Ascienden a 80.000 los muertos y desaparecidos por el seísmo en Sichuan

Pekín.-  A 80.188 ascendió hoy el número de víctimas -55.239 muertos y 24.949 desaparecidos- por el seísmo del 12 de mayo en la provincia de Sichuan, el más devastador que sufre China en tres décadas y cuya reconstrucción durará tres años.

Según los últimos datos del gobierno de Sichuan, donde se registró el epicentro, la cifra de heridos sólo en esta provincia alcanza ya los 281.066.

Las cifras ofrecidas ayer por el gobierno central incluían un total de 51.515 muertos en las seis provincias afectadas, la mayoría de ellos (unos 50.000) en Sichuan, además de 29.328 desaparecidos y 288.431 heridos.

A pesar de que han transcurrido once días desde que se produjo el seísmo, uno de los de mayor magnitud registrados en China al alcanzar los 8 grados en la escala abierta de Richter, la prioridad sigue siendo salvar vidas.

Los equipos de rescate consiguieron salvar a 83.988 personas en la provincia, informó el vicegobernador provincial, Li Chengyun, en rueda de prensa transmitida por el canal estatal CCTV4.

Li explicó que los supervivientes necesitan una gran cantidad de medicinas, sobre todo, antibióticos y tiendas de campaña para cobijarse, ya que la mayoría lo ha perdido todo.

"Necesitamos tiendas de campaña y viviendas provisionales. Más de 5 millones de personas afectadas por el terremoto necesitan un cobijo apropiado", señaló el vicegobernador, quien añadió que son también necesarias máquinas para apartar los escombros y limpiar.

Según el vicegobernador, todavía permanecen bloqueadas 33 carreteras en su jurisdicción y las labores de reconstrucción de la zona devastada durarán hasta tres años.

"El área afectada es muy montañosa y esto supone grandes dificultades para las labores de reconstrucción", señaló Li.

En los informes que llegan de la zona escasean cada vez más las noticias de rescatados con vida, aunque algunas todavía arrojan una luz de esperanza, como el salvamento hoy de un matrimonio de ancianos, Tian Yueqing, de 92 años, y Cao Shuyun, de 84, sin hijos, que quedaron aislados en su cabaña en la montaña Qingcheng después del seísmo.

Más de 200.000 voluntarios, incluidos psicólogos que están ayudando a los supervivientes a superar los efectos traumáticos de la catástrofe, trabajan en labores de rescate y socorro para paliar los efectos de un seísmo que los líderes chinos califican como el peor desde la fundación de la República Popular (1949).

Más de 7.000 réplicas han afectado a Sichuan desde el 12 de mayo, lo que ha provocado el pánico entre los supervivientes, ya que algunas de ellas alcanzaron los 6,1 grados de magnitud.

Li se defendió de algunas críticas que señalan que la catástrofe podría haberse previsto, ya que Sichuan está situada en una zona de alta actividad sísmica y los días previos al terremoto se detectaron migraciones de animales, como sapos, que suelen preceder a los movimientos telúricos.

"No recibimos ninguna información de alerta antes del seísmo. Ni siquiera yo vi ningún fenómeno natural que pudiera sugerir su inminencia", explicó.

A pesar del eficaz, rápido y masivo despliegue de más de 200.000 efectivos que el Gobierno ha movilizado para llevar a cabo las labores de rescate, cuatro funcionarios de la localidad de Dujiangyan fueron sancionados por negligencia durante el salvamento.

Li advirtió de que "todos los funcionarios que no cumplan con su deber serán castigados" e informó del envío de 12 equipos de supervisión a las áreas devastadas, que han denunciado 96 casos de "actividades mercantiles ilegales".

Por otro lado, las zonas devastadas se ven amenazadas ahora por la formación de 34 lagos debido a los aludes de tierra, ocho de ellos a punto de desbordarse por el inicio de la temporada de lluvias, y por invasiones de ratones y ratas que pueden provocar enfermedades contagiosas entre los supervivientes.