Gallardón opone su gestión de "centro" al "conservadurismo" del Gobierno

Madrid.-  El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha aprovechado hoy su discurso en el debate sobre el estado de la ciudad para oponer su gestión de "centro reformista" en el Ayuntamiento al "duro conservadurismo del Gobierno".

En un discurso de una hora y 35 minutos, Ruiz-Gallardón ha dedicado casi un tercio a criticar la política del Gobierno, al que ha declarado responsable de "los problemas" que padece el país, consecuencia de unos "errores de estrategia" que "han agravado exageradamente las consecuencias de la crisis financiera internacional en menos de un año".

A su juicio, no se puede negar que España atraviesa "una situación cercana a la estanflación en la que confluyen el bajo crecimiento, la caída del consumo y la pérdida general de poder adquisitivo".

Y todo ello, ha añadido, acompañado "de la volatilidad del superávit de las arcas del Estado producida por una política que lo ha dilapidado en medidas de corto alcance, anulando la capacidad de respuesta y renunciando a la posibilidad de crear nuevas infraestructuras y condiciones de competitividad que ahora son necesarias para superar esta situación".

"Sería irresponsable envolver esta crisis en el celofán de los eufemismos o los giros retóricos, y el Gobierno de la Ciudad no lo va a hacer", ha advertido.

Frente a ello, Ruiz-Gallardón se ha citado a sí mismo -su discurso de investidura de hace algo más de un año- para decir que aplica "una política de centro reformista, liberal e integrador, limpia de adherencias dogmáticas y dirigida al conjunto de la sociedad, bien anclada en principios, pero más allá del monólogo ideológico de las minorías".

"Una política -ha dicho ya sin cita- en la que los hombres no están al servicio de las ideas, sino las ideas al servicio de los hombres".

La oposición de ambos planteamientos es una realidad, a su juicio, en la que difieren como "nunca" el "vigor" de la ciudad y la "precisión de su rumbo" con la "indefinición del proyecto que debería dirigir el país".

"Vivimos una situación históricamente atípica -una 'anomalía', ha dicho también-, en la que una moderna y pujante Nación como España, perfectamente capacitada para brillar en Europa, encuentra hoy más ideas, más empuje y mayor potencial en su capital que en su propio Gobierno", ha resumido.

En Madrid, ha sostenido su alcalde, el Ayuntamiento no ha "cedido a la complacencia" ni ha "caído en el continuismo ni en el exceso de confianza", sino que ha actuado "con sentido de la anticipación y la responsabilidad", se ha impuesto "nuevas metas y una obligación permanente de cambio y modernización" y "apuesta por el esfuerzo y la exigencia".

"En Madrid el cambio no nos sorprende ni nos desborda, porque lo hemos incorporado a la lógica misma del Gobierno", ha llegado a decir el alcalde, que ha puesto como ejemplo su reacción tras el "caso Guateque", que no fue "mirar para otro lado" sino aprobar "un plan de reformas urgentes en la tramitación de licencias, junto a un plan de trabajo que conducirá a nuevas medidas".

A su juicio, "lo que distingue a unos gobiernos de otros no es cómo actúan en situaciones favorables, sino qué hacen en las adversas, además, claro, de la sensibilidad que demuestran ante las dificultades de los débiles en medio de la crisis".

"A este Gobierno de la ciudad jamás se le ocurriría decir que la crisis es una buena oportunidad para que el sistema pierda 'grasa'", ha asegurado.

Ruiz-Gallardón se ha atrevido hoy incluso con los nacionalistas al declarar que "Madrid es más bien la ciudad flexible y tolerante que no impone a nadie una memoria histórica particular, ni una cultura oficial, ni una lengua o credo específicos".

"Es una ciudad que inspira cordialidad y sosiego a los españoles, y cuyo proyecto político actual está abierto a todos los ciudadanos deseosos de encontrar nuevos caminos que resuelvan los problemas de la convivencia nacional", ha subrayado.

No ha obviado tampoco una referencia personal con pasado y presente concretos y futuro incierto: "hace 25 años que tengo el honor de servir a Madrid y a sus instituciones", "hoy tenemos el reto inmediato de culminar una gran metamorfosis urbana" y "mañana no sabemos los que nos pueden aguardar".

"Lo que sí es seguro -ha dicho- es que vendrán otras Ítacas, otras navegaciones, otros puertos a los que arribar, a modo de empresa colectiva en la que cada ciudadano de Madrid tiene reservado un cometido imprescindible".