Gastroliteratura

A día de hoy nunca hemos acertado a explicar con precisión qué es lo que hacemos o cuáles son el origen y los objetivos de nuestra escritura, o de como demonios se llame esto que perpetramos. Tampoco esta vez lo conseguiremos, pero ¿qué más da? Quizás los hechos desvelen con la ayuda del tiempo, alguna virtud, utilidad o servicio de todo esto. Aunque, a decir verdad, tampoco se ha de tener mucha esperanza.

López de Zubiria

En el año 2006 —cónfesándonos antes que nada verracos—, dos amigos escribimos a cuatro pezuñas un libro titulado Porca memoria, convencidos de que habíamos conseguido una obra magna para las letras españolas —en cuanto a literatura gastronómica se refiere, claro—. Reabríamos, pues, la puerta de un subgénero maltratado en grado extremo, el conocido como Crítica Gastronómica.

Nuestro libro venía a poner las cosas en su sitio y a mostrar a las claras que el territorio de la escritura gastronómica —no únicamente limitado a la crítica, y que de manera cursi llamamos entre nosotros Gastroliteratura—, es un lugar vasto y gozoso, idóneo para las ansias creativas de dos gorrinos devoradores de libros, comida y de lo que se tercie, pues omnívoros confesos somos ambos autores: David de Jorge (el cocinero-escritor de la pareja) y H. Etxeberria (el escritor metido a cocinetas).

Pero, hete ahí, que nuestro best-seller editado con una de las mayores editoriales del estado, pasó sin pena ni gloria, aunque ahora reciba honores de reedición en los lejanos brasiles, por ejemplo, o resultara premiado en su día como el mejor libro gastronómico del año en lengua española.

Y de aquel libro fundacional, surgió un blog llamado Glotonia, que nos ha traído hasta este lugar, con la complicidad de cuantos nos han seguido, animado y criticado. En estas entradas poco reflexivas e inútiles del todo, los dos Glotonios contamos nuestros andares por esos mundos de las letras y de la comida, o de lo que sea que nos traiga el viento, con tan poco acierto que sólo unos cuántos elegidos sabían de nuestra existencia en la blogosfera. Gente aburrida, desesperada e ingenua, sin duda, que cree encontrar en nuestra voz alguna novedad.

También pusimos en red un lugar llamado Recetania, en el que a través de más de mil recetas fáciles de localizar, mostramos la manera en que entendemos la cocina doméstica, esa que practicamos en nuestra propia casa, una cocina sin bobadas y conclusiva.

Es ahí dónde aparece Soitu.es diciendo que quiere echar con nostros un baile al agarrao, que a pesar de nuestro aspecto desaseado, del hedor que despedimos y de las cosas exageradas que decimos, quieren que nos arrimemos un poquito y hagamos con ellos arrumacos. Que somos altos, guapos y de ojos azules, y que les da igual que no tengamos castillos, viñedos ni propiedades.

Rediós, hacía tiempo que nadie nos echaba los tejos de esta manera. ¿Cómo decir que no? ¿Cómo negarse al envite?

Así que hasta aquí hemos llegado, con la intención de continuar retozándonos en nuestro fango. No se hable más, y al asunto.