París se prepara en Chaillot para rendirse a su gran cita flamenca del año

París.-  Eva Yerbabuena en la apertura, Estrella Morente para su debut parisino, Tomatito en solitario, Javier Barón, Merche Esmeralda, Belén Maya... estos y otros gigantes del flamenco se darán cita a partir de mañana en el Teatro Nacional de Chaillot, donde pondrán París "a la hora flamenca" hasta el 20 de abril.

ampliar foto

(EFE)

La bailaora Eva Yerbabuena representando en Granada su espectáculo "Santo y seña" el pasado mayo.

Sobriamente reunidos bajo el título "Flamenco", músicos, cantaores y bailaores se sucederán sobre este histórico escenario dentro de la VIII edición de "Flamencofestival", abierta en Los Ángeles (EEUU) el pasado febrero.

El flamenco en Chaillot no se quedará aquí, pues a finales de mayo, aunque fuera ya del marco del festival, María Pagés, artista que suele colaborar con él, presentará "Volver a Sevilla", sobre textos populares, de Lorca, Machado, Ben Sahl y Saramago, y música de Chostakovitch, Sarasate, Gardel, Domenico Modugno o Joan Manuel Serrat.

Entre tanto, el certamen flamenco internacional más importante de la historia llega por segunda vez a París procedente entre otras ciudades de Londres y Nueva York, donde consolidó posiciones a partir de 2003 y 2001, respectivamente, y donde es ya una de las claves culturales del invierno.

La gira concluirá en Bruselas, "nueva ruta" que la muestra flamenca no había explorado antes, como hiciese en 2005 en su primera aproximación a Japón, o en 2007 "por los mejores escenarios de Asia y Australia".

La idea de "crear un impacto" flamenco en el mundo se le debe al promotor de espectáculos Miguel Marín, quien en la década de los años 90 constató, en Nueva York, la "impresionante respuesta del público" al arte de Antonio Canales, Mayte Martín o Antonio el Pipa; pero su "nula visibilidad" dada la gran oferta cultural existente.

No sólo se trata de impactar, es decir de 'existir', sino también de reunir a maestros consagrados con artistas jóvenes que empiezan y a estos con el público; de mostrar "los exponentes mas importantes de la voz, de la guitarra y del baile", explicó a Efe Miguel Marín.

Los espectáculos "simbolizan" la visión del festival, esta meta principal de servir como punto de encuentro, del público con el artista y de los artistas entre ellos, que no se verían de otra manera, añadió.

Es "Mujeres", primera producción propia del festival, donde las bailaoras Merche Esmeralda, Belén Maya y Rocío Molina, aúnan experiencias sobre la escena, junto a la cantaora invitada Diana Navarro.

"Esa idea un poco romántica" de que los artistas consagrados ayuden y abran la puerta a los que están empezando "ilustra en cierta medida la misión del festival", subrayó Marín

Con sus "tres generaciones, tan distintas, unidas en el escenario", "Mujeres" arrasó en Londres y fue calificado por la crítica como "uno de los espectáculos más emocionantes del año", destacó.

La idea básica del festival es también, señaló, que "la oferta sea mayor y esté concentrada en el tiempo y en el espacio", para presentar en condiciones ideales "las distintas corrientes, la variedad de las propuestas artísticas flamencas", desde las de gran formato, como María Pagés, a las de pequeño formato, como la de Javier Barón.

En realidad, el festival quiere ser "una puerta abierta" para que el flamenco "y los artistas que están hoy liderando" se encuentren en los teatros más importantes de las ciudades que visitan.

"Eso es clave para que luego puedan volver y estar un tiempo más largo" en ellas, añadió.

"Es fundamental que haya un teatro anfitrión de primera línea", como Chaillot en el caso de París, "para recibir a los artistas de primera línea que traemos", recalcó Marín, quien opina que fuera de España, Francia, y en particular París, es la ciudad donde existe una mayor afición al flamenco y un público más entendido.

Un "gran público", al que se le puede ofrecer espectáculos de cante, de flamenco más tradicional, más duro y menos comercial, porque es capaz de apreciarlo y disfrutarlo.

Mientras que en Londres y Nueva York, el Festival fue un "elemento clave para desarrollar el gusto por el flamenco", indicó.