Una empresa de helecicultura de Ciudad Rodrigo distribuye caracoles a la península Ibérica

Ciudad Rodrigo (Salamanca).-  Una empresa de dos jóvenes hermanos del municipio salmantino de Ciudad Rodrigo, dedicada a la helicicultura, se ha convertido en una de las principales distribuidoras de venta de caracoles alevines y de engorde en el territorio nacional y portugués en su primer año de funcionamiento.

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(EFE)

Una empresa de dos jóvenes hermanos del municipio salmantino de Ciudad Rodrigo, dedicada a la helicicultura, se ha convertido en una de las principales distribuidoras de venta de caracoles alevines y de engorde en el territorio nacional y portugués en su primer año de funcionamiento.

Jorge Benito, uno de los dos responsables, asegura a EFE que "a partir de estos días es cuando comienza la comercialización más fuerte ya que los caracoles se han engordado desde que nacieron en el mes de febrero.

Un kilo de caracoles a los mayoristas lo venden a un precio medio de 6 euros.

La granja tiene alrededor de 2.000 metros cuadrados y está dividida en 2 zonas: la parte donde engorda el caracol y otra destinada al nacimiento y reproducción.

"Una de las características que nos hacen casi únicos es que nosotros criamos alevines que, a su vez, se los vendemos a granjas de caracoles que se dedican al engorde y venta", explica Raúl Benito.

Un kilo de caracoles alevines, que son alrededor de 50.000 ejemplares, tiene un precio medio de 425 euros y su rendimiento, tras ser engordados, es de unos 400 kilos.

Una vez apareados dos caracoles, pasados 10 días, uno de ellos (el que hace de hembra) se entierra durante unas 24 horas, pone alrededor de 90 huevos y, éstos, eclosionan a las tres semanas, dando origen al caracol alevín.

"Es curioso que el caracol, por su condición de hermafrodita incompleto, una vez hace de hembra durante el apareamiento y a la siguiente cópula hace de macho", asegura Jorge Benito.

Para el nacimiento de los caracoles tienen reservada una nave con unas condiciones lumínicas y de humedad muy especiales, ya que siempre está entre 18 y 22 grados centígrados y entre el 70 y el 100 por cien de humedad.

"Además, como las condiciones climáticas de esta nave son muy favorables a las bacterias, está totalmente esterilizada durante el período de cría" explican.

En otra zona de la granja se sitúa el recinto del engorde, donde los caracoles están durante tres meses comiendo un pienso especial hasta que llega a los 10 gramos de peso, que es cuando se considera que el gasterópodo es adulto.

"Tenemos varias hileras de un metro de anchura donde los caracoles disponen de comederos a los que acuden en masa para zampar un pienso rico en calcio, que fabricamos nosotros mismos", asegura Jorge Benito.

En la granja hay alrededor de un millón de caracoles en proceso de engorde que pueden comer de media diaria 40 kilos de pienso.

Los caracoles se alimentan, sobre todo, por la noche, ya que ellos salen al exterior cuando no hay demasiada luz, el resto del día permanecen refugiados en unas cortinas especiales.

Este tipo de animales siempre tiene que estar aislado del aire y del sol, ya que, de lo contrario, se mueren.

El tipo de caracol que crían para su posterior venta en esta granja de la provincia de Salamanca es el conocido como "Helix Aspersa".

Con fines comerciales también hay otras dos clases que se venden muy bien: la conocida como "Borgoña", que es el caracol de mayores dimensiones, y el caracol "Cabrilla", que tiene la concha rayada.

Los caracoles son sordos y ciegos y su comunicación con el exterior la hacen a través de sus dos antenas, que son receptores químicos que utilizan para localizar lo que en ese momento le interese.