PSOE y PP se ven vencedores del debate aunque Rajoy admite que habló mucho de Irak

Madrid.-  El PSOE y el PP rivalizaron hoy sobre quién se llevó los laureles en el cara a cara de anoche entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, en el que no ha faltado alguna autocrítica por parte del líder de los "populares" por haber debatido demasiado tiempo sobre el 11-M y la guerra de Irak.

El que había sido considerado por muchos como el "asalto definitivo" no levantó la misma expectación que el primero y cosechó una audiencia media de casi doce millones de espectadores, un millón de personas menos pegadas a la tele que la semana pasada.

Aunque Zapatero participó esta mañana en un acto en la Universidad Carlos III de Madrid, no se refirió al debate, pero fuentes del Gobierno explicaron que el presidente salió ayer "contento" del cara a cara.

Y no sólo eso, sino que quiso volver a "revivirlo", porque nada más llegar a "casa" decidió no acostarse y ver en DVD todo el debate, después de lo cual se ratificó en los errores que había cometido su adversario durante los 90 minutos del combate dialéctico.

Zapatero se sintió "cómodo" anoche e incluso intuyó los momentos en los que Rajoy "perdía" el debate, especialmente en las referencias a la guerra de Irak, según las mismas fuentes.

Quien sí habló hoy fue el otro protagonista, Mariano Rajoy, para admitir que no tendría que haber debatido tanto tiempo sobre el 11-M o Irak, el "argumento favorito" de Zapatero.

A su entender, debería haberse dedicado más a la lucha contra ETA y a exigir a Zapatero que pidiera disculpas a los ciudadanos por las "mentiras a las que ha sometido al Congreso y a los españoles durante estos cuatro años".

Después de considerar "muy miserable" que Zapatero esgrimiera como argumento el número de víctimas del terrorismo, Rajoy confesó que esa fue la parte del debate que le dejó "peor sabor de boca desde el punto de vista personal".

Pero si Rajoy criticó las palabras de Zapatero sobre terrorismo, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, salió en defensa de su jefe de filas y justificó que comparara el número de víctimas, igual que podría haber hablado de detenciones o de número de atentados.

Blanco reiteró que Zapatero "respondió con contundencia al catastrofismo de Rajoy" y agregó que, frente al candidato del PP, el del PSOE "hizo muchas propuestas y presentó un proyecto muy ambicioso de futuro para España".

Un argumento similar al utilizado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para quien "Zapatero puso encima de la mesa muchas propuestas de futuro, con solvencia y credibilidad", en tanto que Rajoy "hizo el mismo debate de hace siete días pero más iracundo, mas agresivo, más bronco y más insultón".

En cambio, el PP considera que la imagen de Rajoy salió "reforzada", como un líder "más competente, sólido y con muchos argumentos", frente a un Zapatero "huidizo", que buscó provocar "tensión con interrupciones permanentes".

Al igual que ya ocurriera con el debate de la semana pasada, los correligionarios de uno y otro partido sirvieron hoy de adalides de sus respectivos líderes, como el presidente andaluz, Manuel Chaves, al acusar a Rajoy de ser "incapaz de trasladar alguna emoción".

No desaprovechó la ocasión para ironizar sobre "la niña" al observar: "Si lo de la niña lo hubiera expresado con alguna sensibilidad, las conclusiones serían otras", dijo.

La reflexión más llamativa la efectuó el líder socialista gallego y presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, a quien la intervención de Rajoy le recordó el programa "la isla de los supervivientes".

El principal paladín de Rajoy fue el secretario general de su partido, Ángel Acebes, quien consideró "necesario y urgente" que quien ha ganado los dos debates, en referencia al líder del PP, "gane las elecciones".

Acebes enfrentó a Rajoy y a Zapatero y señaló que mientras el primero habló de cosas concretas, "como la cesta de la compra", el segundo "no es de fiar", porque "genera mucha preocupación e inestabilidad".

El número dos del PP al Congreso por Madrid, Manuel Pizarro, comparó el último debate con un partido de fútbol, que Rajoy jugó con "mucha más confianza", en tanto que Zapatero "hace faltas y no respeta los tiempos del otro".

La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, regañó a Zapatero por su "muy mala educación", ya que "estaba muy nervioso" e "interrumpía constantemente" a Rajoy, y el alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, se declaró "enormemente satisfecho" con la intervención del presidente de su partido.