El día que Ian Curtis perdió el control

18 de Mayo de 1980. En el tocadiscos da vueltas 'The idiot' el disco de Iggy pop. Deborah Curtis llega a casa tras pasar la noche fuera al haber discutido con su marido. Al entrar en la cocina se lo encuentra ahorcado con la cuerda de tender la ropa. Ha muerto Ian Curtis. Inglés, 23 años, epiléptico y cantante del grupo Joy Division con el que estaba a punto de realizar su primera gira por Estados Unidos. Ha nacido el mito.

'Control' es el biopic dirigido por Anton Corbijn que recrea la vida de uno de los mártires de la edad de oro de la música inglesa. La época en que todo era tortuoso y todos jugábamos a sufrir, vestirnos de negro, sentirnos muy desgraciados, odiar al mundo (Curtis se paseaba con una gabardina negra a la que había escrito en grandes letras en la espalda "odio").

Se buscaba epatar con elementos considerados políticamente incorrectos como las calaveras, el culto a la muerte o el nazismo. Joy division (la division del placer) era el nombre con el que se referían los alemanes a las judías violadas en los campos de concentración. Aquí no nos quedábamos cortos y aún se recuerda el "Hola, somos Gabinete Caligari y somos nazis" de los primeros conciertos de Jaime Urrutia.

Lo que podía haber sido una excelente película, se queda en agua de borrajas. Su director, el reputado fotógrafo Anton Corbijn, experto en retratos de un blanco y negro personalísimo e insuperable, muestra aquí una imagen aburrida, plana y anodina. No pido que refleje en la pantalla la textura de sus trabajos fotográficos, pero sí un poco más de calidad que un blanco y negro deslavado e industrial. Y no me vale la excusa que es su primera película. Corbijn tiene un extenso currículum como director de videoclips y de él son los documentales de las giras de Depeche Mode de altísima calidad técnica y artística, algo que aquí brilla por su ausencia.

Los largos silencios, el complejo mundo interior de alguien tan atormentado como Ian Curtis, su peculiar manera de ver la vida y de moverse a velocidad distinta que el resto del mundo podían haber dado mucho juego a Anton Corbijn, que lo único que logra transmitir en muchos momentos es tedio, pensar que la película no va a terminar nunca (hay momentos en que deseas que Curtis se muera de una vez para levantarte del asiento) y dudar en si este aburrimiento hecho cine no lo ha dirigido Isabel Coixet.

El material con el que contaban para la película era de primera mano: la biografía de la viuda de Curtis -que ejerce de productora del film- 'Touching from a distance'. Biografía totalmente interesada de alguien cuyo marido la había abandonado por otra antes de suicidarse y estaban a punto de divorciarse y donde no hace más que repetir lo mucho que sufrió ella en su matrimonio, lo amante esposa que era y lo mal que la trataba Curtis, cómo pasaba de su hija recien nacida...

La señora llegó a tal extremo que en la lápida grabó la inscripción 'Love will tear us apart', título de uno de los mayores éxitos de Joy Division y cuya letra habla de la crisis irreconciliable que sufría el matrimonio Curtis. ¡Hay que ser retorcida!

Si la película no se hunde del todo es gracias al actor Sam Riley, que interpreta magistralmente al protagonista. En 'Control' son los propios actores que dan vida a Joy Division los que interpretan y cantan las canciones y es escalofriante como Riley clava la peculiar voz y bailes de Ian Curtis.

Curiosamente, Sam Riley también actúa en otra película que reproduce parte de la vida de Curtis: '24 hour party people', estrenada en 2002 y basada en el éxito y quiebra del sello discográfico Factory donde grababan, entre otros, Joy Division. Aquí, Riley hacía el papel del cantante del grupo The Fall y en 'Control' hay un guiño a esa actuación cuando Ian Curtis está en el camerino recuperándose tras haber sufrido un ataque epiléptico en pleno escenario. Tranquilo, podría haber sido peor, le dice su manager, podrías ser el cantante de The Fall.

El otro momento es cuando compone 'She's lost control' tras ver como una chica que solicitaba un empleo en la oficina del paro donde Curtis trabajaba, sufre un ataque de epilepsia. Semanas después llama a su casa para interesarse por su salud y le comunican que la chica ha fallecido de otro ataque, lo que deja muy impactado a Curtis ya que él acaba de sufrir su primer ataque días antes.

¿Hay que ver la película? me preguntarán. Pues miren, no. Primero porque en España no se va a proyectar en cine. Sale directamente a dvd en breve y bueno, pues si está en 2x1 en el videoclub y tienen una tarde tonta pueden cogerla, pero si hay otra libre en plan... no sé, la película que hizo Cárdenas con Carmen de Mairena o la que dirigió Coto Matamoros, pues les recomiendo esas antes que 'Control'.

Mucho mejor es hacerse con 'The work of director' el dvd recopilatorio editado en 2005 que reúne un libro y los trabajos musicales y artísticos de Anton Corbijn o las ediciones especiales de los discos de Joy Division 'Closer', 'Unknown pleasures' y 'Still' que en la colección deluxe vienen en formato de lujo con cd extra de directos en cada uno de ellos.

También puede ser buena idea indagar en la herencia que dejaron Joy Division en la música española y buscar, si no los conocen ya, los discos editados en los 80 de discípulos fieles de Ian Curtis como 'Agrimensor K' (el grupo origen de 'La Dama se Esconde'), 'El Ultimo Sueño', 'El Pecho de Andy' o 'Décima Víctima', quizá los herederos directos de Joy Division con su cantante Carlos Entrena, que solía vestir parecido a Curtis -pantalón y zapatos de traje y camisa remangada- y bailaba parecido a él.

Y ya, como colmo de la sofisticación, comprar 'Private life: the compass point sessions' la antología editada a finales de los 90 por el sello Island con las versiones largas, dub e inéditos de las sesiones de grabación que Grace Jones realizó en Jamaica en los primeros 80 de la mano de los productores Sly and Robbie. En ella se incluyen dos versiones de 'She's lost control'.

*Alejandro Arteche es nuestro colaborador de música.