Gallardón presenta un discurso de investidura en la sombra

Dice que no ha pedido nada, ni que tampoco lo quiere. Ya lo hizo en ocasiones pasadas y así le fue... ha dejado entrever cuando se le ha preguntado sobre sus aspiraciones más próximas. Pero Alberto Ruiz-Gallardón no podía dejar pasar una oportunidad como la de hoy -ante la cúpula de su partido, centenares de periodistas y en mitad de la peor crisis que ha vivido su partido- para marcar, él también, el paso al líder (que mañana presenta su ideario para los próximos años ante un grupo de universitarios). Y lo ha hecho con un discurso que tenía letra y música de investidura de Gobierno, aunque él lo negara una y mil veces.

Ángel Díaz (EFE)

El presidente del PP, Mariano Rajoy y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

Con el propósito de "huir del sordo ruido de fondo que ha teñido de pesimismo nuestras mejores intenciones", el alcalde de Madrid ha presentado esta tarde en el Foro ABC-Deloitte las líneas maestras de lo que sería su proyecto político para España, más allá de los límites de la Villa de Madrid. Ese programa de Gobierno que debe hacer suyo el Partido Popular si quiere volver al poder, y que tiene como base fundamental la reconquista del centro ideológico, que "no puede ser un paréntesis en la historia del partido". Le pese a quien le pese.

La receta no la ha ido a buscar muy lejos el alcalde: el modelo es la ciudad de la que es regidor desde hace cinco años. Asegura Gallardón que sus objetivos "pueden parecer inabordables" para algunos, pero "en Madrid los hemos demostrado posibles". Y así, como si se hubiera subido a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, el regidor ha comenzado a esbozar sus propuestas en materia económica, de empleo, educativas, hidráulicas, de relaciones exteriores, terroritoriales (incluido el espinoso tema de los nacionalismos), energéticas, en medio ambiente o en justicia. "Un discurso más práctico que el teórico que ofreció Aguirre", en palabras de un asistente a la conferencia, que también presenció a la conferencia de la presidenta de la Comunidad en el mismo Casino hace un mes y medio. Nada de ideas en abstracto, ni machacar tanto con los "principios" -en boca de todos los dirigentes del partido en las últimas semanas-.

Tanto ha sonado a discurso de investidura, que hasta el móvil del director de ABC, Ángel Expósito, - a la sazón moderador del encuentro- ha llegado un sms advirtiéndoselo. Presto ha vuelto a estar el alcalde con su habitual "por favor, nada más lejos de la realidad". Su programa "no es abarcable por un Gobierno", ni tiene la caducidad de cuatro años de legislatura. No. Su proyecto es una "ambición colectiva de la sociedad", que tiene, eso sí, que encauzar el Partido Popular. Pero la pregunta es ¿quién dentro del partido? No ha hecho falta preguntárselo, tampoco es que hubiera muchas dudas (no ha sido Gallardón de los que en las últimas semanas ha ejercitado la vacilación). "Estoy convencido que el mejor director, quien dará fuerza y coherencia a este proyecto y el hombre que reúne las cualidades para acometer hoy esa tarea es el presidente del PP, Mariano Rajoy", que por fin ha podido tener un lunes tranquilo.

"No soy el tapado para la Secretaría General"

Aclarado que él no tiene aspiraciones a robarle el sillón a Rajoy, quedaba despejar la incógnita de si le acompañaría en esta nueva etapa, que tantos quebraderos de cabeza le está trayendo al jefe. Todavía sangra Gallardón por la herida de la puñalada que le asestaron a la par Rajoy y Aguirre aquel 17 de enero, cuando le cerraron las puertas del Congreso. El apoyo de esta tarde lo hacía "a una persona cuyas decisiones no siempre han sido favorables para mí". Pero a pesar de ello, parece ya un episodio del pasado aquella escena en la séptima planta de Génova 13 y ahora pide "plena libertad" para que el candidato elija a su equipo, porque, según recalcó, "el que se presenta es él y son sus responsabilidades".

Su nombre ha sonado en algunas quinielas como posible secretario general. "No", ha sido su contundente respuesta a la pregunta de si era el 'tapado' para la Secretaría General. Él asegura que, a pesar de que en anteriores ocasiones ha pedido "cosas" en el partido, ahora no ha reclamado ni quiere "nada". Pero a continuación ha recordado que a Manuel Fraga tampoco le pidió la secretaría general y se la concedió en 1986. Y es que Gallardón no pierde oportunidad para dejarse querer y "nunca he estado fuera de la colaboración que me ha pedido el presidente del partido". Y en estos momentos, si algo necesita Rajoy, es colaboración.