Los científicos del CSIC no escapan de la cárcel de Carabanchel

El próximo mes de octubre desaparecerá la cárcel de Carabanchel. Esta mañana, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, han firmado un protocolo de intenciones, por el cual en los 172.000 metros cuadrados que ocupó la prisión durante más de 60 años se construirán 650 viviendas, un hospital y zonas verdes.

La prisión se empezó a construir en 1940 y se inauguró en 1944, y aunque inicialmente estaba habilitada para 2.000 presos, durante décadas fue símbolo del hacinamiento en las cárceles y de la represión franquista. En los últimos diez años, un fuerte movimiento, agrupado en torno a la Coordinadora Vecinal de Latina y Carabanchel, defendió el proyecto para zonas verdes y un núcleo central con un espacio para la memoria histórica de los miles y miles de presos políticos y sociales que pasaron por uno de los lugares más siniestros del franquismo.

Hace un mes, un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presentó un proyecto, con el objetivo de abrir el debate sobre cómo pueden o deben de gestionar las sociedades "un patrimonio histórico indeseado", como destacaba la directora del proyecto, la antropóloga Carmen Ortiz.

Los investigadores siguen

Esta mañana, a Ortiz la ha pillado a trasmano la firma del acuerdo entre Rubalcaba y Gallardón. Aunque sabe que "el qué hacer con el patrimonio franquista" es siempre un problema, el modesto equipo del CSIC que ella dirige va a "seguir adelante con la investigación". Sospechando algo de lo que podía pasar y que Carabanchel tenía los días contados, han grabado bastante material de la prisión en estos seis últimos meses.

"En estos momentos nos dedicamos a las entrevistas con los presos políticos y los comunes. Después seguiremos con los funcionarios de la prisión" comenta Ortiz, empeñada en rematar un estudio con poca financiación, pero para el cual tienen cinco años por delante.

La financiación con la cuentan procede de Bruselas, y forma parte de un proyecto dedicado a la investigación sobre los patrimonios conflictivos, como es en este caso el del franquismo en España. Hay dinero prestado para investigar tres aspectos: Guernica y su bombardeo, la reconstrucción durante el franquismo y Carabanchel "que es el más modesto de los proyectos" insiste la antropologa, pero que seguirá adelante, a la espera de tener más dinero para pagar a los colaboradores.

Sobre la decisión de hoy, la firma entre Gobierno socialista y alcaldía popular para derribar Carabanchel, Carmen Ortiz opta por la prudencia, porque no sabe en que consistirá ese monumento "que mantendrá viva la memoria de los presos políticos del franquismo" como subraya el protocolo firmado por Interior y la alcaldía de la capital. Pero la catedrática no puede dejar de expresar la importancia que tiene para ella "el carácter simbólico y material del edificio, un centro muy importante en la memoria de España".

Por eso, aunque los investigadores del CSIC ya no necesitan estar entre las viejas rejas para grabar y llevar adelante su proyecto, tampoco están dispuestos a escapar de la cárcel, quitándose el problema del medio. No son políticos.