El terrorismo marca el cierre de campaña en España centrada además en la economía y la inmigración

Madrid.-  El asesinato del ex concejal socialista Isaías Carrasco por ETA empañó hoy el cierre de la campaña electoral en España, tras quince días en los que el terrorismo, la economía y la inmigración centraron los discursos de los principales líderes políticos.

La campaña, que debía terminar a las 23.00 GMT de hoy fue cancelada tras el atentado.

La situación económica del país, enmarcada en la crisis internacional, fue la estrella de los debates televisados, que se iniciaron con un 'cara a cara' entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios a dirigir las cuentas del país, el socialista Pedro Solbes, actual ministro, y el conservador, Manuel Pizarro, ex presidente de la eléctrica española Endesa.

Igualmente, la economía se convirtió en punto de arranque de los dos enfrentamientos televisivos que mantuvieron el jefe del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del opositor Partido Popular, Mariano Rajoy.

En directo, y ante más de 13 millones de espectadores, Zapatero defendió su gestión en los cuatro años de legislatura con la presentación de cifras que avalaban la creación de empleo y destacó las medidas de carácter social adoptadas por su Gobierno, como la Ley de Dependencia y la subida de las pensiones mínimas.

El popular Mariano Rajoy inició su réplica recurriendo al día a día de los ciudadanos españoles "que tienen que apretarse el cinturón para llegar a fin de mes", para terminar debatiendo con su adversario político sobre el precio de las patatas, la leche y el pan.

El "contrato de integración" para los inmigrantes propuesto por el Partido Popular a principio de campaña dio pie a una lluvia de opiniones a favor y en contra de la iniciativa.

A pesar de las críticas de numerosos partidos, asociaciones y ONGs, Rajoy defendió su proyecto, por el que los inmigrantes "deberán comprometerse a cumplir las leyes, aprender la lengua y respetar las costumbres españolas", apelando al "orden y el control" para que los derechos de los españoles no se vean afectados.

El terrorismo, que marcó el inicio de la legislatura en 2004, puso el broche final a la campaña con el asesinato de un ex concejal socialista en la localidad de Mondragón, en el País Vasco, a menos de 48 horas de la jornada electoral.

Hasta entonces, los debates relacionados con la actividad de la banda terrorista ETA habían girado en torno al fallido proceso de negociación que mantuvo el Gobierno en la primera parte de su legislatura, y que terminó con la muerte en atentado de dos ciudadanos ecuatorianos el 30 de diciembre de 2006 en el aeropuerto madrileño de Barajas.

Durante los actos electorales, Rajoy acusó a Zapatero de mentir a los españoles en relación con el terrorismo y rechazó cualquier intento de diálogo y cualquier vía que no sea la derrota de ETA.

Pero no sólo el terrorismo de ETA estuvo presente en la campaña electoral, el islamista, -con el que se inició la actual legislatura en 2004 tras los brutales atentados del 11 de marzo en Madrid-, fue igualmente motivo de reproches entre los principales candidatos.

Los actos de campaña también propiciaron el nacimiento de personajes inesperados que, sin proponérselo, cobraron vida y se hicieron hueco en los discursos de los líderes políticos.

La 'niña de Rajoy' pasó de ser el 'mensaje tierno' con el que el candidato conservador puso el punto y final a su intervención en el primer debate televisado con el presidente del Gobierno, a erigirse en protagonista de portadas y páginas web, y alcanzar la popularidad necesaria para ser bautizada por su creador con el nombre de "Victoria".

Por su parte, Zapatero optó por la cinematográfica frase "buenas noches y buena suerte" para cerrar sus enfrentamientos con el líder popular, y aclaró que usó la expresión como "denuncia prudente y moderada" porque la considera un "canto" en favor de la libertad.