La falla más cara de la historia ardió en menos de diez minutos

Valencia.-  La falla de Nou Campanar, la más cara de la historia y la de mayores dimensiones de cuantas se han plantado en Valencia ardió esta noche en apenas diez minutos, cumpliendo así con el rito del fuego que pone punto y final a las fiestas patronales.

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(EFE)

Vista general de la falla Nou Campanar, monumento de cerca de treinta metros de altura y un coste total que alcanza los 900.000 euros.

El monumento de esta comisión, ganadora por quinto año consecutivo en la sección especial, ha sido el más caro jamás levantado con un coste de 900.000 euros y el penúltima en arder -la última falla fue la del Ayuntamiento- en una "nit de la crema" en la que las calles de Valencia se llenaron una vez más de hogueras.

Los cerca de treinta metros de monumento construido por el artista Pedro Santaeulalia han sido consumidos por el fuego en apenas diez minutos y han formado una espectacular pira en la que el humo negro y las llamas han ocultado de inmediato la majestuosidad de los diseños para dejar a la vista sus complicadas estructuras.

Fue la fallera mayor de Nou Campanar, Nilvania Brito, la encargada de pulsar el botón que disparó los fuegos de artificio y el resto de mecanismos colocados estratégicamente para una rápida incineración del monumento, uno de los 87 considerados de alto riego por sus dimensiones.

Como si se tratase de un dominó, los ángeles, caballos, ogros, coches de Fórmula Uno e incluso el dragón del "cuento" recreado en esta ocasión por la Falla Nou Campanar, el "ninot" más grande jamás creado, han ido cayendo al suelo para desconsuelo de los falleros y falleras de esta comisión, que apenas han saboreado durante tres días el orgullo de enseñar al resto del mundo el mejor monumento.

El rito del fuego se hizo presente de nuevo y sin remedio, porque las Fallas nacen ya condenadas, aunque su aparición hizo asomar muchas lágrimas en el rostro de los presentes, especialmente en la fallera mayor Nilvania Brito y en el presidente de la comisión, Juan Armiñana, para quienes la celebración y la fiesta ha girado durante meses alrededor de su falla.

Olvidadas han quedado ya las vicisitudes que trajo la "plantà" de esta complicada falla y que el viento quiso boicotear con el derribo de dos ángeles del remate central el pasado día 15. Afortunadamente este incidente no deslució en absoluto el diseño original y su reparación fue un ejemplo de colaboración y hermandad entre los artistas falleros.

Tampoco hubo complicaciones derivadas del viento, principal enemigo de las fallas también a la hora de ser quemadas, y el conjunto pudo arder de forma controlada y sin incidencias, aunque también ayudó mucho su ubicación, en un solar y alejado de las viviendas.

El dispositivo de seguridad para la quema de esta falla estuvo compuesto por 36 agentes de la Policía Local y un equipo de once bomberos (dos de ellos cántabros que formaban parte de un grupo de refuerzo) que desplazaron dos camiones cisterna hasta el lugar.

A pesar de que la quema transcurrió sin incidentes de consideración, el presidente de la comisión "vecina" a Nou Campanar, H. Lázaro-Vall, de la Ballestera, anunció su intención de presentar una queja formal ante la Junta Central Fallera.