Rice no frena las colonias y recibe el mensaje de que el posible acuerdo no incluiría Jerusalén

Jerusalén.-  Condoleezza Rice, secretaria de Estado de EEUU, concluyó hoy una nueva visita a Israel y los territorios palestinos sin frenar los asentamientos judíos y con la advertencia israelí de que Jerusalén podría quedar fuera de un acuerdo de paz.

Rice abandonó la zona con destino a Líbano con un claro mensaje del primer ministro israelí, Ehud Olmert, de que su gobierno no detendrá la construcción en las colonias de Cisjordania que quiere anexionarse en un futuro acuerdo de paz, y menos en Jerusalén.

"No vamos a expropiar más tierras palestinas, pero en Jerusalén seguiremos construyendo en barrios judíos que esperamos que se queden en nuestras manos", fue el tajante mensaje que Olmert comunicó a la secretaria de Estado en la entrevista que ambos.

Poco antes, en Ramala, Rice había advertido del "impacto negativo" que tiene en el proceso de paz la expansión de colonias judías, y aseguró que Washington no reconocerá las nuevas viviendas como línea fronteriza entre Israel y el futuro estado palestino.

Mientras Rice aireaba sus condenas, una comisión del Ministerio del Interior israelí aprobaba un plan de urbanización masiva en Jerusalén con 40.000 nuevas viviendas, más de 2.000 de ellas en la parte este, donde los palestinos quieren fijar su capital.

Gidi Schmerling, portavoz de la alcaldía, explicó a Efe que el plan busca "hacer regresar a los jóvenes" e incluye proyectos en barrios judíos en zona ocupada como Guiló, Ramot, Har Homá y Ramat Shlomó, y en los árabes de Beit Hanina, Issawíe, Shuafat y A-Tur, donde vive población palestina.

"Jerusalén no es un asentamiento", aclaró el alcalde ultraortodoxo Uri Lupoliansky, consciente de que sus iniciativas no serán torpedeadas por un Olmert que desde hace dos meses está en la cuerda floja por un escándalo de presunto soborno.

Rice, que a pesar de la crisis política en Israel aún aspira a alcanzar un acuerdo antes de que termine 2008, también instó hoy a los israelíes a adoptar medidas para mejorar la vida de la población de Cisjordania y contribuir con ello al desarrollo económico de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Lo hizo en una reunión trilateral con el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, y con el primer ministro palestino, Salam Fayad, en lo que es una suerte de rutina en cada una de sus visitas.

"Israel continuará apoyando e impulsando proyectos económicos en Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania)", le aseguró Barak en respuesta a esta petición, en lo que parece el único logro de la sexta misión de paz de Rice a la zona en lo que va de año.

Misiones que se van sucediendo con mayor frecuencia para tratar de alcanzar un objetivo del que ni palestinos ni israelíes parecen demasiado convencidos de que se pueda lograr.

A las declaraciones hace dos semanas del negociador jefe palestino Ahmed Qurea, sobre que sólo un "milagro" traerá la paz este año, se sumó hoy el portavoz de Olmert, Mark Regev, que advirtió que su país ve "difícil" que se resuelvan los puntos más espinosos sobre Jerusalén antes de diciembre.

En una visita para periodistas a las localidades israelíes vecinas a la franja de Gaza, Regev afirmó que el acuerdo que se cerraría en 2008 "difícilmente incluirá un acuerdo final sobre Jerusalén, aunque establecerá un marco para seguir negociando".