La psicóloga asegura que el acusado de matar y descuartizar a su ex mujer sabía lo que hacía

Valladolid.-  La psicóloga adscrita al Instituto de Medicina Forense de Valladolid que ha comparecido hoy como perito, en el juicio seguido contra Eugenio R.R., de 55 años, acusado de matar y descuartizar a su ex mujer, ha considerado que el encausado sabía lo que hacía y quería hacerlo cuando agredió a la víctima.

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(EFE)

E.R.R., de 55 años, acusado de matar a su ex esposa, descuartizarla y arrojarla después a distintas zonas del río Pisuerga, en la Audiencia Provincial de Valladolid, durante el juicio.

La psicóloga ha hecho estas manifestaciones al responder a preguntas de las acusaciones, en la quinta jornada de la vista que se celebra en Valladolid por la muerte de Benita del Valle, de 49 años, por la que el fiscal y la abogada del Estado pide quince años de cárcel por homicidio para el encausado, las acusaciones particulares veinte por asesinato y la defensa la absolución.

Es una persona con una inteligencia dentro de lo normal, reflexiva, que se deja llevar poco por los impulsos, insatisfecha, que no es feliz, pesimista, y la posibilidad de que muestre arrepentimiento se acerca más bien a la insatisfacción, ha dicho la perito al describir algunos rasgos del causado.

Ha explicado que no podía acreditar que estuvieran afectadas la capacidad de conocer y actuar del acusado cuando cometió el crimen y ha recordado la incapacidad laboral determinada para el acusado en 1989 por un trastorno ansioso-depresivo.

Ha concretado en este sentido que se trata de un síndrome de ansiedad que cursa también con depresión.

Las psicóloga ha comparecido en la sala de la Audiencia de Valladolid ante el jurado popular que deliberará sobre la culpabilidad del acusado y acompañada de los dos médicos forenses que practicaron la autopsia de los miembros amputados de la víctima, que fueron hallados en el río más de dos meses después del fallecimiento, ocurrido el 1 de marzo de 2006.

Los dos forenses del Instituto de Medicina Legal de Valladolid han admitido que no se ha podido determinar el modo en el que murió Benita del Valle, por el avanzado estado de descomposición en el que se encontraba el cuerpo.

Han matizado que sí hay indicios de una herida inciso punzante en la zona del cuello, que afectó a la vena tirolingual, que pudo haberse producido en vida y originar la muerte, bien por hemorragia, bien por la entrada de aire en este vaso.

Se trata de una herida susceptible de causar la muerte, han dicho los dos peritos, para los que esta lesión fue originada por un arma de hoja plana, de un filo, monocortante, mientras han indicado que no han encontrado señal alguna de estrangulamiento en la víctima.

La forma en que murió la mujer ha centrado hoy las preguntas que dirigieron acusaciones y defensa a los peritos en la vista oral, que se ha desarrollado con la proyección de imágenes sobre la cabeza y el cuello de la víctima, unas fotografías sobre las que el magistrado presidente llamó la atención del público, al informarles de que podían herir su sensibilidad.

Las acusaciones consideran que falleció por una puñalada en el cuello y la defensa sostiene que la muerte se desencadenó por estrangulamiento.

Con esta versión, la del encausado, han coincidido los dos médicos propuestos por la defensa como peritos, al basar la muerte por estrangulación en las fracturas halladas en parte de los huesos del cuello de la fallecida y en que no se observaron signos de defensa en las partes del cuerpo encontradas -falta por aparecer el brazo izquierdo-.

Un apuñalamiento hubiera dejado más signos de defensa en la víctima, han opinado estos dos especialistas, quienes han descrito la vena tirolingual, donde se encuentra la herida de arma blanca, como muy pequeña y que pudiera haber causado la muerte en el supuesto de que la víctima hubiera permanecido horas desangrándose y hubiera perdido entre uno y un litro y medio de sangre.