El extraño caso del Mac clónico

Psystar, fabricante de PC clónicos, ha revolucionado la web desde que anunció la puesta a la venta de OpenMac, un ordenador con Mac OSX instalado de serie. Pero la iniciativa está rodeada de dudas. Primero, sobre cuánto tardarían los abogados de Apple en reducir a cenizas el invento. Y segundo, sobre la solvencia y la propia existencia del fabricante. A pesar de todo, la idea del retorno de los Mac clónicos es tan atractiva...

Un PC clónico de 400 euros con OSX, una idea atractiva

Si quieres un Mac compras un Apple. Esto, que ha sido un axioma durante años, puede dejar de serlo dentro de poco. Es verdad que hubo un momento en el que los Mac clónicos fueron tolerados por Apple. Eran los 90 y la empresa vivía una gran crisis, así que dieron licencias a terceros para ganar cuota de mercado. La estrategia se terminó cuando Steve Jobs volvió y renovó la plataforma tras su aventura con el mítico Next, el ordenador en el que sentó las bases del OSX.

Sin embargo, la idea de la existencia de un clon de los Macintosh sigue siendo tan atractiva que en los últimos días han corrido ríos de tinta electrónica sobre OpenMac, el polémico ordenador que afirma fabricar la desconocida empresa Psystar. Wired y The Gardian han investigado en profundidad sus orígenes y se han encontrado con una empresa entre diminuta y fantasma, muy joven y de la que no se había oído hablar nunca hasta el momento.

Mientras se descubre si Psystar es una empresa capaz de molestar a Apple o un par de jóvenes en un garaje, es imposible no fantasear con la posibilidad de meter la arquitectura de un Mac en la caja de un PC (algo ante lo que Apple no puede decir nada porque los componentes los puede comprar cualquiera).

¿Son viables los clónicos de Mac?

Un momento importante para los de la manzana tuvo lugar hace poco, cuando montaron procesadores Intel en las entrañas de sus máquinas. Una operación claramente exitosa si nos atenemos a la cuota de mercado lograda, sobre todo tras el fiasco de Vista. Con esa decisión se abrieron las puertas a dos escenarios.

Por una parte los maqueros acceden fácilmente a Windows, incluso proporcionando Apple la tecnología para ello. Jobs y su compañía terminaron así con las reticencias de aquellos que no adquirían un Mac por estar atados a ciertas aplicaciones de la plataforma de Microsoft. Además, Apple accedió a la tecnología de Intel en sus procesadores, pues IBM mostraba dificultades para montar sus PowerPC de 64 bits en los MacBook Pro. La otra cara de la moneda es que con el cambio de arquitectura, los PC podían cargar Mac OSX. Ciertamente, esto tiene sus problemas: las trabas legales y tecnológicas que impone Apple. Pese a ello, la realidad ha triunfado una vez más frente a los deseos del CEO de turno, y la blogosfera está plagada de vídeos en los que el sistema funciona en un PC, algo que cada vez es más sencillo. Apple oficialmente no admite esta práctica pero ante su magnitud se ve obligado a tolerarla. De hecho, incluso se beneficia de ella, pues algunos, tras perder el miedo al OSX al probarlo en el PC, terminan comprando un Mac.

Apple produce su sistema operativo preparado para trabajar sólo con sus productos, de hecho no está permitido instalarlo en un ordenador que no esté fabricado por ellos. Esto se debe a que el hardware que soporta OSX es muy específico. Por lo tanto, aunque el sistema funcione en otros ordenadores eso no quiere decir que lo haga correctamente. Pese a todo, algunos usuarios de Windows, acostumbrados a los problemas de drivers y otros líos que les causa Microsoft, no le dan importancia a esas trabas. Sin embargo, la experiencia que Apple proporciona al cohesionar su hardware con su software es bastante palpable. Trabajar con el sistema de Apple en una máquina extraña hace que sea proclive a los problemas de incompatibilidades que azotan a los PC. De hecho, son pocos los que una vez que cuelgan el vídeo con la hazaña de haber instalado OSX en una máquina extraña trabajan a diario con él.

Una lectura

En cualquier caso el interés que ha producido este OpenMac (llegue a buen puerto la idea o no) denota que, más allá del morbo que produce ver OSX instalado de serie en un PC, hay un mercado que se interesa por estas máquinas. Muchos desearían que OSX estuviese preparado para arquitecturas más abiertas, pero esto no es probable que suceda. Si bien es cierto que Apple no teme al sistema operativo de Microsoft, como han demostrado en el momento en el que han facilitado que este funcione en sus ordenadores, sí que siente pavor ante los productores de hardware. Ese es un mercado con precios en caída libre ante el que es difícil competir sin tener el monopolio de una plataforma. Quedamos a la espera de más noticias.