Criado de Val más que Hijo Adoptivo se siente el "papá adoptivo" de la región

Toledo.-  El lingüista, dramaturgo, profesor de periodistas e historiador Manuel Criado de Val, quien con 90 años cumplidos trabaja "más que nunca", será nombrado el sábado Hijo Adoptivo de Castilla-La Mancha, pero, según bromea en una entrevista con Efe, más bien se siente "el papá adoptivo" de la región.

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(EFE)

El lingüista, dramaturgo, profesor de periodistas e historiador Manuel Criado de Val, quien con 90 años cumplidos trabaja "más que nunca" será nombrado el sábado Hijo Adoptivo de Castilla-La Mancha, durante la entrevista que mantuvo con Efe.

Lo dice por su edad y porque, aunque nació en Madrid, se ha sentido "metido en Castilla-La Mancha" desde que surgió esta comunidad autónoma en el tercer tercio de su vida.

Apunta asimismo que todos sus trabajos sobre lengua e historia han estado "relacionados con Castilla La Nueva" y que se considera "además hijo natural", ya que "Castilla-La Mancha y Madrid son del mismo padre" y los madrileños son castellanos "aunque hagamos diferencias".

Criado de Val agradece "muchísimo" el premio honorífico de la Junta "sobre todo porque es de afecto y cordialidad" y por la oportunidad de "dar un abrazo a mi amigo Barreda", añade en referencia al presidente regional.

"Yo no soy viejo, en absoluto", afirma al señalar que "la edad y la mente van unidas" y recordar que así lo expuso en "La imagen del tiempo: verbo y relatividad", uno de sus libros.

Para demostrarlo, el doctor en Filosofía y Letras e investigador del CSIC apunta que nunca ha tenido "tanto atropello de trabajo como este año".

En junio presidirá en Cádiz la novena edición del bianual Congreso Internacional de Caminería Hispánica que él fundó y le ha llevado a ser una eminencia mundial en el aspecto intercultural de las vías de comunicación y a que la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, de Morelia (México), creara una cátedra con su nombre.

Y el 5 de julio dirigirá, un año más -y van 48-, una obra en el Festival de Teatro Medieval de Hita (Guadalajara), que también él fundó.

Si el año pasado convirtió al autor del "Libro de buen amor" en un personaje teatral para demostrar su tesis de que Juan Ruiz era en realidad Johannes Roderici y también creó la pieza musical cumbre del medievo "Códex Las Huelgas", esta vez Criado de Val avanza a Efe que prepara una adaptación de "La vida de Gargantúa y de Pantagruel", de François Rabelais.

Pero no una versión más de las cinco novelas del humanista del siglo XVI, sino "un Gargantúa y Pantagruel sobre el tema del botellón, del gran botellón".

Éste es el nuevo sentido que quiere darle Criado de Val a la satírica obra para subrayar que Rabelais, como otros grandes maestros medievales, tenía una visión futurista y "se anticipaba" y "superaba nuestra actualidad".

La caminería y el teatro medieval ocupan ahora buena parte del tiempo del Hijo Adoptivo regional de 2008, quien es autor de una gramática y se hizo popular entre los españoles al presentar varios programas en TVE relacionados con el lenguaje, entre ellos "Lengua viva".

Con nostalgia lamenta que se ha perdido buena parte de la documentación acumulada para aquellos programas, ya que atesoró miles de grabaciones sobre cómo se hablaba el castellano en diferentes zonas en aquellos años sesenta y setenta pero poco material ha quedado archivado.

¿Y cómo hablamos en el siglo XXI? "Todos de la misma manera", dice el experto filólogo para recalcar la progresiva uniformidad del idioma en detrimento de los acentos locales "y del vocabulario"; "hay palabras que los jóvenes no han oído jamás" porque "al no leer, no tienen riqueza de léxico".

Criado de Val advierte de que cada vez más nos limitamos a usar la lengua "para comunicar" y no para "crear pensamiento".

"Muchos poetas y poca poesía", añade sobre el lenguaje actual "sin sentido estético de las palabras".

Otra afición de Criado de Val -cultivada para sus obras escénicas junto a maestros como Cristóbal Halffter, Joaquín Rodrigo y Gregorio Paniagua- es la música, arte que, asegura: "al que no le guste es un pobre hombre".

Y un aficionado al arte medieval no podría hallar entretenimiento mejor que el cuidado de un viejo molino como el que posee en Sopetrán, cerca de Hita, que, presume: "lo mantengo como una joya de restauración, tal cual era, una preciosidad".