Abreu ante el "reto" de un premio a su "escuela de vida social" y desarrollo

Caracas.-  El Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela es "una escuela de vida social", afirma su fundador, José Antonio Abreu, para quien el Príncipe de Asturias de las Artes trae el reto de ser "dignos" de la distinción.

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(EFE)

El compositor José Antonio Abreu habla con la prensa, el pasado 21 de mayo. El Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela es "una escuela de vida social", afirma Abreu.

En una entrevista con Efe, Abreu habla del premio recién otorgado y de su fe en la futura Orquesta Sinfónica Juvenil Iberoamericana, que concibe como "una plataforma de encuentro" de jóvenes músicos, precursora de un "diálogo mundial" que propicie "la paz y el entendimiento" entre los pueblos.

Desde su pequeño despacho en la sede de la Sinfónica Infantil en Caracas, el maestro venezolano cuenta el concepto de esta red de orquestas que fundó en 1975 para que otros niños tuvieran "la misma oportunidad" que él había tenido, y que se ha convertido en un modelo reconocido mundialmente.

"Cada vez el Sistema ha penetrado en más capas de la sociedad", indica, recordando que se han integrado niños discapacitados y otros en situación de calle, en comunidades donde la pobreza es crítica.

"Sirve de horizonte de esperanza, de alegría, de integración familiar", comenta.

"Escuela de vida social, y también de desarrollo comunitario, de integración comunitaria" es su definición del Sistema, constituido actualmente por unas 170 orquestas en todo el país, en las que están integrados unos 265.000 jóvenes y niños.

El acceso a la educación artística, contribuye, según Abreu, al "el rescate social y moral" de los jóvenes de más bajos recursos y a impedir que "el arte se confine a las elites".

Para el compositor y economista venezolano, "la democratización de la educación artística debe constituir una de las metas acuciantes del sistema educativo en el mundo".

Al comentar el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, concedido la semana pasada al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, Abreu destaca "dos sentimientos".

El júbilo de las orquestas "ante esa noticia que premia su esfuerzo, el sacrifico de los muchachos, la abnegación casi heroica de nuestros maestros (...) es una recompensa", indica.

"Pero por otra parte, al mismo tiempo, par quienes tenemos responsabilidades de conducir el Sistema... constituye una gravísima responsabilidad, una carga adicional. Es la responsabilidad de confirmar y de perfeccionar cada día nuestro esfuerzo", señala.

"No podemos ceder en nuestro esfuerzo... (pensar que) un premio por grande que sea pone punto final a nuestro camino... al contrario nos sitúa ante un horizonte más amplio y retador", destaca Abreu, quien irá a Oviedo, para la entrega del premio, en octubre.

"Pero no solo... irá una representación de los niños, de los maestros... todos merecen estar allí", dice.

En su constante labor, que le ha valido elogios y premios en todo el mundo, el compositor evoca otras perspectivas más allá de las fronteras de Venezuela, y comenta con emoción la iniciativa de una Orquesta Sinfónica Iberoamericana.

Recuerda que a partir de las orquestas venezolanas hubo "intenso contacto con países hermanos de Latinoamérica y el Caribe, y España y Portugal".

"La CAF (Corporación Andina de Fomento) ha iniciado también un maravilloso programa, con la constitución de la Orquesta de Países Andinos que se ha estrenado", señala.

De esos pasos previos y esfuerzos, nació la idea de una orquesta continental, apoyada por la Cumbre Iberoamericana, ya en la reunión de Santiago de Chile, el pasado noviembre.

Abreu espera que la próxima cumbre, en octubre de este año en El Salvador, se "confirme el mandato" de ese proyecto y se pueda concretar el año que viene.

Hace un mes la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela firmó un convenio con la Fundación Albéniz, de España, para permitir a jóvenes venezolanos el acceso a clases virtuales con maestros de la música.

Abreu califica ese acuerdo de "trascendental".

Modesto pese al rotundo éxito de su Sistema de Orquestas, Abreu no se considera, como algunos dicen de él, un "visionario".

Él se define más bien como "un trabajador social con una profunda fe en su arte como instrumento para estimular y promover el desarrollo humano en su país, un modesto músico que aporta su cuota de esfuerzo y trabajo a esa idea".

José Antonio Abreu nació en 1939 en la localidad de Valera, en el estado occidental venezolano de Trujillo. Su madre era hija de italianos y su abuelo materno, director de una banda musical, vino de Italia a finales del siglo XIX.

"Él, junto con otros compañeros emigrantes, fundaron una banda filarmónica en Montecarmelo (Trujillo)... que fue la primera semilla de este proceso. Habían traído en el barco 46 instrumentos de música", señala.