Carteles electorales de ida y vuelta en Mondragón

MONDRAGÓN.-  Hay muchos gestos, muchos símbolos, asociados a día de hoy de forma inevitable con el léxico electoral. Sin embargo, algunos de ellos cobran un significado diferente a la sombra del Anboto y el Udalatx, los dos montes que presiden la ciudad de Mondragón. Por ejemplo, el tradicional cartelismo electoral, ya asociado al folclore de todos los comicios, significa otra cosa en esta ciudad.

Álvaro Llorca

A un día de la celebración de las elecciones, es imposible encontrar un solo cartel del Partido Popular o del Partido Socialista en todo el centro histórico de Mondragón. ¿Quién se atreve a colgar un cartel, ya sea antes o después del asesinato de Isaías Carrasco? "Nadie", nos contesta una vecina que se ha acercado a la plaza del Ayuntamiento, donde está instalada la capilla ardiente del ex edil socialista. En su lugar, infinidad de carteles llamando a la abstención inundan las calles en este bastión de la izquierda 'abertzale'.

Pero tampoco los numerosos carteles morados que llaman al boicoteo electoral tienen asegurada su permanencia. Donde ayer a las doce de la noche colgaban carteles promoviendo la abstención, esta mañana no queda ni un vestigio de ellos. Durante la noche, alguien ha debido arrancarlos. Quizás como un gesto de rabia en mitad de la oscuridad.

Precisamente, la abstención es otro término electoral que aquí cobra un nuevo significado. Joseba Arregi lo reconoce en las páginas del Diario Vasco, "Abstención en el caso de ETA y de quienes le secundan no es algo pasivo: es un comportamiento activo, un comportamiento de destrucción de lo que vale, de la vida, de la libertad, del derecho, de los valores".

La abstención es en Mondragón (y en el resto del País Vasco) la opción por la que ha apostado la izquierda 'abertzale' como protesta contra la ilegalización de sus grupos políticos. ¿Puede repercutir el asesinato de Isaías Carrasco en el uso de la abstención? Hay opiniones en todas las direcciones. "Los terroristas han lanzado piedras contra su propio tejado, y ahora la gente va a ir a las urnas", asegura un hombre de Mondragón. "Aquí la gente ya tenía muy claro lo que iba a hacer el domingo, y nada va a cambiar. Aquí nos conocemos todos", le replica una mujer.