El fin del proceso de paz de Colombia con las FARC cumple seis años

Bogotá.-  El fin del proceso de paz con las FARC cumplió hoy seis años, en medio de la expectativa generada por el anuncio de la liberación del ex senador colombiano Jorge Eduardo Gechem Turbay, cuyo secuestro precipitó en 2002 la ruptura de esas conversaciones.

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(EFE)

En manos de las FARC siguen 34 de ellos, que hacen parte del grupo de 44 secuestrados que buscan canjear por medio millar de sus integrantes presos, entre ellos dos extraditados a EE.UU.

La esposa del ex senador, Lucy Artunduaga de Gechem, dijo a periodistas que la posible entrega le fue revelada por la senadora opositora Piedad Córdoba, quien cumplió hasta noviembre pasado labores de mediación ante las FARC junto al presidente venezolano, Hugo Chávez.

"Ella (Córdoba) me manifestó (telefónicamente desde Caracas) que no podía estar a la santa misa por la libertad de mi esposo, y me dice que le anuncie al Huila (departamento sureño) que Jorge Eduardo va a ser liberado muy pronto", afirmó Lucy de Gechem.

El secuestro de Gechem fue una de las acciones más atrevidas entre las muchas que perpetraron los rebeldes en el transcurso del fracasado diálogo, iniciado el 7 de enero de 1999 con la presencia de Pastrana y la no asistencia de "Manuel Marulanda", el jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Esa guerrilla llegó a ese proceso envalentonada por un historial de acciones que habían supuesto las peores derrotas para las Fuerzas Armadas del país, con devastadores ataques a bases y estaciones en los que en algún momento los llevaron a mantener como rehenes a unos 400 efectivos.

En manos de las FARC siguen 34 de ellos, que hacen parte del grupo de 44 secuestrados que buscan canjear por medio millar de sus integrantes presos, entre ellos dos extraditados a EE.UU.

La toma de rehenes fue la práctica más recurrente con la que las FARC pusieron a prueba la resistencia y la tolerancia del entonces presidente, el conservador Andrés Pastrana (1998-2002).

Durante el tumultuoso diálogo, los insurgentes hicieron cautivos a cinco de los políticos que siguen en el grupo de canjeables, más otro ya liberado.

Las FARC secuestraron a los entonces congresistas Óscar Tulio Lizcano (5 de agosto de 2000) y Luis Eladio Pérez (10 de junio de 2001), al ex gobernador del Meta Alan Jara (15 de julio de 2001) y Gloria Polanco (27 de julio de 2001), esposa del asesinado senador Jaime Lozada.

Además, tomaron cautiva a la ex parlamentaria Consuelo González de Perdomo (21 de septiembre de 2001), puesta en libertad el pasado 10 de enero junto a Clara Rojas, compañera de fórmula electoral de la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt, con quien había sido secuestrada el 23 de febrero de 2002, tres días después de la ruptura de este proceso.

En el transcurso de los casi tres años y medio de diálogo, los guerrilleros también secuestraron al actual ministro de Exteriores, el ex titular de Desarrollo Fernando Araújo Perdomo (4 de diciembre de 2000), quien se les fugó el 31 de diciembre de 2006.

También retuvieron a la ex ministra de Cultura Consuelo Araújo Noguera (29 de septiembre de 2001), a quien asesinaron pocos días después, y tomaron como rehenes a los indigenistas estadounidenses Terence Freitas, Lahenaee Gay e Ingrid Washinawatok (25 de febrero de 1999), hallados muertos una semana más tarde.

Al recordar la ruptura de la más larga tentativa de diálogo, Pastrana indicó que la paz "atropelló" a las FARC, en una entrevista publicó hoy por el diario bogotano El Tiempo.

"Ellos no estaban preparados para el proceso. No estaban preparados para la paz", comentó Pastrana, quien consideró que este fracasado proceso fue una derrota para las FARC .

Después del fallido intento de pacificación, esa guerrilla fue incluida en las listas internacionales de grupos terroristas, y se puso en marcha el llamado Plan Colombia (contra las drogas y el terrorismo, financiado por EE.UU.) y un proceso sostenido de fortalecimiento de las Fuerzas Armadas del país.

Las FARC siguieron, sin embargo, con la práctica de la toma de rehenes que pretende canjear por rebeldes presos, lo que ha conducido al sucesor de Pastrana, el reelegido presidente Álvaro Uribe, a buscar un acuerdo humanitario.