La América 'frankista'

Rockers negros, un jubilado a la sombra de de un toldillo arrugado que bien pudiera ser una bandera, una tribuna de tétricas autoridades con sombrero de copa. Uno parece Jesús Gil y otro lanza un besito. Alguien elige una canción en el jukebox de un salón de baile desierto. Una niña blanquísima en una calle lunar nos mira desde los brazos de una mujer negrísima. Adolescentes maricas neoyorquinos y un hombre que obedece a una flecha de neón gigante.

Portada del libro de Robert Frank, 'Los Americanos'.

El día que el fotógrafo suizo Robert Frank publicó su libro 'The Americans', las críticas más suaves que recibió le tachaban de ser un triste y un enfermo, pero por encima de todo de ser un antipatriota. Que el resultado de una beca Guggenheim y de dos años recorriendo los Estados Unidos fueran 83 fotografías de este tono era un auténtico escándalo.

Nadie hasta entonces, 1959, había osado fotografiar la bandera americana, orgulloso símbolo de poder y prosperidad, de manera tan cínica y rastrera. Frank mostraba el lado más pobre, patético, triste y vulnerable del país más poderoso del mundo. El sueño americano convertido en pesadilla. "Mi objetivo era hacer un trabajo que documentara la América del momento con imágenes de una potencia tal que no necesitaran explicación ni pie de foto alguno"—dijo entonces. Y lo consiguió, porque desde el punto de vista artístico, el libro también fue toda una revolución. Las fotos de Frank eran pura poesía. Torcidas, borrosas, turbias y dotadas siempre de un cierto misterio eran la antítesis de las fotografías que las revistas como Life o Look venían publicando: fotos nítidas, perfectamente enfocadas, muy fáciles de descifrar y que, normalmente, mostraban el lado más positivo de las cosas.

¿Quién entonces se atrevió a publicar semejante trabajo: una América fotografiada a ritmo de road-movie, triste, racista, desenfocada y tenebrosa? Pues, en un principio, nadie en los Estados Unidos estuvo dispuesto, así que el libro se editó por primera vez en Francia en mayo de 1958. Su editor, Delpire, publicó las fotografías acompañadas de textos sobre la historia política y social de América y encuadró el libro dentro de una colección llamada La enciclopedia esencial, que mostraba diferentes países del mundo a los lectores franceses. Insospechado formato para la obra de Frank.

Santa Fe.nuevo mejico.©Robert Frank.

Un año más tarde salía al mercado la, ya mítica, primera edición americana de la mano de Grove press y prologada por uno de los mas importantes poetas de la llamada generación beat: Jack Kerouac : "Si no te molan estas fotos es que no te gusta la poesía".

La combinación fue perfecta. Grove era una editorial combativa de libros alternativos y de vanguardia que ya había saltado a los titulares de la prensa por publicar obras de peligroso contenido político o sexual. En 1954 había tenido el valor y la vista de publicar 'Esperando a Godot' del futuro premio Nobel Samuel Beckett después de que la obra hubiera sido rechazada por las principales editoriales del país. En 1959 fue también la primera en publicar la versión original, no censurada, de 'El amante de Lady Chatterley' de D. H. Lawrence y, unos años después, 'Trópico de Cáncer 'de H. Miller. La obra de Frank, denostada en un principio por la mayoría de la crítica, se convirtió en los años 60 en una obra maestra indispensable, considerada hasta hoy como uno de los más influyentes trabajos gráficos de la segunda mitad del siglo XX, que transformó la manera de mirar de los fotógrafos y puso las bases para un nuevo fotoperiodismo, más libre y personal, que más tarde abanderarían fotógrafos como Diane Arbus o Lee Friedlander.

Han tenido que pasar 50 años para que se edite por primera vez en castellano 'Los Americanos' (Ed. La Fábrica). Corran a comprarlo. Yo me compraría este libro aunque fuera en una edición braille sólo para poder leer el ciclónico prologo de Jack Kerouac. Ahí va una muestra. Háganse con el resto por 35 euros: "Robert Frank, suizo, discreto, amable, con esa pequeña cámara que levanta y dispara con una mano, se tragó un triste poema desde la misma América y lo pasó a la fotografía, haciéndose un sitio entre los grandes poetas trágicos del mundo".

*Sofía Moro es nuestra colaboradora de fotografía