Los casos de fiebre amarilla en Brasil y Paraguay ponen en alerta a sus vecinos

Bogotá.-  La primera muerte por fiebre amarilla confirmada en Paraguay y los recientes casos reportados en Brasil obligaron a redoblar los controles en los países vecinos, que reiniciaron las campañas para evitar la propagación de esta enfermedad registrada generalmente en África y América.

En Paraguay, las autoridades sanitarias se declararon en alerta, tras confirmar que un joven de 22 años falleció a causa de ese mal, también conocido como "Plaga Americana", en el Hospital de Clínicas de Asunción.

El foco de esta enfermedad, que había sido erradicada hace unas tres décadas en Paraguay y de la que no se tenían registros de muertes desde hace más de cien años, fue localizado en un poblado del departamento (provincia) de San Pedro (centro), según fuentes médicas.

Además, el ministro de Salud de Paraguay, Óscar Martínez, informó de que otras cinco personas han sido contagiadas con la fiebre amarilla selvática, que es producida por un virus, el Flavovirus, y transmitida por un mosquito del género Aedes.

La representante en Paraguay de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carmen Serrano, explicó que este brote podría deberse al desplazamiento de "la población de monos al área peri-urbana", ante la destrucción de los bosques.

Esta enfermedad afecta fundamentalmente a monos y marsupiales, pero es transmitida a los humanos por mosquitos selváticos como el Aedes Simpsoni que pican a aquellos que acuden a esas zonas y posteriormente portan el virus al retornar a sus lugares de origen, donde es propagado por el mosquito urbano Aedes Aegypti.

Brasil también engrosó las estadísticas este año, al reportar casos de "fiebre amarilla silvestre" en humanos y monos salvajes.

Unos 25 casos, con 13 muertes, entre ellos un español, han sido confirmados en este país, según cifras difundidas este lunes por el ministerio de Salud, que investiga otros tres reportes y ha descartado 21 cuadros sintomáticos de pacientes con otras enfermedades parecidas.

Brasil registró el año pasado 158 muertes provocadas por dengue hemorrágico, según datos del Ministerio de Salud difundidos hoy.

Las autoridades brasileñas concentran, asimismo, su atención en la muerte de unos 40 monos de 163 infectados, especialmente en los estados de Goias y Minas Gerais.

Las infecciones en animales son consideradas "episodios centinelas" para medir el riesgo, pues la fiebre amarilla silvestre no es transmitida entre humanos, sino de animales a humanos, por picaduras de zancudos, según los expertos.

Bolivia, que registró ocho casos de fiebre amarilla en 2007, de los que seis murieron, ha intensificado la vigilancia en la frontera con Brasil, tras conocerse del rebrote de la enfermedad en ese país.

El Ministerio boliviano de Salud informó hoy a Efe de que no hay casos confirmados de fiebre amarilla este año y que en la campaña de inmunización efectuada en 2007 fueron vacunadas 4,7 millones de personas.

También en Argentina, pese a que no se han detectado casos este año, se iniciaron campañas de vacunación masiva en las provincias de Formosa y Misiones (noreste), donde están bajo estudio catorce monos que murieron presuntamente por fiebre amarilla.

Al igual que en Argentina y Bolivia, las autoridades de Uruguay, donde el último caso de fiebre amarilla data de 1929, han recomendado a sus ciudadanos que se vacunen en caso de que deban viajar a zonas de Brasil donde se ha detectado la enfermedad.

Colombia tampoco tiene conocimiento de contagiados este año. El último caso reportado y confirmado data de finales de noviembre pasado, según la coordinadora del Programa de Vacunación del Ministerio de la Protección Social, Marta Patricia Velandia.

En Venezuela, la viceministra de Redes de Salud Colectiva, Nancy Pérez, dijo recientemente a la estatal Venezolana de Televisión (VTV) que en ese país "no hay fiebre amarilla desde 2005".

Mientras en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá no tienen registros de la enfermedad, aunque en varios de ellos se exige a los visitantes que se apliquen la vacuna contra la fiebre amarilla.

En EE.UU., el último brote de la fiebre amarilla tuvo lugar en 1905, cuando unas 5.000 personas resultaron infectadas en la ciudad de Nueva Orleans, de las que murieron un millar.