¡Son los cuatro años, estúpido!

La intervención de Zapatero estaba prevista para las 4:30, pero el presidente ha comenzado su discurso cerca de las cinco. Había que dar tiempo a los 990 delegados a regresar de la comida. Después de todo, había que celebrarlo. "Porque siempre buscan que no celebremos nuestra victoria" les dijo luego ZP.

Inma Mesa (PSOE)

Zapatero se dirige a los 990 delegados.

Con la misma corbata y traje impecable con que llegó por la mañana, ha tenido la consideración de comenzar el discurso justificando su optimismo empedernido, su "buenismo", un pecado "venial". Ha ido desgranando los méritos de sus cuatro años de legislatura anterior poco a poco, calentando motores, dando tiempo al personal que sesteaba en los sillones.

Se acercaban ya las 5,30 de la tarde y costaba sacudirse la modorra de encima. Aparecían los abanicos no sólo entre las butacas de platea, sino en las del escenario. Las mujeres de la Ejecutiva se han rendido y tirado de artilugio tan andaluz, sufridas con esas órdenes del Ministerio de Industria de mantener la temperatura en los 24º. "No te creas que estamos menopáusicas. Es que ahí arriba, con los focos tan intensos, hemos estado a punto de la lipotimia" comentaba luego una miembro de la dirección a una amiga, que preguntaba por la necesidad de tanto aire.

El presidente ha aprovechado el momento para despabilar al personal definitivamente. Con un recurso tan eficaz como el triunfo español en la Eurocopa, se ha subido a la sorpresa de la derecha por el uso de la bandera "por parte de todos. Dicen que nos hemos quitado los complejos. No. Es respeto por el símbolo que sólo debe ser usado cuando representa a todos."

Aplausos, ponían los subtítulos del discurso en la pantalla. No añadían que atronadores, porque ZP, consciente de que estaba leyendo el párrafo estrella del discurso, el que iba a dar los titulares de los telediarios y los informativos, ha hecho una pausa. Para añadir: "que dejen de utilizar los símbolos de todos contra los españoles. Espero que no hagan los mismo con la lengua de todos. Que no hagan lo que tantas veces han hecho con la bandera de todos, porque la lengua es de todos". Más atronadores aún los aplausos y algún intento del personal de las filas de atrás de ponerse en pie. Pero ha triunfado la moderación.

El infarto de Solbes

Con la modorra despabilada, Zapatero ha recurrido a la fibra sensible de la historia socialista, a los valores de la izquierda, A los 18 delegados de 1888 con Pablo Iglesias, al partido de izquierdas que siempre será el PSOE, para prometer solemnemente que "no recortaremos el gasto social. Lo vamos a mantener y a incrementar. En la medida que podamos". Como el miércoles en el Parlamento, ha reiterado las promesas de subida del salario mínimo, las pensiones, el desempleo. "Yo garantizo, en nombre del Gobierno de España, que nuestra seguridad social está fuerte y sólida". Por tanto seguirá habiendo pensiones, y subidas "para nuestros mayores". A esas alturas del discurso, un delegado, economista de provincias, ha preguntado a un miembro del partido, con despacho en Ferraz. "Pero ¿cómo se atreve a prometer esas cosas? A decir que seguirá con el gasto público. Es imposible sin déficit. Va a matar a Solbes de un infarto." -¡Qué va hombre!. El truco está en los cuatro años. Las promesas tenemos que cumplirlas en los cuatro años de legislatura. Hasta Solbes ha dicho que la crisis se resolverá para finales del año que viene. Recuerda lo de Clinton a Bush es la economía estúpido.

El delegado, economista de provincias, ha mirado un tanto sorprendido al colega de la sede de Ferraz, en Madrid. No parecía muy convencido, pero tampoco era momento para entrar a discutir que los números son los números, que si gastas más de lo que ganas hay déficit, que el petróleo hoy estaba a 147 euros el barril. Qué solo los políticos que hacen economía se creen que la crisis remontará a finales del 2009.

Un cable para Aído, Rubalcaba y Blanco

Zapatero ha tenido tres menciones especiales en su discurso. Primero para Bibiana Aído. La titular de Igualdad es, desde su nombramiento, protagonista de todas las chanzas de la derecha, pero también de las rectificaciones de sus propios compañeros. Comenzando por el propio Alfonso Guerra, hace quince días. O las alusiones del ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que esta mañana, en los pasillos de ese mismo congreso, se ha despachado con que "renovar el PSOE no implica dejar su dirección a bebés". El presidente del Gobierno defiende que las críticas se deben a que "molesta la igualdad plena entre hombres y mujeres".

Junto a Aído, Rubalcaba y Pepe Blanco han sido los otros agraciados con piropos presidenciales. El de Rubalcaba ha tenido que compartirlo con los socialistas vascos y venía rodado de una refeencia al frustrado proceso de paz. "Fueron los valores socialistas los que nos guiaron durante el proceso de paz. Merecía la pena intentarlo. Ya no es posible" y por ello "proclamo que admiro a los socialistas vascos y la tarea de Rubalcaba."

Lo del secretario de Organización fue más notable. Busco el hueco para alabar todo lo que José Blanco ha trabajado. Pepe, puesto en pie, entre sus compañeros de ejecutiva, se ha sometido a un aplauso que hasta le ha emocionado.

Más ayuda al desarrollo

Varias veces ha hecho amago Zapatero de que se acababa el discurso. Incluso ha habido una, cuando daba las gracias a los delegados por su apoyo, que los técnicos de organización del espectáculo han soltado el principio, la rafaga de sonido del Congreso socialista. Pero no. El presidente se gustaba hablando, veía la sonrisa de niño pícaro y bueno en la pantalla y se animaba más si cabe. Ahí iba otra promesa. "Me afirmo y comprometo en que, aunque la evolución económica en este período no sea favorable, no vamos a disminuir la ayuda a los países en desarrollo". (El Gobierno socialista la ha llevado del 0,2 al 0,5% , la más elevada de Europa y más que EEUU).

Ante tal promesa, otra mirada curiosas del economista de provincias a su amiga de Ferraz, que se ha limitado a levantar los hombros. "Pues eso hombre. Es como aquello de , que la clave está en que tenemos cuatro años para cumplir todo esto. No te preocupes". Y poco más. Más gracias a todos, más moral y apuestas por una "España laica". Y una recomendación final, "a trabajar. Ah, y conviene que consumáis". Debe de ser el único mensaje en el que ha hecho caso a Solbes.

Y los delegados a Zapatero. Porque a la salida, mientras el personal se peleaba por hacerse fotos con María Teresa Fernández de la Vega o con Patxi López, se preguntaban lo de "¿Conoces esto?¿Adónde vamos a tomar una cerveza?".