Supermodelos: conservadas en formol

Si no fuera porque de momento no existen los viajes en el tiempo, echando un vistazo a las revistas de moda podríamos decir que estamos en 1990. Claudia Schiffer protagoniza una campaña de Chanel igual que Cristy Turlington, Linda Evangelista es imagen de L’Oréal Paris, Amber Valetta pone su rostro a Stella McCartney…

Las tops de los 90, esas que no necesitan ni apellido porque sólo con su nombre ya son reconocidas (Claudia, Cindy, Linda, Naomi…), vuelven a estar en activo. El porqué es muy sencillo: en la actualidad para ser imagen de una marca no basta con tener una cara bonita o un cuerpo de infarto. No. Es necesario ser "algo más". Tienes que ir de icono moderno underground, aunque se te vea el plumero, como a Agyness Deyn. Ser actriz o cantante -Vanessa Paradis será imagen de Miu Miu reemplazando a Kirsten Dunst- o ser una de esas modelos cuyo apellido va precedido de 'la'. Y es que sólo hay que pensar en algunas de las top models actuales para notar la diferencia. Lily Cole, que parece demasiado una muñeca como para vender objetos a humanos, y Jessica Stam, que tampoco es para tanto…

Uno de los instigadores de la vuelta de las super tops fue Marc Jacobs. El diseñador convocó para su desfile de primavera verano a un plantel que recordaba a aquellas pasarelas en las que unas jovencitas paseaban los recargados trajes de Gianni Versace. Y es que las protagonistas eran las mismas: Eva Herzigova, Stephanie Seymour, Karen Mulder, Nadja Auerman, Claudia Schiffer, Naomi Campbell... El neoyorkino, jugando con todos los fetiches posibles, las atavió de enfermeras con batas semitransparentes, mascarilla de encaje con el logo de LV y cofia (en cada una de ellas una letra hasta formar el nombre de la marca). El espectáculo fue rotundo.

En su campaña de verano Louis Vuitton ha decidido contar también con las más grandes de los 80, 90 y todos los tiempos. Así, podemos ver a las protagonistas del desfile, Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Stephanie Seymour posando como hace 15 años.

La troupe de los 90 continúa en bastante buena forma –y, si no, no hay nada que no arregle un buen photoshop- y son un valor seguro, a pesar de que todas tengan hijos pequeños y de que sus apariciones sean contadas. Pero escogidas, como la Schiffer, que además de protagonizar las campañas de Vuitton, de Chanel o Ferragamo acaba de aparecer muy sugerente en la portada de Vogue Alemania. Christy Turlington, aquella musa de Calvin Klein que se retiró del mundanal ruido para practicar yoga ha vuelto al papel couché: comparte marca con Claudia, y protagoniza la campaña actual de Chanel Eyewear. Más arriesgada es Stephanie Seymour, madre de 4 hijos, que posa con un vientre alarmantemente plano en la campaña de la firma de ropa interior Chantelle.

Linda Evangelista tiene un contrato con L’Oréal, como ya decíamos, pero también con Germain de Capuccini; seguro que las mujeres de 40 años se creerán más a la camaleónica modelo de su misma edad vendiéndoles cremas que a una jovencita de 20. Otra mítica, Yasmin Le Bon, acaba de firmar un contrato publicitario con House of Fraser, a sus muy bien llevados 44 años.

Las firmas de relojes de lujo son muy asiduas de las celebrities para que las representen, pero en el caso de Omega siempre se quedan con Cindy Crawford. La joyería-relojería Chopard también se mantiene fiel a Eva Herzigova.

Este movimiento por buscar imágenes sugerentes y conocidas que las grandes firmas llevan a cabo también se inclina hacia las celebrities, no sólo hacia las supermodelos. Ya cada vez es más normal ver a Scarlett Johansson posando para LV, a Lindsay Lohan para Miu Miu o a Victoria Beckham devorada por una bolsa de Marc Jacobs, que a cualquier modelo cuya imagen olvidaremos en dos días. Una de las últimas y más impactantes: Jennifer Connelly para Balenciaga. No es que la actriz sea famosísima ni bellísima, pero su imagen es tan diferente (y rarita, para qué mentir) que bien merece ser la percha de unos trajes tan marcianos como los que lleva.

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.