Sarkozy pide cabezas a Société Générale

Sarkozy ha terminado por pedir responsabilidades por el escándalo financiero de Société Générale. El presidente francés ha sugerido, de forma bastante sutil, que el presidente de la entidad bancaria, Daniel Bouton, debería dimitir.

Benoit Tessier (REUTERS)

Daniel Bouton.

"Una crisis como ésta no puede quedar sin consecuencias para sus responsables", ha declarado. «No me gusta hacer juicios personales sobre la gente, sobre todo cuando están en dificultades, pero cuando se tiene una fuerte remuneración (...) no se pueden exonerar responsabilidades.

Aunque hasta ahora el gobierno francés se ha mantenido al margen de la crisis financiera abierta en el segundo banco más importante del país, tanto Sarkozy como su ministra de economía han tomado cartas en el caso de Société Générale.

Probablemente consciente de las crecientes sospechas y del escepticismo de la prensa y de los especialistas financieros ante la versión oficial, ayer fue Christine Lagarde, titular de Economía, quien salió a la defensa de la entidad bancaria. "No hay ninguna razón para dudar que el banco haya hecho lo que debía hacer", aseguró la ministra.

La ministra de Justicia, Rachida Dati, también ha puesto su granito de arena en las labores de presión del gobierno a Bouton. Esta mañana, en declaraciones a France Info señaló que, aunque no le corresponde a ella pronunciarse sobre el tema, en este caso "de gran amplitud" todas las responsabilidades deben quedar aclaradas.

Por su parte, Daniel Bouton ha reiterado que su dimisión sigue sobre la mesa, pero que el Consejo de Administración del banco le ha pedido que se quede. Sobre el directivo, que ya sufría las presiones de los que dicen que es imposible que el joven Jérôme Kerviel haya actuado solo, vienen a sumarse ahora las del Elíseo. La pregunta que se hace todo el mundo ahora es cuánto tiempo más aguantará Bouton.

Para complicar todavía más el panorama, ayer se hizo público que un consejero del banco, Robert A. Day, vendió acciones por valor de 85,7 millones de euros sólo quince días antes de conocerse la noticia del fraude masivo. Algunos accionistas ya han interpuesto una denuncia ante la Fiscalía de París por un posible delito de información privilegiada. Además, algunos clientes del banco ya han empezado a retirar sus fondos.

Mientras tanto, el supuesto autor del fraude de 4.900 millones de euros, Jérôme Kerviel, ha sido imputado por un delito de abuso de confianza, falsificación e intromisión en el tratamiento de datos informáticos, pero ha quedado en libertad con cargos.