el Reino Unido, pero su país se les sigue resistiendo y no consiguen el ansiado número uno. Les han propuesto que el disco se lo produzca Phil Spector que acaba de trabajar con Leonard Cohen y ellos están pensando más bien en Benny y Bjorn (el 50% masculino de Abba) o el creador del sonido Beatle George Martin. Al final el elegido es Mike Chapman, creador de éxitos en la época glam para Suzi Quatro o los Sweet.

Los problemas empiezan a la hora de grabar. Como buenos asiduos al club CBGB, en Blondie todo es fiesta y diversión y, día sí, día también, el grupo acude a grabar sin haber dormido casi o puestos hasta arriba de todo. Los roces surgen cuando Chapman le da al bajista de Blondie las coordenadas de lo que tiene que tocar y él se rebela diciendo que no, que él toca lo que le apetece, que para eso es el bajista del grupo. La continua repetición de tomas para llegar a la perfección en las canciones no ayuda a generar buen ambiente en el estudio, cuando el grupo estaba acostumbrado a finiquitar las grabaciones en pocas repeticiones. Y que un tío sobrio y descansado obligue hasta la extenuación a grabar una y otra vez una línea de bajo o un coro a una pandilla de somnolientos resacosos no es lo mejor para que haya sonrisas en el trabajo.

Lo primero que empiezan a grabar en el estudio de Nueva York es "Once I had a love", una canción perteneciente a una maqueta de finales de 1974 con letra de la cantante de Blondie, Debbie Harry, en clave reggae. Mike Chapman cree que la canción es buena pero no termina de verle el punto al tono. No le gusta el reggae, así que le pregunta a Debbie qué tipo de música está escuchando en esos momentos y ella le contesta que lo que suena en Studio 54, discoteca a la que es asidua. En ese momento Chapman estaba fascinado por el tipo de producción que hacía el alemán Giorgio Moroder con las líneas de secuenciador y propone utlizarlas para la canción que, con letra cambiada, ha pasado a llamarse "Heart of glass".

Esto no le gusta nada al batería de Blondie que se niega a tocar nada relacionado con música disco. Los primeros ensayos con los nuevos arreglos son un fracaso total. El grupo se empeña en tocar la canción con instrumentos de verdad y es un caos, así que Mike Chapman les propone grabarla como si fuera un experimiento y utilizar máquinas. Se añade una caja de ritmos, efectos de eco y un viejo órgano farfisa y comienzan a grabar. El siguiente problema llegará cuando le toca el turno para cantar a Debbie Harry, está todo programado en un tono tan alto que le obliga a comenzar la canción forzando la voz y haciendo falsete, algo a lo que no estaba acostumbrada pero que logra salvar más o menos bien.

Este libro es la Biblia para los seguidores de Blondie.

"Parallel lines" sale a la venta pasado el verano de 1978 con las típicas canciones new wave del repertorio de Blondie que ya venían en sus dos discos anteriores. "One way or another", "Picture this" o la versión del trío de power pop The Nerves "Hangin' on the telephone", que había sido su primer single en 1976. "Heart of glass", la gran esperanza del productor para que el disco arrasase en listas queda relegada casi al final del mismo, la antepenúltima de la cara B.

Desafiantes en la portada. Debbie Harry de blanco, con vestido, tacones y en jarras. Y el resto del grupo en formación militar, tras ella, de traje negro, corbata estrecha y camisa blanca, como rigen los cánones del power pop, y tras un fondo de rayas negras y blancas op-art. Así se presentan Blondie en su tercer lp "Parallel lines".

En una reunión del productor con la discográfica, estos le dicen que no están muy contentos con el producto y que echan de menos un segundo "Dennis", una versión de un tema inglés que había sido el éxito del lp anterior de Blondie "Plastic letters", y que como single van a lanzar "I'm gonna love you too", una bobalicona pieza medio punk medio power pop con un toque a años 50.

"Heart of glass" no aparecerá como single hasta cinco meses después de la edición del lp, en febrero de 1979. El éxito de la canción y ventas del disco pilla al grupo de promoción en Europa y rápidamente vuelven a Estados Unidos a presentar la canción por todo el país. Su primer número uno en casa, por fin.

La gira de promoción será una continuación del ambiente de la grabación del disco. Es decir: problemas, malos rollos y tensión. En muchos sitios esperan ver aparecer al típico grupito pop insustancial y se encuentran a una pandilla de resabiados "arties" que van de modernos, de vuelta de todo, fumando canutos a todas horas. El consumo de drogas sube de nivel y empieza a ser verdaderamente preocupante y Debbie Harry y Chris Stein se llevan a matar con los responsables de la discográfica, los cuales, a partir de ese momento, controlarán cada paso del grupo y tendrán supervisores en el estudio de grabación de los siguientes discos de Blondie para fiscalizar cada cosa que hagan. Los amigos tampoco ayudan y mucha de la gente del CBGB les da la espalda, como los Ramones, íntimos de Debbie, que la llamarán vendida.

Chris Stein, guitarra de Blondie, considera que mucha gente externa al grupo ha hecho dinero a costa de esa canción y que no la soporta porque le recuerda cuando todo empezó a fastidiarse dentro de la banda a cuenta de todos los problemas que trajo. Cada vez que escucha la canción en la banda sonora de una nueva película o en cualquier anuncio de televisión se pone de los nervios.

Lo cierto es que "Parallel lines" es uno de los mejores discos de Blondie y de los más redondos. Además de "Heart of glass", el disco tiene otros número uno que ya forman parte de la historia de la música pop, como "Hangin' on the telephone", que abría el disco, "One way or another", "Picture this" o "Sunday girl", que llegaron a versionar en su primer lp el grupo de Castellón Los Romeos.

Para los curiosos, la maqueta original de "Heart of glass", "Once I had a love", se puede escuchar en la reedicion en cd de "Plastic letters" como uno de los bonus track incluidos. Esta serie de reediciones de los primeros discos de Blondie es fácil encontrarlas por unos cinco euros en hipermercados.

Así mismo, acaba de ponerse a la venta "Parallel lines 30th anniversary" que contiene un cd con el disco original, la versión single de "Heart of glass", "Sunday girl" cantada en francés y dos remezclas de "Hangin' on the telephone" y "Fade away and radiate", así como un dvd con los tres videoclips de los singles y una actuación en el programa musical inglés 'Top of the pops'.

* Alejandro Arteche es nuestro colaborador de música.