Los 'Clandestinos' caminos para sacar una película adelante

Este viernes se estrena en las pantallas españolas 'Clandestinos', la ópera prima de Antonio Hens. Una película que, como todas las que se estrenan y, más si cabe por no contar ni con el apoyo del Ministerio de Cultura ni con el de ninguna televisión, es un ejemplo de lo duro que resulta para un director encontrar financiación para una película. Una misión cuyos resultados muchas veces no dependen de la calidad del producto, sino de otros muchos intereses y circunstancias.

Pero pongámonos en situación. 'Clandestinos', según uno de sus actores, Juan Luis Galiardo, «es una provocación». Por eso, según él, no han querido darle las ayudas que hubieran deseado. ¿Cuál es la provocación? Pues que en la película se habla de etarras homosexuales, de problemas de inmigración, de un joven aspirante a terrorista que se enamora de su mentor ideológico, policías homosexuales que andan con chaperos de la kale borroka. «Es un melodrama que cuenta cómo ocultamos nuestros sentimientos con diversas máscaras, una de ellas el fanatismo», según Antonio Hens, el director. A la comisión encargada de dar la subvención, le pareció que era una película muy fuerte.

Finalmente y tras muchos esfuerzos, el filme, que ha costado unos 800.000 euros, consiguió pequeñas ayudas de las Juntas de Andalucía y de Castilla la Mancha, un montante económico que no llegaba a los 150.000 euros. El resto del presupuesto ha sido aportado por manos privadas y un equipo con ganas de trabajar a sabiendas de que el sueldo no iba a ser muy alto. Entre los productores están el propio Juan Luis Galiardo y el director.

Esto nos lleva directamente al problema de conseguir dinero. ¿Qué tiene que hacer un director, un guionista o un director-guionista convencido de su propio producto para conseguir pasta? En España, el proceso de una película desde que se tiene el guión hasta que llega a las pantallas es duro y tedioso, porque la industria es escasa, éste no es el país de las oportunidades, el negocio está siempre en manos de los mismos y el mundo de las productoras y distribuidoras es bastante cerrado.

El problema de la financiación

Como no hay industria ni suficientes manos privadas inversoras que confíen en que el cine es rentable, si no tienes ayudas es casi una quimera rodar películas. «El cine español como industria no es una industria competitiva», afirma Antonio Hens. «No existen unos cauces conocidos para conseguir la pasta». Por otra parte, las ayudas públicas no pueden superar el 50% del presupuesto total de la película. Para conseguir estas subvenciones es muy importante que te conozcan en la comisión, que la productora que presenta el proyecto sea solvente y haya producido anteriormente con relativo éxito o exista un concepto muy español: el amiguismo.

La otra manera, aparte de la subvención, para completar la producción es vender con antelación los derechos de emisión a una televisión y que ésta sea parte productora de la película. Pero, según Hens, «Es más fácil que te reciba en su despacho el ministro de Cultura que el director de compras de un canal de televisión». Su frase más repetida es «estamos considerando su película». Sólo ven a grandes productores, que son los que poseen intereses industriales, a no ser que tengas el apoyo de alguien importante dentro del negocio. Ya se sabe, lo que se llama el apadrinamiento español.

Las grandes productoras, las que están dentro del sistema, consiguen financiar casi la totalidad de la película con el dinero del Ministerio de Cultura, de las Comunidades Autónomas y de varias televisiones.Ya nadie hace cine pensando en la taquilla. Lo más importante es la financiación y agradar a los que dan el dinero. No importa la calidad de la película.

Pero las experiencias, según de quién vengan, son diferentes. Nacho Vigalondo, que estrenará en abril su ópera prima, 'Los cronocrímenes', considera que «conseguir el productor no es el problema más complejo». «El gran giro es estar relacionado con una televisión que compre los derechos de antena», asegura. Es importante que la película se amolde a los gustos de una cadena. «En España todo funciona con 'deals' (tratos)». Hay muchas relaciones previas entre productoras, televisiones y distribuidoras. «Así que lo fundamental es conseguir una productora que tenga un 'deal'». Lo dicho antes, hay que estar dentro del sistema. Vigalondo concluye: «No tiene que ver tanto con la calidad de la película como conseguir la circunstancia de hacer un guión que interese a una productora que tenga buenas relaciones con una televisión y un 'deal' con una productora». Así que, conseguir que tu película se haga no depende de la calidad, sino de las circunstancias.

La figura del guionista-director-productor

En Estados Unidos es todo un engranaje, una verdadera cadena de producción. El guionista se dedica a escribir. El director, a dirigir. Y el productor a conseguir la pasta. En España, especialmente si se trata de una primera película, las tres funciones confluyen en una misma persona. «Si el proyecto es de encargo todo es más sencillo», asegura Hens. «La gente piensa que el director es una persona que pide cosas y se las dan». Luego, en la realidad, ocurre que «el productor te llama a las seis de la mañana porque ha soñado que la protagonista de tu película debería ser Elsa Pataky». Para dirigir cine, prosigue el realizador de 'Clandestinos', hay que tener una personalidad cinematográfica. Y cuando hay encargos, hay que ser muy listo para adaptarse a ellos». «Hay directores autores como Wong Kar-Wai, Kim Ki-duk o Aki Kaurismäki que nunca se podrían adaptar a un encargo». Lo cierto es que este tipo de directores, en España, dedican un 80% de su trabajo en la película a buscar financiación, cuando ésa no debería ser su labor.

El problema de la distribución

Una vez conseguida la financiación, sobre todo si no ha sido, como dice Vigalondo, con una productora que tenga 'arreglos' con distribuidoras, el gran problema es conseguir que la película se exhiba en salas comerciales. Normalmente el proceso suele ser enviar las copias a festivales, que el filme sea seleccionado y proyectado en los mismos, y que haya alguna empresa distribuidora que se fije en ella, vea sus cualidades comerciales y apueste por exhibirla.

Ese problema, Antonio Hens, el director de 'Clandestinos' se lo ha saltado. «He tenido suerte», afirma. La película se terminó de montar en marzo de 2007 y en mayo ya tenía distribuidora. "Se lo envié a una y les encantó". Ése es el motivo por el que no ha ido a muchos festivales, aunque ganó en el Lesgaicinema de Madrid. «A las distribuidoras no les gusta que la película, una vez contratada, se vea gratis». Quieren conseguir dinero con ella. «Por eso», continúa Hens, «no me importa no poder optar al premio al mejor director del Festival de Gijón». Lo que verdaderamente le importa, como director y, además, productor, es que la película se vea en salas comerciales. Por cierto, otro de los guirigays de la industria cinematográfica en España. La primera fecha de estreno era el 15 de diciembre. Llamada. «Es que nos han entrado unas películas de Disney, ya sabes, la Navidad, bla, bla, bla...». Resultado, se estrena el 15 de febrero. Y Hens aún no las tiene todas consigo.

La relación de Vigalondo con la distribución ha sido más complicada aunque, finalmente, fructífera. Después de ser uno de los cortometrajistas más conocidos, de haber sido nominado al Oscar, de haber rodado su primer largo y haber logrado que se proyecte en el festival de Sundance, le ha costado conseguir la distribuidora. Finalmente será 'Versus', una empresa pequeña. También, gracias a Sundance, la productora de Tom Cruise, United Artists, ha comprado los derechos para hacer un remake en Estados Unidos.

No todo en el cine es glamour. Hay una anti-industria en la que se mueven muchos desconocidos que se dejan en sus proyectos, trabajo, dinero, amigos…. Y a veces, y esto es lo peor, la ilusión. Suerte, Antonio. Suerte, Nacho.