Hitler en fotos inéditas de la agencia 'Rue des Archives'

No es un montaje. Es Hitler, el auténtico. De verdad. En color y en 1939. Como si de una felicitación de Navidad se tratase. Al estilo de la Familia Real, de Hillary Clinton, Barack Obama o Rudy Giuliani, deseando felices fiestas a unos posibles electores. El führer sacaba su aspecto privado inventándose una familia que no tenía, celebrando su 50 cumpleaños rodeado de niños inmaculadamente arios. Un archivo parisino ha sacado las imágenes a la luz. Las del Hitler más 'humano'. Raro unir las palabras 'Hitler' y 'humano' en una sola frase, pero así lo quería su ministro de propaganda, Josef Goebbels.

(Rue des Archives)

Hitler cumple 50 años entre niños (1939)

Un David Beckham o un George Bush de primera mitad de siglo. Adolf Hitler fue uno de los hombres más fotografiados del mundo en los años 30 y los primeros 40 hasta su muerte. Su rostro encorvado en la foto que hoy publica The Telegraph, una de las varias rescatadas por la agencia fotográfica 'Rue des Archives', más de 62 años después de que el dictador alemán se suicidase en un búnker de Berlín ante la inminente llegada de las tropas rusas a la capital del III Reich. La agencia había sido fundada en la capital francesa en 1936, cuatro años antes de la ocupación nazi.

20 de abril de 1939. Un Hitler cincuentón, ligeramente encorvado, agarra de la mano a los que él preveía como el futuro biológico de la raza aria: niños rubios de ojos azules, sonrientes y ajenos a una inminente guerra que se iba a desencadenar en Europa. No eran sus hijos. Nunca los tuvo aunque le gustaba rodearse de niños. Era como aquellos a los que no le gusta tener perro, pero juegan con el del vecino. Sus predilectos fueron los seis retoños de su admiradísimo Goebbels o los del arquitecto Albert Speer.

Hitler fue de los más fotografiados de aquella época porque en el fondo era un coqueto y le encantaba ser centro de atención. Por eso tenía su fotógrafo particular, Heinrrich Hoffman, al estilo de los reyes europeos de siglos anteriores, retratados por el pintor de la corona. Aunque, por tratarse de fotografías en color, una técnica ultranovedosa en aquella época, se presume que el autor de las mismas pudo ser Hugo Jaeger, especialista en un proceso poco conocido hasta entonces.

Pero hay más. Adolf de uniforme. Adolf de paisano. El führer con traje de gala. En su casa de veraneo, 'El nido del águila'. Hitler oteando los valle bávaros, como un turista más. Fotos en las que nada hace indicar que fuera el responsable de un genocidio. Con Eva Braun, su inseparable novia, que estuvo a su lado hasta que ingirieron las cápsulas de cianuro en el bunker berlinés. O con su leal pastor alemán Blondie, que estiró la pata el mismo día que Hitler. Un dictador familiar combinado con uno más marcial, más amenazante, con los primeros guardias de las SA, junto a uno de sus manos derecha, Ernst Rohm, posteriormente asesinado por las SS.

Visto así, nadie podría pensar que este hombre fue el autor intelectual, término muy en boga ahora, de la mayor masacre de la historia de la humanidad, el genocidio de judíos, gitanos, comunistas, resistentes y homosexuales. Mucho se ha visto, rodado, leído y escrito sobre su persona. Hoy, en París, se pueden observar fotografías inéditas. Y en color.