"El diálogo entre China y el Dalai Lama ya ha empezado y esperamos resultados"

La afable apariencia de la Comisaria Europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, no es síntoma de sumisión. Esta antigua ministra de Exteriores de Austria, la primera mujer en ocupar el cargo, criticó abiertamente a Rusia durante la presidencia de Vladimir Putin y afirmó que la democracia estaba en receso en Moscú. Poco después de su nombramiento, impresionó a los eurodiputados con un severo análisis del panorama internacional, en particular de la guerra de Irak, que iba más allá de la blandura habitual de los eurócratas. Pero Waldner siempre ha sabido vestir sus críticas de una dulzura que le ha ganado el sobrenombre de Ferrero-Küsschen ("Ferrero besito"). Hablamos con ella de las Olimpiadas, Oriente Medio y el futuro de la UE.

(EFE)

Benita Ferrero-Waldner

Pregunta.-El Presidente Sarkozy, que ahora también es presidente de turno de la Unión Europea, ha creado mucha controversia en el seno de la UE con su anuncio de que asistirá a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos dentro de un par de semanas, pese a que otros líderes, como Gordon Brown del Reino Unido y Angela Merkel de Alemania no estarán presentes ¿Qué piensa Bruselas de eso y en qué lugar deja a la UE en su conjunto la decisión del presidente francés?

Respuesta.-La UE como tal no tiene ahora una posición uniforme hacia la presencia de líderes en los JJOO pero hemos dicho que pensamos que los Juegos tienen que celebrarse: son importantes acontecimientos deportivos y pensamos que cada uno es libre de decidir. En esa línea, el presidente Sarkozy ha decidido ir a China para la iniciación de estos Juegos como presidente de la UE. Siempre hemos dicho que es crucial tener un diálogo entre las autoridades chinas y los representantes del Dalai Lama y sabemos que este diálogo ha comenzado ya: se anunció justo cuando el Presidente José Manual Durao Barroso y yo misma visitábamos China para pedir a las autoridades que hicieran justamente eso. Ahora el diálogo continúa y nosotros esperamos que sea realmente sustancial y tenga contenido para que después arroje unos resultados que cambien la situación.

Pregunta.- El papel de Comisaria de Exteriores de la UE debe ser difícil cuando los líderes europeos no logran ponerse de acuerdo sobre muchos temas y adoptan políticas bilaterales. Eso no hace sino reforzar la imagen de una Unión débil, que hace diplomacia blanda, un actor muy flojo en la escena internacional.

Respuesta.-Nosotros queremos ser un actor no solamente suave como hemos sido en el pasado sino cada vez más un «smart actor», un actor inteligente. Con las tropas de mantenimiento de la paz que la UE tiene ya en muchos sitios nos hemos convertido en un actor más fuerte, que no solamente utiliza los instrumentos de la política de cooperación y diplomacia sino que también logra avanzar en conflictos en el terreno. Pensemos en los Balcanes, en Chad, en el Líbano, o en Afganistán. Son todos sitios donde realmente estamos dejando nuestra marca y creando diferencias.

Pregunta.-En uno de los conflictos en los que la UE lleva más tiempo involucrada, el palestino-israelí, no se han producido precisamente avances. ¿Qué diferencias está marcando Bruselas ahi?

Respuesta.- Es cierto que nosotros hubiéramos querido ver cambios mayores y más fuertes en la zona en cuanto a acceso y movimiento de la población palestina, y en los puestos transfronterizos y que se produjera realmente un parón en los asentamientos. Pero, al mismo tiempo, también vemos acontecimientos constructivos en la región, por ejemplo, el alto el fuego entre Israel y Hamas en Gaza y la posibilidad de un proceso de reconciliación liderado por el presidente palestino Mahmud Abás entre las facciones palestinas Fatah y Hamas. Lo que se necesita es una política de las dos partes en el conflicto. Nosotros podemos asistir con políticas y también de forma humanitaria, ayudar a la gente a sobrevivir en estos momentos difíciles. Es cierto que aún no hemos logrado la paz, que sería nuestro fin último. Pero sólo somos uno de los cuatro actores internacionales en el conflicto. Tenemos que contar también con los otros: Estados Unidos, la ONU y Rusia. Esperemos que el proceso en Anápolis, que contempla negociaciones entre ambas partes de forma directa y confidencial, logre algo en los próximos seis meses.

Pregunta.-La UE también se enfrenta a problemas fuertes dentro de sus propias fronteras. Se espera que la Comisión lance el miércoles serias advertencias a Bulgaria y Rumanía, los dos países miembros más nuevos, por su incapacidad para combatir la corrupción institucional.

Respuesta.- Siempre hemos sabido que en algunos países quedan algunos retos fuertes, por ejemplo en el campo de la Justicia y de la lucha contra la corrupción. También hemos dicho que tiene que haber un cierto control de la Comisión hacia estos países y, si no cumplen en un plazo dado, a lo mejor tendríamos que retrasar o suspender las subvenciones. Eso es lo que se está contemplando en este momento con respecto a Bulgaria. Rumanía tiene problemas similares. Sabemos que los nuevos estados de la UE no tienen instituciones tan fuertes como en otros estados miembros. Por eso la ayuda a las instituciones de estos países es importante.

Pregunta.-La realidad es que Europa «vende» muy poco, fuera de sus fronteras y dentro. Hay voces, incluso dentro de los países más favorables a la UE como España, que consideran que el barco europeo avanza a la deriva y que sería mejor saltar de él.

Respuesta.-Muchos electores europeos se sienten un poco inseguros cuando ven a otros que dicen que no. Tenemos que respetar esas voces y eso nos coloca en una situación delicada. Pero, por un lado, muchos países han ratificado ya el Tratado de Lisboa, entre ellos España, también el Reino Unido hace pocos días. Por otro lado, si analizas las voces que dicen que no, por ejemplo en la República de Irlanda, te das cuenta de que entre los que rechazaron el Tratado había muchos europeístas pero no conocían exactamente lo que contenía ese documento. Es un tratado jurídico y naturalmente mucha gente no lo ha leído y otros no lo han entendido. Es necesario que mejoremos la comunicación de lo que es Europa y la realidad de este Tratado, sus propósitos, sus objetivos, tenemos que hacerlo mejor en el futuro.