En Ecuador descartan que la altitud ofrezca riesgos a la integridad de los futbolistas

Guayaquil (Ecuador).-  Especialistas del fútbol ecuatoriano negaron hoy que los partidos disputados a más de 2.750 metros sobre el nivel del mar planteen riesgos para la integridad de los jugadores y recordaron que una buena adaptación a la altitud permite a los equipos visitantes paliar sus efectos especiales.

ampliar foto

(EFE)

La FIFA ha declarado también que en estadios situados a más de 3.000 metros, "por regla no se disputarán partidos excepto en caso de disponer de un periodo de aclimatación de dos semanas como mínimo".

El debate surge a propósito de la reunión que celebrará el Comité Ejecutivo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), el 22 de enero en Santiago para discutir una resolución de la FIFA que prohíbe encuentros a más de 2.750 metros (snm).

La FIFA ha declarado también que en estadios situados a más de 3.000 metros, "por regla no se disputarán partidos excepto en caso de disponer de un periodo de aclimatación de dos semanas como mínimo".

El médico de la selección de Ecuador, Patricio Maldonado, dijo a Efe que, "si bien es cierto que la altura ocasiona problemas en el proceso respiratorio, eso no implica que haya un riesgo para la salud de los jugadores".

Para el médico ecuatoriano, la prohibición para jugar partidos internacionales en ciudades con altura, que sobrepasen los 2.750 metros del nivel del mar, "es una determinación injusta después de aproximadamente sesenta años que se viene jugando al fútbol en Sudamérica".

"Si un jugador que no está acostumbrado a actuar en la altura, llega dentro de las 24 ó 48 horas antes del encuentro, la altura no le producirá ningún problema. También existe el proceso de aclimatación que hace que la altura media de 2.500 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, no sea desfavorable para realizar una actividad física como el fútbol", expresó.

Maldonado resaltó que si se hace una programación, de tal forma que un equipo llegue y juegue y se vaya el mismo día, no necesitará realizar ninguna adaptación, por ejemplo en Quito, ciudad que se ubica a 2.850 metros de altitud.

El ex preparador físico de la selección de Ecuador y actual estratega del Emelec guayaquileño, Dufer Almant, considera que los efectos de la altura existen. "No es un mito, está ahí; el problema cuando uno va a una ciudad con altura no es la adaptación, sino la adaptación a la falta de oxígeno".

Añadió que se trata de un problema desde el punto de vista fisiológico, que afecta y que solamente se lo puede superar cuando se tiene en el organismo una mayor cantidad de glóbulos rojos y de hemoglobina.

"Cuando se va a la altura hay que lograr la adaptación a la falta de oxígeno, se tiene que superar eso viviendo en la altura", insistió.

Luego dijo para que el futbolista que vive y actúa en ciudades a nivel del mar, y que esporádicamente "sube" a jugar en la altura, éste deberá desarrollar una gran capacidad aeróbica para contrarrestar la falta de oxígeno.

Por su parte, el ex futbolista y actual directivo de la Asociación de Fútbol Profesional de la provincia de Guayas, Aldo Vanoni, afirmó que el problema va más allá que los efectos de la altura o la deshidratación que sufre el futbolista cuando juega en horarios en los que el anfitrión intenta sacar una ventaja deportiva.

"Se debe proteger al deportista y el espectáculo. Jugar en la altura o en ciudades a nivel del mar al mediodía reduce la producción del futbolista y, por ende, no se disfrutará del espectáculo. Lo correcto sería jugar en cualquier parte del mundo a partir de las 16.00 horas", expresó.

Vanoni insistió en que la altura, como las fuertes temperaturas de las ciudades del llano, "existen".