¿Qué hay en el monitor del anestesista? ¿Tus signos vitales o... YouTube?

Un estudio ha dejado con el culo al aire a los anestesistas de un conocido hospital de Pensilvania. Alrededor de la mitad de los accesos a internet desde los ordenadores en quirófano eran hacia páginas de ocio tales como Ebay, Amazon o YouTube.

No es ninguna novedad que los trabajadores se escaqueen del trabajo en una empresa y, menos aún, cuando en el lugar de trabajo se utilizan ordenadores. Basta una baja motivación, una supervisión no muy estricta y una tentadora ventana electrónica a ocio y diversión ilimitados con la red de redes para que el currante preste su atención a tareas más "interesantes".

Tanto es así, que cada vez más empresas recurren a un registro de los accesos a internet en sus ordenadores. Una medida que, según vulnere o no la privacidad del trabajador, puede resultar ilegal.

Un nuevo estudio presentado en el congreso más reciente de la Sociedad para la Tecnología en la Anestesia en San Francisco viene a confirmar que los médicos tampoco son una excepción en cuanto a escaqueo laboral a través de internet . Alrededor de la mitad de los accesos a internet por parte de los anestesistas de un conocido hospital de Pensilvania eran para webs de ocio. Pero la situación es aún más peculiar si cabe. Los ordenadores no eran los normales de cualquier oficina, sino los que se encontraban dentro de los quirófanos y alojaban los datos hospitalarios de los pacientes. Los anestesistas, además, eran reincidentes y ya les habían avisado de que se iban a registrar los accesos a internet desde los ordenadores en quirófano. La medida, lejos de evitar que se siguiera utilizando internet con fines ociosos, supuso tan sólo un leve descenso de este uso.

Antes del aviso, un poco más de la mitad de los accesos eran para visitar páginas tales como Amazon o Ebay. Después de este toque de atención, la cifra tuvo un leve descenso, alrededor del 50% de accesos con carácter lúdico. Dicho en cristiano, a la mayoría le preocupaba bien poco saber que se estaban registrando los accesos a internet y siguió visitando sus webs de interés particular tan ricamente.

Aunque los anestesistas puedan parecer poco avispados a primera vista y parezca que pertenecen a un hospital cualquiera, nada más lejos de la realidad. Se trata de los anestesistas del Hospital Infantil de Pensilvania uno de los hospitales infantiles más prestigiosos y con más premios de Estados Unidos.

Un anestesista estadounidense critica duramente en su blog estos resultados y no ve razón alguna para que se tenga acceso a internet desde la sala de operaciones. Sin embargo, como apuntan algunos médicos, no hay que dejar de lado que la otra mitad de los accesos a internet eran para cuestiones sanitarias. Ante casos complicados, dudas puntuales o ampliación de conocimientos, internet es una potentísima herramienta. Aquí, por ejemplo, no es ningún secreto que Google es utilizado a menudo por profesionales de la salud desde los hospitales españoles como complemento en su trabajo.

Por cierto, si alguien se está preguntado si los accesos a internet con fines lúdicos tenían lugar mientras el paciente se encontraba en la sala de operaciones tendrá que quedarse con la duda. Una de las limitaciones del estudio fue que no se tuvo en cuenta si los pacientes se encontraban al mismo tiempo que los accesos registrados. Una verdadera lástima, porque no es algo que sea difícil de comprobar. Al menos en España, hay un registro de la hora de entrada y salida del paciente de la sala de operaciones así como también de la hora en la que comienza la operación. Y no creo que en Estados Unidos las cosas funcionen muy diferentes en ese aspecto.

Para que veáis lo que dista la realidad de la ficción. Si en las series televisivas médicas toda operación quirúrgica es urgente, vital o complicadísima y los médicos andan con la adrenalina hasta los topes y sudando a mares. En la realidad, algunos anestesistas andan tan tranquilos que les da tiempo a echar un vistazo a ver cómo va su puja por Ebay o ver a qué precio está el último libro de moda en Amazon aún sabiendo que los vigilan. Sí señor, eso sí que son nervios de acero...