Oro parece...

Concedámonos esta primavera una pequeña indulgencia macarra en forma de accesorios dorados, que no de oro. Y es que ya habrás comprobado que en todas las secciones de joyería de las grandes cadenas habituales hay unos destellos áureos por muy muy pocos euros, eso sí, que se destiñen a una velocidad pasmosa. Por eso pueden constituir una buena reserva kitsch para divertirnos una noche en la que nos apetezca disfrazarnos un poco de rapera o de adolescente británica.

Esta moda viene de los países anglosajones, principalmente de Gran Bretaña, donde encuentran inspiración en los sitios más insospechados, como la salida de un instituto donde las adolescentes van cargadas de joyería de oro. Una representación de ellas es la célebre Vicky Pollard, de Little Britain, que combinaba sus joyas grácilmente con el chándal.

Bien, pues de un referente tan cutre como este, algunas celebridades han hecho moda, bien con mucho sentido del humor, bien porque realmente les gusta el oro, y cuanto mayor sea el tamaño, mejor.

Lily Allen se conforma con unos enormes pendientes de aro dorados, muy fácilmente imitables gracias a firmas como Fred Flare, que los tiene tirados de precio. Una versión algo menos hortera la encontramos en Urban Outfitters, con una delicada filigrana decorativa.

Un ejemplo de ostentación, Fergie, no podía faltar entre las usuarias de pendientes dorados. Kaboodle los ha encontrado y hasta te enseña dónde comprártelos. En ASOS directamente puedes hacerte con estos pendientes por un precio bastante irrisorio. Eso sí, con gangas de este tipo, no pretendas que te duren mucho con su dorado original.

Otro accesorio que está pegando muy fuerte es el collar con colgante. Amy Winehouse, otra gran fan del oro, lleva uno de ancla muy divertido y muy ad hoc con la tendencia marinera de esta temporada. Algunas se pasan de recargadas, como Nelly Furtado luciendo todos los collares posibles de una sola vez. Éste no es el plan, con uno es suficiente.

Más muestras de collares kitsch, de esos que o te encantarán o te horrorizarán: en Bijou Brigitte, con forma de manzana (esta marca tiene en sus tiendas unos enormes corners sólo dedicados a la bisutería dorada donde todo es baratísimo y siempre puedes encontrar detalles) o este Bambi dorado de la alemana Daily Obsessions, donde también hay una buena variedad.

Para no parecer la mujer de Jesús Gil lo mejor es ponerse uno de estos complementos de vez en cuando. Por ejemplo, en Miss Selfridge’s hemos encontrado un anillo adornado con unas cuantas 'piedras preciosas', casi elegante. Mucho más elaborado es éste con forma de ciervo de Matilda Matilda, más suntuoso imposible. Para combinar con el collar del ancla, nada mejor que este anillo de nudos de Accessorize, por menos de diez euros.

Estas son las versiones más discretas pero lo bueno del dorado es que permite pertrecharse con tantas joyas como queramos, cuanto más ostentosas e irreales, mejor. Aquí tienes dos opciones de pulsera muy auténticas. La primera tiene forma de serpiente y es muy retro, recuerda más a Cleopatra que a Vicky Pollard. En la segunda sí que nos explayamos: se trata de un aparatoso brazalete lleno de colgantes de distintos motivos, todos bien dorados.

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.