Correa dice que la arremetida mediática es otra "agresión" contra Ecuador

Quito.-  El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró hoy que la arremetida mediática surgida en los últimos días, que intenta vincular a su Gobierno con las FARC, es otra "agresión" contra el país y un intento para involucrarlo en el Plan Colombia.

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(EFE)

El presidente de Ecuador, Rafael Correa (C), durnate una protesta, en Quito, Ecuador, el pasado 13 de marzo.

El jefe del Estado ecuatoriano, en su habitual programa radial sabatino, aseguró que esas versiones periodísticas también intentan tapar la victoria diplomática que logró el pasado 7 de marzo, durante la Cumbre del Grupo de Río, en República Dominicana.

En esa cita, la región condenó el ataque y bombardeo colombiano contra una zona selvática de Ecuador, donde las FARC habían instalado un campamento clandestino.

Correa recordó también que en esa reunión el presidente colombiano, Álvaro Uribe, "tuvo que pedir disculpas, sin atenuantes" y comprometerse a no volver a agredir a Ecuador.

"Luego de esta derrota política y diplomática (sufrida por Uribe), se ha desatado toda una campaña para desprestigiar al Gobierno ecuatoriano, vinculándolo con las FARC. Es decir, estamos bajo otra agresión y ante una maquinaria propagandística gigantesca", apuntó Correa.

Criticó el hecho de que el propio Gobierno de Bogotá de crédito a documentos obtenidos de unas computadoras salvadas "milagrosamente" tras el bombardeo colombiano, donde resultó muerto el segundo al mando de las FARC, alias "Raúl Reyes", y otras 25 personas.

"Es chistoso. Ahora las FARC tiene total credibilidad", por los documentos sustraídos de las computadoras, dijo Correa, pero recordó que esos guerrilleros "se han pasado diciendo los últimos 8 ó 10 años que el Gobierno de Uribe está financiado por el narcotráfico y los paramilitares. ¿Ahí si no hay que creerles?", preguntó.

También criticó una versión difundida por el diario El País, de España, que afirma que la frontera ecuatoriana es un "santuario" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que toma fuentes anónimas de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de un desertor de la guerrilla.

Correa dijo que el propio secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, "indignado, ha desmentido" la versión de El País que, ha sido también reproducida en otros medios europeos.

Ante eso, Correa confirmó que el próximo lunes las fuerzas militares ecuatorianas han invitado a corresponsales de la prensa internacional, incluida la del diario El País, en Bogotá, para visitar la frontera.

Si se demuestra que la versión es falsa, los que la han recogido o reproducido quedarán "como mentirosos ante el mundo", dijo Correa.

"Estamos ante una campaña tremenda de desprestigio" a la que también se ha unido el presidente estadounidense, George W. Bush, quien ha expresado su preocupación por la presunta "permisibilidad" de Ecuador ante las FARC, añadió Correa.

"De cuántas cosas ha sido acusado el señor Bush. Ya le voy a mandar una carta diciendo que nos preocupa sus vinculaciones con Al Qaeda", dijo Correa con sarcasmo y solicitó al estadounidense que "aprenda a conocer la región, antes de meterse a opinar".

Si Bush "cree que es muy fácil ponerse a cuidar una frontera de 500 kilómetros, que Colombia no la cuida, maravilloso, que mande sus soldados a cuidar la frontera sur colombiana. Ponga usted míster Bush la sangre, los millones de dólares que le cuesta al pueblo ecuatoriano en un conflicto que no es nuestro", remarcó Correa.

"No caigamos en la trampa. Míster Bush, la Unión Europea y los que quieran, pierden su tiempo. No vamos a caer en la trampa, no nos vamos a vincular al Plan Colombia", añadió Correa y subrayó que "el problema no es Ecuador, el problema es Colombia, que lo sepa el mundo entero".

Los ecuatorianos, agregó, "hemos luchado por defender nuestro territorio, no sólo contra las FARC. Aquí no permitiremos que pise el suelo patrio ningún soldado extranjero, sea regular o irregular" y por ello, no renovará el convenio con EE.UU. para el uso de la base de Manta, en el oeste del país.

En esa base ecuatoriana, un contingente militar estadounidense mantiene un puesto de avanzada para la vigilancia y control del narcotráfico en la región, cuyo uso vence en noviembre de 2009.