La confrontación entre la Casa Blanca y los demócratas salva al TLC de una derrota

Washington.-  La confrontación de los demócratas con la Casa Blanca sobre el pacto comercial con Colombia abre una ventana para negociar concesiones para los trabajadores y salvarlo de una derrota, tras una votación clave en la Cámara de Representantes, aseguraron hoy expertos.

ampliar foto

(EFE)

El TLC con Colombia, una de las prioridades legislativas del presidente Bush, quedó en el limbo, después de que la cámara baja aprobara, con 224 votos a favor y 195 en contra, una resolución que posterga indefinidamente la votación del pacto.

El Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia, una de las prioridades legislativas del presidente George W. Bush, pasó del fuego cruzado al limbo, después de que la cámara baja aprobara, con 224 votos a favor y 195 en contra, una resolución que posterga indefinidamente la votación del pacto.

La resolución "H.Res1092" eliminó el plazo máximo obligatorio de 90 días legislativos para que ambas cámaras del Congreso completaran la votación del convenio comercial suscrito en noviembre de 2006.

Paradójicamente, la votación no "mata" el TLC, como alega la Casa Blanca, sino que da a los legisladores un espacio para continuar dirimiendo sus diferencias filosóficas en torno al pacto y negociando protecciones para los trabajadores estadounidenses, según analistas.

El TLC con Colombia se negoció y firmó bajo una ley comercial de "vía rápida" de 2002 que caducó el verano del año pasado, por lo que, al menos sobre el papel, el pacto quedaría como asignatura pendiente para después de los comicios de noviembre.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ya había advertido a Bush que no enviara el TLC al Congreso porque fracasaría y pidió, en cambio, más tiempo para examinar respuestas a las incertidumbres económicas dentro del país.

"Para la gente que quiere que se apruebe el TLC, esto es una buena noticia, ha sido una buena movida de los demócratas porque la opción era que fracasara en el pleno", dijo a Efe Michael Shifter, analista del Diálogo Interamericano, un centro de estudios políticos en Washington.

"En un año electoral, con un clima político muy hostil al libre comercio, es imposible que se apruebe el tratado en este momento", opinó Shifter.

El experto consideró que no todo está perdido y que lo que queda ahora es que ambas partes se sienten a negociar.

"La gran interrogante es si los demócratas demostrarán interés en retomar el tema el próximo año, porque está casi seguro que se quedarán con el control del Congreso", vaticinó.

Por su parte, Adam Isaacson, ha dicho que la "opción nuclear" de Bush -de forzar el TLC sin tener los votos para su ratificación- ha sido contraproducente, pero que, pasadas las elecciones, habría mejores oportunidades en 2009.

Los expertos consideraron que Pelosi, al final, quizá intenta salvar cara y propiciar un ambiente más receptivo para el TLC.

Eso dependerá, en parte, de la rapidez con la que el Gobierno colombiano cierre varios casos pendientes de asesinatos de sindicalistas, lo que le restaría hierro a los detractores demócratas.

La votación de hoy en la cámara baja se llevó a cabo en medio de una gran incertidumbre económica en Estados Unidos y la queja de que la "estrujada clase media" es la principal perjudicada.

La medida, rechazada por diez demócratas y apoyada por seis republicanos, demostró la capacidad de Pelosi de mantener la disciplina de su partido y su determinación de hacerle batalla a Bush en un amplia gama de asuntos, desde la guerra en Irak hasta la liberalización comercial.

El jefe de la Casa Blanca criticó hoy la "miopía" y el "sendero partidista" que escogió la Cámara de Representantes y señaló que la votación perjudica la imagen y credibilidad de EE.UU. a la hora de negociar acuerdos.

Varios miembros de su Gabinete, entre ellos los secretarios de Estado, Condoleezza Rice, y del Tesoro, Henry Paulson, salieron a condenar la votación, pero no precisaron cuáles serían los próximos pasos para que el TLC se mantenga sobre el tapete este año.

El congresista republicano Lincoln Díaz-Balart denunció que la acción demócrata "vivirá en la infamia" y es una "discriminación contra el valiente pueblo colombiano", pero se comprometió a seguir luchando por la ratificación del convenio.

La votación reflejó, sobre todo, la lucha de poderes entre el Legislativo y el Ejecutivo sobre asuntos de procedimiento, aunque los demócratas de nueva cuenta exigieron más progresos "tangibles" del Gobierno colombiano en contra de la impunidad y la violencia contra líderes gremiales.