Nos quedan cuatro años por delante apretándonos el cinturón

MADRID.-  Hasta 2015 el sector inmobiliario nacional no volverá a la normalidad. Al menos éste es el pronóstico de la consultora R.R. de Acuña & Asociados, que estima que se necesitarán "cuatro años de duro ajuste, más otros tres de consolidación", para paliar el "gran desajuste existente entre oferta y demanda". Además, será necesario que baje "sustancialmente" el precio del petróleo y del euro.

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Actualmente, España cuenta con 1.600.000-2.700.000 viviendas vacías, según el Anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario Español 2008 elaborado por esta consultora. Una cifra que irá incrementándose a lo largo de 2008 y 2009 por las promociones iniciadas en los últimos ejercicios y aún no terminadas. Esto significa que se necesitarán entre 5 y 7 años para poder vender toda la sobreoferta generada en este tiempo.

El efecto dominó

Está previsto que en 2008 se inicien entre 240.000 y 350.000 casas, casi un 49% menos, y que en 2009 esta cifra se reduzca un 66%, hasta las 150.000 ó 200.000 unidades. Esta contracción de la edificación tendrá un impacto negativo en el PIB y en la creación de empleo -descenderá un 11,3% en 2008 y un 16,8% en 2009-. La explicación es sencilla. Por un lado, si se construye y se vende menos, el personal se reduce; y, por otro, si el peso de la construcción en el Producto Interior Bruto pasa del 10% de los últimos dos años al -75% previsto, podría suponer tasas de crecimiento negativo en 2009.

El resto de sectores económicos deberían absorber este descenso durante un periodo no inferior a los cuatro años, lo que implicaría un necesario cambio de modelo económico, según los autores del estudio, y que implicaría la intervención de políticas fiscales de gran gasto inversor, algo difícil de conseguir dadas las limitaciones de déficit que impone a los presupuestos la Unión Monetaria Europea.

Luz al final del túnel

La buena noticia es que estos expertos prevén un descenso ininterrumpido de los precios de las casas en torno al 20%-30% durante los próximos dos o tres años, hasta adecuarse a las necesidades de la demanda, que ha demostrado no poder pagar pisos que superen los 200.000 euros de media. Además, se espera un aumento de la oferta de vivienda protegida.

No tan halagüeño es el futuro que le espera a las empresas del sector. El anuario prevé unos 3.000 millones de euros en pérdidas este año, ya que los costes financieros de las promotoras aumentarán en cinco puntos, hasta suponer el 23% de su facturación, "cifra que hace muy difícil mantener una cuenta de resultados positiva", comenta el presidente de R.R. de Acuña & Asociados, Fernando Rodríguez y R. de Acuña.

Un 'guiño' a los empresarios

Quizás estos pesimistas datos para el sector hayan ablandado el 'corazoncito' de la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, quien esta mañana anunciaba en un desayuno de Forum Europa, que no va a "abandonar a su suerte" a las empresas inmobiliarias, ya que se trata de un sector con una "importancia decisiva en la economía española". Eso sí, citando al vicepresidente económico, Pedro Solbes, asegura que "no impedirá artificialmente" un ajuste del sector que, ha dicho, "será intenso", pero "era previsible y necesario".

Además de las medidas anunciadas en su primera intervención en el Congreso (apuesta por la rehabilitación y la renovación urbana, por la eficiencia energética, así como por las viviendas protegidas en régimen de alquiler con opción a compra), las novedades son pocas. A destacar la puerta abierta que Corredor ha dejado a una posible ampliación de la línea de crédito del ICO para la promoción de viviendas protegidas, pues la primera ya ha sido totalmente agotada.

Mientras tanto, los promotores callan y esperan, pensando ya en la 'vuelta al cole'. Y es que septiembre será la fecha clave para conocer el alcance de la crisis.