Un decreto regula quién y cómo se puede usar el desfibrilador para atender un infarto

Valladolid.-  La Junta de Castilla y León ha dictado hoy un decreto que regula el uso de desfibriladores externos semiautomáticos, con los que se puede evitar la muerte de un afectado de infarto de miocardio en los primeros instantes de afección, por parte de personas que no son personal sanitario.

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Estos aparatos están presentes actualmente en los centros de salud, ambulancias y hospitales de la Comunidad, aunque su instalación en otros lugares donde la afluencia de personas es elevada ha surgido como una necesidad asistencial para intentar que la primera atención al afectado por un infarto sea lo más temprana posible.

Los especialistas consideran que la posibilidad de identificar y revertir las "arritmias letales constituye la herramienta más eficaz para mejorar la expectativa de supervivencia del paciente", según figura en el decreto aprobado en la reunión del Consejo de Gobierno de Castilla y León celebrado hoy.

El texto normativo especifica también cuáles son los requisitos para la instalación en lugares ajenos a la atención sanitaria, los requisitos de formación del personal que podrá utilizar los aparatos y las tareas de inspección y control sobre los desfibriladores, en un procedimiento similar al seguido con los extintores, presentes ya en numerosos centros de trabajo.

Las personas que podrán utilizar los desfibriladores deberán disponer de la formación adecuada y estar inscrito en un registro de personal no sanitario autorizado para el efecto.

En una situación real de atención a un afectado por un infarto, la persona dispuesta a utilizar el desfibrilador deberá ponerse en contacto telefónico con el Centro Coordinador de Urgencias mediante el número 112 para informar del suceso y, posteriormente, en el plazo máximo de una semana, se elaborará un informe que detalle las circunstancias de la intervención.

La vigencia de la autorización expedida por la Junta de Castilla y León en favor de cualquier ciudadano interesado en estar capacitado para utilizar estos aparatos será de cinco años y, aunque podrá ser renovada, la Administración se reserva el derecho a revocarla por el incumplimiento de los requisitos exigidos o por no haber desarrollado actividades de formación durante un periodo ininterrumpido de dos años.

Entre los contenidos que deberán conocer los habilitados para usar los desfibriladores figuran nociones sobre el reconocimiento de los ataques cardíacos, la importancia de la desfibrilación precoz y la resucitación cardiopulmonar básica, así como una explicación técnica del funcionamiento del aparato, entre otras cuestiones.