Sarkozy excluye ralentizar las reformas tras el revés electoral

París.-  El presidente francés, Nicolas Sarkozy, trazó hoy su hoja de ruta a su Gobierno conservador recién remodelado y excluyó toda ralentización de las reformas tras la fuerte derrota de sus filas en las elecciones locales.

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(EFE)

El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.

"La peor respuesta sería ralentizar el cambio", afirmó Sarkozy en el Consejo de ministros, ante los 38 miembros del Ejecutivo, incluidos los seis nuevos secretarios de Estado nombrados anoche.

Tras señalar que en las elecciones municipales y cantonales que concluyeron el pasado domingo estaban sobre todo en juego asuntos "locales", indicó que "en el plano nacional" estos comicios han manifestado "una impaciencia" y "un interrogante" de los franceses sobre si podrán cumplirse los compromisos de la campaña presidencial en una coyuntura económica internacional "más difícil".

Para Sarkozy, que llegó al Elíseo hace diez meses, hay que "hacerlo todo para poner en marcha la masa crítica de las reformas", si bien los resultados no pueden ser inmediatos.

Tras recordar las reformas ya lanzadas y asegurar que "desde 1958 ningún gobierno ha actuado y reformado tanto", sentenció que "hay que continuar. Es la única forma de cumplir" los compromisos y responder a "las dificultades del momento".

"En la tormenta económica mundial, hay que mantener firmemente el rumbo. Cuanto más se precipitan los acontecimientos (...) y se multiplican los obstáculos, tanto más se necesitan la calma, la sangre fría y la determinación", afirmó.

El jefe de Estado aseguró que "no habrá cambio de rumbo", "ni ralentización de las reformas", ni "plan de rigor", y señaló que el objetivo es "el equilibrio de las cuentas" públicas "en el horizonte del año 2012".

Fijó a su Gobierno cuatro prioridades en materia social y económica para los meses venideros:

"Volver a poner el trabajo en el corazón" de las políticas públicas "al servicio del crecimiento y el poder adquisitivo"; reforzar la competitividad de la economía; "administrar con seriedad las finanzas del país y modernizar el Estado", y "conciliar solidaridad y responsabilidad en materia de pensiones" y sanidad.

Explicó que la revisión general de las políticas públicas deberá desembocar en un presupuesto plurianual construido en torno a administraciones e instituciones públicas con menos efectivos: se cumplirá "estrictamente" la sustitución de sólo uno de cada dos funcionarios que se jubilen.

Las reformas venideras abarcarán también a la educación, la defensa, la seguridad y la Constitución.

En cuanto a la inmigración, que es otra de sus prioridades, afirmó que habrá que "poner en marcha la política de las cuotas y suprimir la doble competencia jurisdiccional".

La inmigración también figura en las prioridades de la Presidencia de turno de la Unión Europea (UE), que Francia desempeñará en el segundo semestre del año.

Las otras prioridades de su Presidencia de la UE son el medio ambiente, la política agrícola y la defensa europea, recordó Sarkozy, que agregó: "el Mediterráneo".

Era una alusión al proyecto rebautizado "Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo" avalado en la cumbre de la UE en Bruselas y que representa una versión muy recortada del plan inicialmente impulsado por Sarkozy.

Subrayó que la Presidencia francesa de la UE debe ser un éxito", lo que dará realmente "un sentido al tratado simplificado", es decir, el Tratado de Lisboa que sustituye a la fallida Constitución europea y que debe entrar en vigor el próximo enero.

"Debemos volver a poner política en Europa. A cada uno de vosotros os corresponder aportar la materia" para ello, dijo a los miembros del Ejecutivo dirigido por François Fillon.