¿Alguien se tragó que Gallardón dimitiría y que Zaplana lo deja porque quiere?

El alcalde de Madrid anuncia que no deja la Alcaldía. Y el portavoz del PP en el Congreso que quiere ser "diputado de a pie". Ni tan siquiera Rajoy dudó de lo uno ni de lo otro. Sólo los medios les siguen el juego.

Angel Díaz (EFE)

Besos al aire entre Gallardón y Aguirre.

"Siempre pensé que el alcalde iba a seguir en política". Lo dijo Rajoy hace dos días, durante la rueda de prensa en la que anunció el Congreso del PP en junio con cierta sorna. Exactamente lo mismo que pensaron millones de españoles el 15 de enero cuando el equipo de Ruiz Gallardón se encargó de difundir al filo de la medianoche que renunciaría a la política tras el 9-M.

Sólo los medios de comunicación se tomaron la palabra del enfant terrible en serio. Quizá convenía ahondar en el enfrentamiento. Sin duda, vende. Las peleas entre Esperanza y Gallardón resultan un filón para la prensa. Ahora se besan, ahora ni se saludan, ahora ponen a Rajoy entre la espada y la pared... Un sabroso culebrón en medio de tanta grisura preelectoral. Y no porque en los partidos no haya historias de envidias, pasión y celos como para escribir cientos de novelas, sino porque ninguna sale a la luz. "En un partido, no sólo nadie te ayuda a levantarte cuando te caes, es que además te van pateando los que pasan a tu lado para asegurarse de que no te vuelvas a poner en pie", tal y como explica un diputado que, por razones obvias, prefiere no dar su nombre.

Nada como adelantarse al futuro inminente y tomar la iniciativa, como hoy mismo ha hecho Zaplana, al anunciar lo que ya todos sabíamos: que no quiere ser de nuevo portavoz parlamentario. Vaya sorpresa. Antes de que te despidan, te despides tú mismo. En el PP nadie daba un duro por él después de que Rajoy declarara su intención de rodearse de un equipo nuevo. Acebes es otro de los nombres que tienen descontados en Génova. Por eso sorprende tanto que los periodistas sirvamos de altavoz en casos tan cantados como estos.

Claro que hay que reconocer que Zaplana ha tomado la delantera mientras que Gallardón, sin embargo, ha llegado tarde en esta ocasión. Su noticia de que sigue en el cargo está pasada. Actualmente vive sus horas más bajas. Demostrada su incapacidad para imponerse a Aguirre y con el aislamiento que padece dentro del partido, el apoyo de la oposición no parece una baza. Igual, aprovechando que Zapatero está en la tarea de formar Gobierno, encuentran en el PSOE la oportunidad que les ha faltado en casa. Eso sí que sería un notición.