Extraños objetos de deseo

Servei Estació es, básicamente, una ferretería inmensa de Barcelona. Hace décadas, cuando no existían los "bricores" ni los "leroimerlines", ellos ya tenían un edificio enorme en la calle Aragón junto al Paseo de Gracia. Pero más allá de las arandelas al peso o los manteles de hule, han entendido como nadie que los objetos y los materiales encierran humor, poesía y creatividad. Y para potenciarlo, convocan cada año los Premios Voilà.

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Percha Bob, de Joan Nadal

Para estudiantes y profesionales, los Voilà son sin lugar a duda los más originales premios de diseño que se convocan en nuestro país. La única premisa para presentar una pieza es que debe partir de los materiales y objetos que pueden encontrarse en la tienda.

Podríamos pensar que se trata de una limitación, pero en realidad se trata de una fuente de inspiración enorme: un mundo de maderas, metales, plexiglás, telas, máquina herramienta, tornillería... un total de 55.000 productos distintos, de los que 25.000 son únicos en Barcelona. Todo lo que podamos imaginar está en las ocho plantas que conforman este paraíso que ya quisiera MacGyver tener cerca de casa.

El compromiso del premio evita la dotación en metálico al uso y consiste en la producción seriada, promoción y venta de las piezas, repartiendo con el diseñador los ingresos generados.

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Manguero, de J.Bayó y A. Tzouma

La ausencia de encargo y de apriorismos produce unos resultados sorprendentes. Los participantes no necesitan encontrar una solución, sino un problema. Y si no existe, se lo inventan, porque muchas veces la belleza está en la ausencia de necesidad. Y así, los resultados están a veces cargados de lírica, tratándose en realidad de poemas-objeto, donde la reflexión y la belleza se anteponen a la eficacia.

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Caballete W, de André de Sá Moreira

Por otra parte, la "imposición" de materiales y objetos existentes produce interesantes reflexiones de reutilización. Es el caso de Bob, una percha realizada con dos botellas desechables de agua mineral, y por la que Joan Nadal, de Andorra, obtuvo el pasado año una mención especial. O el Manguero, de Jan Bayó y Agni Tzouma, un llavero que evita los golpes y ruidos de las llaves al chocar con superficies duras: cualquiera que tenga una moto sabrá de lo importante que puede llegar a ser.

Entre otras, nos encontramos este año con las propuestas de Carlos Soler, que ha ideado un ingenioso artefacto que mantiene abierto el libro para su lectura, y al que ha llamado Koober; o el Caballete W, del parisino André de Sá Moreira, que resuelve una mesa de gran estabilidad con tres caballetes de pintor.