Los sindicatos cifran el paro en el 95% y la patronal lo reduce a entre el 15 y 25%

Sevilla.-  Los sindicatos CCOO y UGT han cifrado en un 95 por ciento de media el seguimiento hoy del primero de los cinco días de huelga en la construcción en la provincia de Sevilla, en demanda de la jornada intensiva también en junio, mientras que la patronal Gaesco lo reduce a entre el 15 y el 25 por ciento.

ampliar foto

(EFE)

Los vigilantes de una obra conversan en el primer día de huelga en el sector de la construcción de Sevilla convocados por CCOO y UGT por el desacuerdo con la patronal Gaesco.

La jornada discurre "con total normalidad" y sin incidentes, único elemento en el que coinciden los sindicatos y la patronal del sector, aunque ésta ha denunciado la "coacción" ejercida por algunos piquetes, con lo cual, según Gaesco, algunas obras mantienen las puertas cerradas, aunque se desarrollan "trabajos en el interior".

A la huelga, que se repetirá mañana y los días 3, 4 y 5 de junio por el desacuerdo con Gaesco en la aplicación de la jornada intensiva (de 7 a 14 horas) en los tres meses de verano, están convocados los 85.000 trabajadores del sector en la provincia.

En un acto ante la obra de la estación de San Bernardo del Metro, los secretarios provinciales de construcción de UGT (MCA), Anastasio Pavón, y CCOO (FECOMA), Antonio Salazar, han asegurado que la incidencia del paro ha sido del cien por cien en Sevilla, del 98 en el Área Metropolitana y del 90 en zonas más alejadas como Morón.

Acompañados por un centenar de delegados sindicales, han destacado que en este primer día de huelga "han parado totalmente" las obras "emblemáticas" como las de la Línea 1 del Metro -con más de 1.600 obreros-, del intercambiador o de la nueva esclusa.

Sin embargo, Gaesco ha considerado la huelga "injustificada" al haber ofrecido la jornada intensiva para los meses de julio y agosto completos, y ha dicho que comenzó con un seguimiento cercano al 25 por ciento, que ha bajado hasta el 15 conforme según ha avanzado el día.

Su gerente, Manuel Sillero, ha declarado a Efe que el seguimiento es "más intenso en Sevilla y la Corona metropolitana", en torno al 15 por ciento, e "inferior al 5" en el resto de la provincia.

Los responsables sindicales han explicado que están "abiertos a sentarse a negociar" y que la huelga no es por "cuestiones económicas, sino que se trata de la salud de los trabajadores", según Pavón (UGT), además de negar que con la jornada continuada en verano decaiga la productividad un 30 por ciento.

Para Salazar (CCOO), se reduce un 70 por ciento a partir de las 14.00 y las 15.00 horas, mientras que ha dicho que los datos de otros años acreditan que en la jornada de 7 a 14 horas "se mantiene la productividad y el mismo ritmo de trabajo que en la de 8 horas".

"Esta huelga no es un capricho, porque hasta un niño sabe que no se puede trabajar bien con 48 grados al sol: es una cuestión de salud de los trabajadores", ha afirmado.

Según los sindicatos, el pasado verano hubo horario intensivo del 9 de julio al 30 de agosto y para éste reclaman que empiece el 13 de junio y "acomodar durante todo el año las 1.746 horas anuales", pues no piden "no echar ni una hora menos de la que marca el convenio".

Plantean además reducir las horas extras, al asegurar que con las que se hacen al año se crearían 11.445 empleos en la provincia.

Ante las críticas de Gaesco de que exijan jornada intensiva y no acepten la implantación de controles de alcoholemia y drogas, Pavón lo ha tachado de "indignante, una irresponsabilidad y una pasada al haberse puesto de borrachos y drogatas" a los obreros, cuando "no es verdad", además de que están abiertos a hablar de ello "siempre que, como ahora, no se plantee sólo para medidas represivas".

Salazar ha negado que el consumo de alcohol y drogas en el sector roce el 30 por ciento, como aduce Gaesco citando sondeos sindicales, lo que en todo caso "habría que tratar como una enfermedad", y ha dicho que "si fuera así, que no lo es, habría que correr a los empresarios a gorrazos por aceptarlo y no hacer nada".

Los empresarios han negado hoy que la finalidad de esos controles sea "represiva, sino precisamente la de prevenir posibles riesgos".