¿Quién teme a Cospedal?

La preocupación por el buen juego que le puede dar a Rajoy su nueva secretaria general abarca tanto a las políticas como los políticos socialistas. En el caso de las socialistas, valoran a una mujer que milita en la derecha, está divorciada y apostó por tener un hijo por inseminación artificial. "Tiene que tener muchos ovarios", reconoce una diputada socialista.

MANUEL BRUQUE (EFE)

Cospedal y Gallardón, triunfadores en Valencia, charlan con Cándido Méndez.

A pesar de lo que pudieran ser "lacras" para la mentalidad de la derecha tradicional y de la Iglesia, Cospedal llegó a ser candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha el año pasado. Perdió frente al socialista José María Barreda, pero no se desgastó a la vista de los últimos resultados.

Rajoy acaba de elegirla secretaria general. Pese a que le queda mucho por aprender en su trato con la prensa nacional -- les intentó convencer de que los compromisarios tienen rostros de "ilusión y esperanza"--, la jugada le puede salir bien al presidente del PP.

Eso es lo que opinan algunos hombres significativos del PSOE, altos cargos socialistas y expertos en economía, que la trataron a partir del triunfo del PSOE en las elecciones del 2004. Cospedal perdió entonces su cargo en la subsecretaría de Interior, adonde llegó de otro puesto en el que aprendió mucho, la subsecretaría de Administraciones Públicas. Ambos cargos le dieron la suficiente experiencia como para mantener el tipo en duras negociaciones sobre financiación autonómica y de ayuntamientos con los socialistas recién llegados.

A más de un renombrado secretario de Estado de Zapatero le sorprendió agradablemente. Por un lado "sabía de qué hablaba", recuerda, y por otro, "sabía meternos en aprietos". Comprobaron que Cospedal era peleona, pero con argumentos. Desde diciembre de 2005 se convirtió en la consejera de Transportes e Infraestructuras de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid.

La buena opinión se extiende hasta el mismo equipo del presidente Zapatero. Uno de los miembros más expertos del gabinete presidencial, que durante años ha seguido la vida parlamentaria y que también ha tenido que tratar en más de una ocasión con Cospedal, reconoce que "es otra cosa. Tiene formación y conocimientos", si bien no comparte en absoluto la teoría comentada por algunos excolegas, de que Cospedal sea la tapada de Rajoy para el 2012.

No hay razones para el miedo

Sin embargo su debut como secretaria en el XVI Congreso del PP ha decepcionado a buena parte de la prensa, que confiaba en encontrarse con ese prodigio político que habían vendido hasta los adversarios de Rajoy en el PP. Boquiabiertos y sin dar crédito a lo que escuchaban se quedaron los periodistas que asistieron a la improvisada rueda de prensa que montó la secretaria tras el discurso de Rajoy. Interrumpió el trabajo de fotógrafos y redactores, que aprovechaban los 60 minutos de votación de los compromisarios para terminar sus historias, con la excusa de valorar las palabras de su jefe.

A pesar de que todos los presentes acababan de asistir al mitin, Cospedal creyó que sería fácil someterles a una sesión de hipnosis colectiva y explicarles su versión de lo que habían visto con sus propios ojos. Que los compromisarios estaban "ilusionados" o que Aznar y Rajoy habían dicho lo mismo con distintas palabras eran ruedas de molino imposibles de tragar. Furiosos unos, decepcionados otros, en su primera rueda de prensa sólo convenció a las plumas más entregadas al PP.

Más comentado fue su discurso de estreno. Sus primeras frases recordaban a los famosos payasos de la tele: ¿Sabéis por qué estamos aquí? Estamos aquí porque vamos a ganar. ¿Y sabéis por qué vamos a ganar? Porque somos el mejor partido de España. ¿Y sabéis por qué somos el mejor partido de España? Porque tenemos a los mejores afiliados y simpatizantes.

Mientras desgranaba sus perlas-pregunta, los militantes bostezaban, leían el periódico, hablaban por el móvil o se mandaban SMS. Después se paseó con sus padres, los dos abrumados, para mostrar su lado emocional. Muy controladora, fue imposible que ninguno de los compromisarios de Castilla-La Mancha opinara sobre ella. Todos remitían a su secretaria, Mª Jesús, y transmitían sus palabras: "es muy trabajadora y está muy preocupada por la gente, muy cercana".

En el entorno de Rajoy, el porqué de su elección parecía claro: "es el nombre que mejor encaja, el más conciliador". Lo de que mantenga su puesto como presidenta de Castilla-La Mancha y que no tenga escaño en el Congreso, suena a preferir tenerla un poco alejada. Quien piense que no va a tomar las riendas, sin embargo, es que no le ha tomado la medida. Ambiciosa y de carácter fuerte llega dispuesta a imponer su orden.