Temen por la vida de un supuesto testigo clave en la muerte de Joao Goulart

Río de Janeiro.-  Los descendientes del ex presidente de Brasil Joao Goulart temen que el reo uruguayo Mario Neira Barreiro sea asesinado en una cárcel de la ciudad de Porto Alegre, afirmó hoy el hijo del político brasileño muerto en 1976.

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(EFE)

El Ministro de Justica Brasileño, Marcio Thomaz Bastos (i), saluda a la viuda del ex-presidente Joao Goulart, Tereza Goulart (d), en 2004. Los descendientes de Goulart temen que el reo uruguayo Mario Neira Barreiro sea asesinado en una cárcel de la ciudad de Porto Alegre.

Barreiro es un ex espía de la dictadura uruguaya que dice haber participado en un complot internacional para asesinar a Goulart en 1976 y afirma que actuó al mando de la dictadura brasileña (1964-1985).

"Ya he planteado ante la Secretaría de los Derechos Humanos de la Presidencia de Brasil la preocupación de que le pase algo a esa persona", dijo Joao Vicente Goulart en declaraciones a Efe.

El domingo en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo Barreiro dio detalles de su historia, que ya había adelantado a Goulart hijo durante la grabación de un documental para la TV del Senado brasileño.

El reo recalcó que los agentes infiltrados colocaron un veneno en las píldoras para el corazón que tomaba el ex presidente.

Barreiro cumple pena en la cárcel de máxima seguridad de Charqueadas, en las afueras de Porto Alegre, por tráfico de drogas, falsificación de documentos, robo y agavillamiento.

A finales de 2007 la familia Goulart inició una "Acción Civil Pública" para pedir a la Procuraduría General de Brasil que investigue el posible asesinato del ex presidente.

Un pedido formal de protección a Barreiro como testigo clave y "prueba viviente" del supuesto complot también fue formulado por separado, explicó Goulart hijo, un político de izquierda y presidente del "Instituto Joao Goulart", un centro de pesquisas que tiene apoyo de fondos públicos.

"Pedí formalmente al procurador la protección de la vida de él porque es muy fácil que pueda sucederle alguna cosa", afirmó.

El año pasado Goulart entrevistó a Barreiro haciéndose pasar por periodista y obtuvo los primeros indicios que usó para mover el proceso civil ante la Procuraduría.

"La noche antes al día que fui a entrevistar a Barreiro, fue degollado su compañero de celda, en el mismo pabellón. Cualquier otro día puede suceder otra pelea 'normal' y tocarle a él", argumentó en conversación telefónica desde Brasilia.

La familia Goulart presiona a las autoridades federales brasileñas y al sistema de justicia para que sea investigado el supuesto asesinato, en el marco de un proceso para reivindicar la memoria del ex presidente.

"Hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance, sólo nos falta una denuncia internacional. No tenemos condiciones de ir más allá", dijo Goulart.

Afirmó que le corresponde a las autoridades investigar las denuncias y liberar documentos clasificados desde la época de la dictadura, cuando existía "una cooperativa del crimen" entre las dictaduras de la región para perseguir enemigos políticos.

"Lo más importante son esos archivos que sólo el Gobierno tiene", dijo.

Los Goulart también piden al Tribunal Supremo de Justicia de Brasil que investigue la supuesta participación de la CIA y el Gobierno de Estados Unidos en el golpe de Estado que derrocó a Goulart, tenido como un líder de izquierda progresista en tiempos de paranoia anticomunista.

Joao Goulart, "Jango", fue presidente de Brasil entre 1961 y 1964, cuando fue derrocado por un golpe de Estado de militares apoyados por Estados Unidos.

Exiliado en Argentina, murió el 6 de diciembre de 1976, cuando tenía 57 años. Según la historia oficial, de un infarto.

En sus declaraciones a Folha, el domingo, Barreiros afirmó que espió a Jango entre 1973 y 1976.