¿Puede ser una réflex tu primera cámara?

MADRID.-  Hay una norma no escrita que dice que la primera cámara de un novato no debe de ser una réflex. Sin embargo, esa regla tiene demasiadas excepciones. Las cámaras compactas están muy bien para llevar en el bolsillo, pero con frecuencia se nos olvida que sus prestaciones a veces son tan limitadas que las fotos obtenidas desaniman al fotógrafo 'amateur' (sobre todo si dispara en interiores). Hemos puesto la flamante Canon 450D en manos de María José, una traductora de inglés de 30 años que nunca ha tenido su propia cámara, ni tan siquiera su teléfono móvil incorpora una. Los resultados de la experiencia son interesantes.

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'Skaters' retratados por nuestra 'novata'.

Aunque ciertamente una réflex, por pequeña que sea, es una cámara que no está hecha para llevar en cualquier momento, lo cierto es que cada vez son más los teléfonos móviles que incorporan cámaras con calidad suficiente para captar 'instantes decisivos' en el día a día. Sin embargo, cuando uno desea documentar un momento importante la cámara compacta suele ser insuficiente, tenga el fotógrafo la experiencia que tenga.

Por ello, no es descabellado pensar que por baratas que sean muchas de las actuales cámaras compactas, muchos aficionados malgastan el dinero al comprar una. El pasado año Antonio Pérez, presidente y consejero delegado de Eastman Kodak, explicaba en una entrevista a El País, hablando del futuro de los teléfonos con cámara incorporada, que "se van a ver cámaras de verdad con teléfonos de verdad y eso va a cambiar la manera de hacer fotografía. La gente tendrá quizá otras cámaras con más características para el día del cumpleaños, pero la imagen espontánea se hará con productos multifuncionales".

En el actual panorama de la fotografía digital 'amateur', lo más sensato es disponer de un móvil que realice buenas fotos y una cámara que sea capaz de servirnos muchos años. En el último caso podemos optar por algunos modelos de compactas de alta calidad, como la Sigma DP1 (equipa un sensor con tecnología Foveon X3 que logra unos colores de un realismo increíble). El problema es que el precio de cámaras de esa calidad es elevado. Recurrir a las 'bridge' es otra de las opciones, pero aunque equipan ópticas muy versátiles, en muchos casos el sensor suele ser tan pobre como el de la mayoría de las compactas.

La cámara del experimento

Hemos escogido para esta prueba la que era hasta hace un par de días -cuando fue anunciada la 1000D- la última réflex digital para aficionados de Canon, la 450D. La razón principal es que, siendo una cámara de iniciación, es bastante digna:

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Unos chavales haciendo acrobacias.

• Sus 12 megapíxeles son ideales para los que desean encuadrar en el ordenador recortando la foto. Algo perfecto cuando aún no se dominan las técnicas de composición.
• Los archivos RAW que genera son bastante flexibles, lo suficiente para que con unos cuantos toques puedas salvar en la posproducción una foto genial.
• Sus buenas cualidades de disparo en ráfaga la hacen muy atractiva para lograr fotografías de acción.
• El ruido que produce es bastante tolerable, incluso disparando a 800 ISO. Esto la hace idónea para que en las fotografías de interiores no sea necesario usar el flash.
• La enorme pantalla de tres pulgadas, de gran calidad, y el Live View son ideales para muchos aficionados sin experiencia.
• Los modos automáticos permiten obtener buenas fotos mientras el aficionado aprende a usar las funciones manuales.
• Su batería aguanta bien y se carga rápido.
• Permite ver las imágenes obtenidas en el televisor, algo que muchos aficionados agradecerán.
• La compensación del movimiento es buena. Con un poco de pulso no hay problemas disparando a 1/15.
• En general, posee todas las características necesarias para aprender a hacer fotografías: Posición B, un objetivo de serie bastante versátil 18-55mm (equivalente en 50 mm a unos 28-90mm), y la opción de disparar controlándola desde un ordenador (una opción a considerar si queremos hacer nuestros pinitos en la fotografía de estudio).

La prueba

Lo primero fue darle a María José un curso exprés de fotografía. Antes que nada había que explicar qué es el obturador, el diafragma, y de qué forma el sensor ha sustituido al carrete de la fotografía analógica. También aprendió a gran velocidad a coger la cámara, cuestión muy importante, y por puro instinto empezó desde el principio a moverse en función de la posición del sujeto a fotografiar (el mundo nunca va hacia el fotógrafo).

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El perro de nuestra protagonista, fotografiado por ella.

Después pasamos a ver los controles esenciales de la cámara, aunque sin entrar en los ajustes de la sensibilidad ISO. Fue interesante comprobar cómo la función Live View del aparato no la sedujo, y aquí rompió con un tópico de los fabricantes. En todo momento utilizó el visor óptico de la 450D, y sólo se valió de la pantalla para ver qué tal estaban saliendo las fotografías.

A María José le interesa la acción, eso está claro. En cuanto tuvo la cámara entre sus manos y tenía los conocimientos mínimos para manejarla quiso disparar ráfagas para capturar el movimiento. Tras poner el modo de prioridad para la apertura y ajustar el disparo en ráfaga nos topamos con unos chavales haciendo acrobacias (foto a la izquierda, arriba). De todas las fotos disparadas en esa sesión logró captar el movimiento con cierta habilidad en varias de ellas, aunque aún se mostraba insegura a la hora de encuadrar mediante el objetivo.

En la siguiente sesión de fotos, María José se decidió por fotografiar a un grupo de patinadores que hacían 'skate'. Pronto entendió que era una tarea difícil, sobre todo porque había comenzado a experimentar con el encuadre y se sentía algo perdida. Sin embargo, como en el caso de la sesión anterior logró obtener alguna foto que no está nada mal. En ambas sesiones las fotografías no tenían la mejor exposición posible, pero hay que tener en cuenta que estaban siendo disparadas en RAW, por lo que podrían ser sometidas a una sencilla posproducción en la que mejorarían notablemente (cosa que no hizo para no adulterar la prueba).

Finalmente, estando ya más sosegada, nuestra 'conejilla de indias' decidió fotografiar a su propio perro y a alguno más que encontró. En este caso le recomendé ajustar la cámara para fotografiar en JPG, con la idea de que las imágenes que captase no fueran proclives a ser corregidas. Entendió esto perfectamente y logró alguna foto, ajustando la cámara en modo retrato, correcta en cuanto a composición (fotografía a la izquierda).

Conclusión

María José, que por primera vez cogía más de cinco minutos en sus manos una cámara, se quedó con ganas de hacer más fotos. En ningún momento le estorbó el casi medio kilo de la 450D, entendió con cierta rapidez las funciones de la cámara y se divirtió de lo lindo. Entendió que uno de los secretos de una buena foto es olvidarse de todo y centrarse en el sujeto. Encuadrar fue lo que más le costó, pese a las indicaciones hizo varias fotos de personas en las que estas aparecían con los pies cortados. Lo que hizo correctamente fue moverse por instinto buscando la mejor imagen.

¿Y tú? ¿Te decantarías o te has decantado ya por una réflex digital como tu primera cámara? ¿Aún te asustan? Cuéntanoslo.