Amor para toda la vida o los paralelismos entre el fútbol y la pareja

Es San Valentín y en San Valentín todo se magnifica. Se hace con el amor, convertido en bomba mercantil de pingües beneficios. Se acrecienta el consumismo, como si el dinero pudiera comprarlo todo. En el caso de Raúl y Casillas, su relación con el Real Madrid, es una mezcla de las dos cosas: amor y dinero. El delantero y el portero han firmado un contrato que les une prácticamente al equipo blanco hasta el final de sus carreras.

(EFE)

Raúl y Casillas, sonríen su amor por el Real Madrid.

En una época en la que algunos escritores y antropólogos aseguran que el amor dura tres años, en la que pocas personas terminan haciéndose mayores con su pareja de toda la vida, en la que el mundo del fútbol es un mercadeo donde futbolistas, intermediarios, representantes y directores deportivos juegan con el constante cambio, es difícil mantenerse en uno de los grandes desde que debutas en el fútbol profesional hasta que cuelgas las botas.

Las relaciones amorosas son complicadas. En el mejor de los casos, todo parece muy bonito durante los primeros meses o años. Luego viene la crisis de los tres años. Uno empieza a ver defectos en el otro que antes no veía y el otro empieza a verlos en ti, quizá a exigirte demasiado, a no dejarte hacer lo que quieras con tu tiempo libre. Raúl tuvo su crisis a los 20 años con el Madrid de los Ferraris. Ganó la Champions de 1998 en medio de un bajón emocional. Su Madrid le criticaba sus salidas nocturnas, no le dejaba libertad. Pero Raúl volvió a la vida monacal. Muchas veces tiene que ver con la edad.Y la relación salió a flote. Luego, si se supera esa crisis, suelen venir años de bonanza, en los que los dos amantes disfrutan de un apasionamiento similar o mejor al de los primeros momentos. Raúl hizo al Madrid ganar dos ligas y dos Champions más. Todo era de color de rosa.

Pero a los ocho o nueve años vuelve una crisis gorda. Los dos miembros de la pareja sobrellevan la relación como por inercia por lo bonito que fue y no por como realmente es. Este 'estar por estar' puede durar meses o años y normalmente culmina en ruptura. Pero hay veces en que aparece una tercera juventud del amor. Y a Raúl le ha pasado esta temporada. Un resurgir que le ha llevado a hacer un pacto de sangre. El de permanecer en el Madrid hasta el final de su carrera e incluso después. El amor de toda la vida. La pareja de siempre en el sitio de siempre.

La historia de Casillas con el Madrid es más plana, podríamos decir que 'in crescendo'. Es la relación perfecta, sin sobresaltos, sin crisis, sin infidelidades. Algo inusual. Aunque algunos han querido coquetear con él, cortejarle ofreciéndole el oro y el moro, jugar en otras ligas, experimentar con otros equipos. Pero, oye, la confianza es la confianza.

Por eso en un día tan señalado, Casillas y Raúl han sellado su amor por el club y el Madrid ha ratificado su mismo sentimiento hacia ellos. Lo que pasa es que el contrato, el pacto de sangre, el anillo de compromiso tiene unas cláusulas. Pero no unas cualquiera, unas de ésas como las que Catherine Zeta Jones le hizo firmar a Michael Douglas. Raúl, a partir de 2010, irá renovando año a año si supera el número de 30 partidos al año. La misma cantidad de encuentros tendrá que acumular Casillas cada temporada después de 2012.

Vamos a ver, si analizamos, el máximo de partidos que un jugador puede jugar con el Real Madrid es 58 (38 de Liga, 9 de Copa y 11 de Liga de Campeones), exceptuando las hipotéticas finales de Supercopas (Europa y España) y de la Copa Intercontinental. Extrapolando esa cantidad al número de días que tiene el año, 365, y haciendo una regla de tres, es como si tu pareja te pidiera que mantuvieras relaciones sexuales con ella 188 noches al año. Si tenemos en cuenta que cada año, a partir de determinada edad, se van perdiendo facultades tanto para la práctica del deporte como para la otra práctica, ese pacto no es tan comprometedor como parece. O cumples o te vas. Y, claro, sin cambiar de equipo.

Pero Raúl y Casillas son cumplidores y tienen todavía para algunos años de amor. Su caso es excepcional en el fútbol actual, pero no único. En Barcelona igual les copian la película porque los canteranos Xavi y Puyol van por el mismo camino. Unos románticos de la vida. Los cuatro.