El IVAM rinde homenaje a la "libertad" del escultor Juan Ripollés

Valencia.-  El IVAM ha rendido hoy un homenaje a la libertad del escultor Juan Ripollés con la presentación de un libro que reúne 600 de las creaciones más representativas del artista entre 1980 y 2006, así como la instalación de un ajedrez, Premio Guinness por su tamaño, realizado en cristal de murano.

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(EFE)

El escultor Juan Ripollés posa junto a una de sus obras realizada en cristal de Murano durante la presentación hoy en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) del libro "Ripollés 1980-2006", una obra que reúne 600 de las creaciones más representativas del artista entre 1980 y 2006, así como la instalación de un ajedrez, Premio Guinness por su tamaño, realizado en cristal de Murano.

Al acto de presentación del libro han asistido el artista, la directora del IVAM, Consuelo Císcar, el catedrático de Historia del Arte, Juan Angel Blasco, el historiador de Arte, Juan Manuel Fabra, y el director de la entidad Plásticos Guadalaviar, Guillermo Caballero de Luján, que ha patrocinado la publicación.

El artista, que se ha definido a sí mismo como "un cultivador de libertades", ha manifestado que gracias a la ilusión de trabajar "encuentra y siente eso que es la libertad", una libertad que pone en cada una de sus obras.

Ripollés "que decidió en su juventud que antes de llegar al todo había que buscar la nada", se nutre de la sociedad en la que vive para crear figuras "imposibles y originales que llenan de ficción la realidad", con un lenguaje peculiar que envuelve a su propia forma de entender la vida, ha asegurado Císcar.

El libro, el más completo de la obra de Ripollés, está estructurado en capítulos dedicados a las distintas técnicas y materiales utilizados por el artista, como pintura, gouache, cristal de murano o grabado, así como un análisis tanto de su obra como de su personalidad artística realizado por escritores y especialistas de arte.

El catálogo va acompañado de una instalación ideada por Ripollés, que estará expuesta todo el verano en la entrada del IVAM, que representa un ajedrez de 8 por 8 metros con figuras de cristal de colores, hechas a escala humana, donde se reconstruye un jugada en movimiento.

Para Blasco, sin Ripollés "el arte no sería como es y nosotros no seríamos como somos", puesto que ha conseguido crear una galería de miniaturas, en continua metamorfosis, donde se mezcla "la inocencia, el gigantismo y la picaresca".

En este sentido, el propio artista ha señalado que la picaresca aparece en su obra debido a que siempre ha sido un desposeído de la vida, que ha tenido que ganarlo todo, lo que le ha producido "mucha vitalidad y mucha ilusión", la ilusión "de conseguir lo que deseas".